viernes, 9 de mayo de 2008
Perfectos desconocidos con historias tan fuertes como la de cualquiera de nosotros
Ingeborg Portales
Cuando nos presentaron a Mariano Ruiz, sacerdote jesuita, quedamos impresionados por el parecido que guardaba con el fallecido abuelo paterno. Desde ese momento, creo que llenó de alguna forma su ausencia. Había nacido en 1914 en Palencia, España. Octavo de nueve hermanos, 6 religiosos consagrados. En 1936, cuando los comunistas tomaron el Norte de España, asesinaron a su hermano mayor Gregorio Ruiz, sj. Mariano fue ordenado sacerdote en 1943 y enviado a Cuba dos años después. En 1961 su hermano Ceferino Ruiz, sj, fue expulsado de Cuba, en el vapor “Covadonga”. Mariano llevaba siempre uno de esos aparatos porque estaba sordo de un oído. Prefirió comprarse una bicicleta china para ‘andar el pueblo’ y repartía el dinero que le enviaba su familia entre los más necesitados. Después de muchas peleas, logró un permiso de la policía para sacar una procesión por las calles. Primera y última. En un accidente se fracturó la cadera. Se recuperó y trabajó por un buen tiempo, pero cuesta abajo. Un día, el superior de los Jesuitas en Cuba, Machín, contó: En 1961 -cuando la revolución iba a ser más verde que las palmas- y Mariano vivía en la Iglesia La Maya, en Santiago de Cuba, el jefe del Ejército Rebelde del pueblo le propinó una golpiza, que lo dejó sordo. Lo recuerdo siempre diciendo: “soy español por circunstancia, pero cubano de corazón”. Murió a sus 91 años, en el 2005, en una casa de retiro de Santo Domingo.
Que linda historia, de verdad me conmovio y me recordo otras mias. Regreso mas tarde.
ResponderEliminarE.
Ingeborg: Que historia tan conmovedora.
ResponderEliminartan fuertes o mas? admirable hombre,
ResponderEliminary los propios cubanos nos seguimos desgastamos en tantas broncas infertiles.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarRamon,
ResponderEliminarLo bello de la familia de mi señora en España, que al acabar la guerra civil, los de la izquierda y los de la derecha jamas tocaron el tema. Ellos se limpiaron de esa politica extemista, y se unieron mas. Al muchos llegar a Cuba, nunca han rompido el lazo de familia. Realmente son una familia ejemplar. Sera posible eso para el pueblo en Cuba? Imaginate, que en Cuba, y aqui, la familia seria mas importante que la politica, como debe ser.
Gracias por este gran post.
Esas son las vivencias que si no se hablan se pierden para siempre. Tanta gente linda....tanta gente sacrificada. Tantos heroes.
ResponderEliminaringeborg te embarga la ternura
ResponderEliminar¿por qué las vidas se aussntan?
¿por qué tan sólo vivir en la memoria?
Ingeborg,
ResponderEliminarSi bien recuerdo en conversaciones con Mons. Agustin Roman, es posible que salieron el mismo dia. Conoces a el Mons. Roman? Si no, es capaz de recordarte de muchas cosas de que hablas.
Exacto,
ResponderEliminarcuando conoci a una de mis tias de eso que llaman 'exilio historico', existieron tensiones por el tema del regreso a Cuba. A su esposo le fusilaron un hermano. Respeto y admiro su valor, nunca mas volvio, renuncio a sus padres en vida. Valor que yo no tengo. Pero paralelamente existen otras historias como la del padre Mariano, que ni cubano fue. Donde tanto daño ha sido perdonado, y de que manera. Nada, que a mi tia le traje un video La Habana, de su pueblo, de la casa y sus portales donde gasto su infancia entre primos, de la Iglesia, la torre, el reloj y el campanario.... y lo disfruto con lagrimas, prevaleciendo por encima de tanto dolor, la union familiar y olvidando por un rato tantas diferencias y clasificaciones.
particula libre,
ResponderEliminarEl pasado nos ayuda en interpretar el presente, para guiarnos hacia el futuro. Los tres forman la parte esencial de nuestra identificacion como seres humano.
Se equivocan....
ResponderEliminarHay muchos Marianos Ruiz.
Claro que lo conozco. Hay tanto por hacer. Por ejemplo rescatar y tantas historias y que no se las lleve consigo. Me pesa mucho el hecho de no haberlo hecho aun mas con Mariano y tantos otros q ya no estan.
ResponderEliminarI
Que lindo escrito. La fama no importa. Mi abuelo siempre me decia que las vidas ejemplares no se olvidan.
ResponderEliminarRaysa, es asi. Tantos de nosotros hemos sido tocado por seres especiales, y debemos de dar las gracias por eso. La fama es una ilusion, mientras que el amor y buen ejemplo es pura realidad.
ResponderEliminarSabes donde comienza Cuba para mí, Ingeborg? En los olores de la leche hirviente que derramaba mi abuela Mercedes sobre los tazones de desayuno. Toda la familia congregada la observaba en ese ritual dominguero y cada uno de nosotros coincidía en que no había miel de la isla que no brotara de sus ojos. La Revolución le desparramó hijos y nietos y las mañanas de domingo se fueron tornando silenciosas, pero ella siguió disponiendo la misma cantidad de tazones aunque los puestos estuviesen vacíos. Su mirada de panal, que resultó ser de las que sabía aguardar, se mantuvo intacta. Ni siquiera cuando comenzó a faltarnos la leche se amilanó. Acudiría entonces a las tizanas de manzanilla y cañasanta endulzadas con azúcar morena. Pero no hubo pérdida que lograra doblegar el néctar de aquella pupilas ya exhaustas. Así fue hasta que partió con Dios. Esa es mi primera Cuba, Ingeborg. Paciencia y desodio en la abuela Mercedes. Un origen que me resisto a extinguir.
ResponderEliminarIngeborg me has embullado a contar el cuento de Fungencio mi tio abuelo por parte de padre, que llego a Cuba procedente de Islas Canarias.
ResponderEliminaradelante cabron, que ya se espera esa historia,
ResponderEliminarhermoso lo que cuentas jr.
efectivamente, todos tenemos esa abuela por ahi.
la mia me cuentan, 'despalilla' la cuota de la libreta en dos dias, cocinando grandes cantidades de comida para los 8 nietos que ya no caeremos a almorzar. pero ella es muy vieja, no entiende de racionamientos y como buena guajira, sigue prefiriendo que sobre a que falte, aunque ya no estemos fisicamente.
Ingeborg
Ingeborg: Gracias por ese bello retrato.
ResponderEliminarBello homenaje a una vida ejemplar.
ResponderEliminarCreo que cualquiera quisiera tener una abuela asi...
TRISTE
ResponderEliminarSER
VIEJO
Ingeborg, gracias por esta historia de Mariano Ruiz, una vida aparentemente común y si con mucha valía. No perdamos de vista el dato amigos: mariano es otra víctima.
ResponderEliminarri,
ResponderEliminarNo son victimas, son seres que existen para enseñarnos la verdad. Nos ayudan en ver mejor, y vivir como debemos todos.
La Clinton is (pasó) a la history (historia).
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