Con Goldfinger (1964) de Guy Hamilton, la fórmula del Agente 007 tomó un nuevo e inesperado curso. Más allá del cine de espionaje (popular durante la Segunda Guerra Mundial), la serie se mete en lo que podría llamarse la estetización de la Guerra Fría. Hablo de cierta congelación representada con factura de producción extravagante, de local exótico (México, Miami Beach, la campiña inglesa), de exhibición ostentosa de armas de diseño (“la belleza tecnológica” de que hablara STELARC una década más tarde), autos de lujo (Aston Martin DB5) así como la densificación semiótica de Bond, papirriqui barítono estoico y gallardo, impecablemente vestido (por Jacques Fath), flemáticamente inglés, pronunciando la frase lacónica, precisa y airosa bordeando el chiste kitsch. Bond, epítome del héroe moderno, jugándose la vida con una sonrisa mordaz. Y el verdadero Bond, ¿dónde está? ¿a qué responde? Nunca sabremos. Mr. 007 es el androide de Blade Runner de Ridley Scott, glacial e impávido, es decir, ideología a la inversa que bordea la lealtad del soldado SS, con la capacidad de hazaña del Marvel Comics. Goldfinger está más cerca de Dr. No que de From Russia with Love; el film proyecta (destello profético pre-9/11) la posible destrucción de la estructura económica y social de América y sus aliados. Con una Rusia khruscheviana despolitizada, no es sorprendente que Goldfinger busque alianza, no con la URSS, sino con la China comunista (China fue declarado país “peligrosamente caótico” por el Departamento de Estado en 1964), lo que hace del film un medio de propaganda indirecta para la escalada de la intervención estadounidense en el Viet Nam en los años sesenta tempranos. La trama parece simple: Bond (Sean Connery en su mejor papel) tiene la tarea de coartar el plan macabro del obeso metalúrgico megalomaníaco Auric Goldfinger (Gert Fröbe), quien en pacto malévolo sino-anarquista planea detonar una bomba atómica nada menos que en Banco Central de la Reserva en Fort Knox. La alianza de Goldfinger con los maoístas no es ideológica; su objetivo es disparar el valor de sus reservas personales de oro y poco le importan las consecuencias desastrosas para el mercado mundial. De hecho, una vez rodeado por el ejército americano, el malévolo empresario no vacila en asesinar al chino Oddjob (Harold Sakata), su especialista nuclear, con tal de salvar el pellejo. Alianzas son alianzas: De ahí el frustrado escape final de Goldfinger en avioneta privada con rumbo sur a La Habana (la crisis de octubre aún en la memoria). Goldfinger fue uno de los films más populares de la década de los 60 (ganó 124 millones). Su influencia, más allá de la serie Bond, definió patrones para el cine de aventuras porvenir. (Bonus: La voz de Shirley Basset cantando el tema del film, compuesto por John Barry, y Bond, amarrado a la mesa de acero con el láser a punto de caparlo: “I think you made your point Goldfinger, thank you for the demonstration”).
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13 comentarios:
Hoy se demoraron pero esta bueno el blog
E.
Blogolandia: He estado perdidos unos dias con mucho trabajo.
Cuando veo Goldfinger me recuerdo de la seris Fantomas. No recuerdo haber visto a Bond en el cine en La Habana y creo que la razon es obvia. Las mujeres, la lancha rapida, el sol, y claro Connery siempre acabando y sin un rasgunno.
Buen review del show de Ramon Willians,..es verdad hacen falta mas Willians en Miami,lo unico
que critico a Willians es que habia mucha obra en la exhibicion,yo dejaria los videos y las fotos....
Nina Haguen
Hay que felicitar a Jesus Rosado y Eduard,por organizar una exposicion para el CCE de Miami,este 6 de Junio.Gran esfuerzo
y parece un buen show,...artistas miamenses,de diferente nacionalidad
y con catalogo y todo..y despues dicen que no se hace nada en Miami?????
Nina Haguen
Muy buena la referencia de Triff sobre el show de Williams. Un punto de vista original que viene a enriquecer los comentarios recientes sobre el artista y, sobre todo, válido ese último señalamiento. Y me alegra mucho la cita al artículo de nuestro amigo Arnaldo Simón, quien está haciendo un trabajo realmente encomiable sobre la arquitectura floridana desde las páginas del NH. Felicitaciones!
El post de hoy disecciona agudamente la instrumentalización del cine como propaganda velada durante la guerra fría.
Linda reseña de AT sobre el Trace Crop Off de Williams -pero ojo bro, los cables eléctricos no se empalman con masking tape.
Magnífico artículo el de A. Simón en El Nuevo H. Pura pedagogía urbanística de Miami para newcomers como yo.
Me quedo con Pussy Galore.
RLR: Masking-tape o es-para-drapo (acere, ¿de dónde salió esta palabra?)
Alex, debemos preguntar a los viejos de verdad si hubo o no "Goldfinger" en La Habana... pero creo que tienes razón.
Sí, Nina. De Williams a Nilo hay sólo un paso.
Gracias JR.
Esparadrapo? una especie de indate que usaban los teracos cuando teraban.
Como buen cine me es indifernte. James Bond siempre ha sido un símbolo de misoginismo. Recuerdo uno de las últimas con Bosnan en los créditos iniciales, con las mujeres desnudas embadurnadas de pintura brillante como si fueran sirenas. Melevanté y me fuí del cine.
¿Cómo es representada la mujer? Como un objeto sexual, o como lo es Pussy Galore en esta película, ambas cosas pero además una espía traidora.
Lo que vale de la pelicula es su valor filmico. La cuestion politica tiene otro lugar. No vamos a politizarlo todo.
Ya sé que me pasé. Por un momento contemplé la opción de cubrir todavía más espacio y eso hubiera facilitado la comprensión del show-cuerpo, sistema… como desborde de variaciones de lenguajes sobre los temas que toqué. Pero así terminaba robándole a las paredes la parte del show que estas merecían como pieza en sí.
Admitiré que, si bien “había para todos”, no siempre es saludable que ello ocurra a la vez ni en el mismo espacio. El caso es que me han quedado casi tantas piezas sin colgar como colgadas y desde ya me doy a la tarea de encontrar otro lugar e invitarlos a un extended trace de Trace Crop Off. Arte-factos de todo linaje y pelaje para ojos de buenos entendedores como buena parte de ustedes, que en medio del ruido visual (e intelectual) del mundo y el mío escogen apreciarlos y difundirlos. Sus comentarios me mejoran, los pongo en observación, a buen recaudo; los sopeso y entreleo con la misma fe que percibo en ellos sólo de hojearlos. Gracias en conjunto y por separado, a unos por opinar con fervor en público o tras bambalinas y a otros por callar esmeradamente en el éter más o menos firme de alguna convicción.
Gracias en especial, en orden de aparición en la prensa y del desarrollo indocumentado del show, a:
Ramón Williams, el viejo
Rafael López-Ramos
Jesús Rosado
Emilio Ichikawa
Alfredo Triff
M. R
L.C
MAG
E.C
A.B
R.I
A.A
A.B
A.M
A.M
N.V
C.C
T.E
F.G
A.E
G.N
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