sábado, 31 de mayo de 2008
Ingeborg Portales
Un amigo me envía fotos de su obra actual. Christian Flores nació en 1975 en Huanta, “la esmeralda verde de los Andes”, Ayacucho, uno de los lugares más afectados por el terrorismo en Perú. Algunos años atrás, caminé por las silenciosas calles de este empobrecido sitio. En cada presencia, en cada mirada, se respiraban aun los vestigios de la muerte. Christian está acostumbrado. Me cuenta como su amiga de la infancia, PB, vio morir a su padre con una granada en el tórax. Seres prematuramente marcados por la muerte. Christian se fue con su familia a Arequipa, donde aún permanece. Dejó atrás lugares entrañables de su infancia, ese Río de sangre que fue el Cachi. Su amiga PB creció y se casó con un militar. Luego Christian supo que por ¿paradojas del destino? su marido le disparó en la sien. Su serie “Íntima Convicción” está hecha de estos personajes que dejaron huellas en su memoria. Aquellos que en vida, llevaron la muerte sellada en el rostro, como elocuentes marcas del tiempo, como datos certeros del día. “Ellos esperan justicia o simplemente ser escuchados, como el viento que pasa por los oídos”. Sus etapas anteriores, acuarelas sobre cartulina De los hombres de negro y Los otros, (2004-2007), y acrílicos sobre tela, ensordecedoramente Azules, (2007-2006). Por estos días, Christian espera el nacimiento de su hija Tirsa en la tierra del Misti. (Arriba PB y el detalle de la misma).
viernes, 30 de mayo de 2008
Ménilmontant de Dimitri Kirsanov
Tumiamiblog
Ménilmontant, barrio del 20e arrondissement parisino, sirve como título a uno de los filmes menos conocidos y a la vez más notables de la década de los años 20. Realizada por el talentoso cineasta estoniano Dimitri Kirsanov en 1925, y descrita por el crítico Georges Sadoul "una obra casi perfecta", Ménilmontant es experimento vanguardista sans titre (sin títulos) de montage einsensteniano con atrevido tiro de cámara en mano. Después de L' ironie du destin (1923) de corte melodramático a-la-Pabst, Kirsanov, acaso influenciado por Fièvre de Louis Delluc (en exploración darwinista del bajo mundo francés), acomete este film que bordea la photogénie impresionista (imagino a Degas, el más tecnológico del grupo, con treinta años menos, aventurándose a hacer Ménilmonant). Como salido de un cuento de Maupassant, abre la trama en la campiña con doble asesinato conyugal seguido por el corte abrupto a las dos hijas huérfanas. Poco después, vemos a las hermanas en Paris, involucradas en relación sentimental con un joven misterioso -y chulo de profesión. Paris no es fácil, y menos para la mujer desamparada: la hermana mayor se mete a puta (¿trampa, elección o coerción?), la menor queda en estado del chulo y pare a su niño en la penuria. Está claro que Kirsanov sospecha de la metrópolis, pero su exploración citadina se mantiene al margen, entre dos tendencias urbanas, la del Simmel descriptivo y neo-positivista y el Kracauer axiológico y marxista. Kirsanov nos lleva a través de sinuosas callejuelas, parques y boulevards, en búsqueda proustiana, íntima, empapada de subjetividad síquico-temporal. La cámara se Kirsanov se toma su tiempo, incorporando trama y poesis: el letrero lumínico del hotel, la pared graffitiada de un callejón, el reflejo de los árboles sobre el río, los ojos de Sibirskaia. Al final le dan talión al chulo. ¿Y las hermanas? Quedan siempre las nubes grises y el crepúsculo del puente sobre el Sena. Vale destacar la admirable actuación de Sibirskaia en el papel de la hermana menor y la química que desata con la cámara (la actriz actuaría en El Crimen de M. Lange de Jean Renoir, 1935). En la cuarta parte, la escena nocturna del viejo y la hermana menor, sentados en el banco compartiendo un bocado de pan, es inolvidable (Para la tercera y cuarta parte del film en you tube, aquí.
miércoles, 28 de mayo de 2008
Manu Dibango con Fania All Stars
Manu Dibango es sin duda uno de los mejores saxofonistas africanos de jazz. Su carrera comienza en los años 60 tempranos, cuando el músico camerunita se une a la Zairean Band African Jazz, agrupación con la que viajó el mundo. En 1972 Dibango saca su Soul Makossa, que creó el “sonido Dibango” de jarro tenor rajado y potente (sólo tenía un rival en Gato Barbieri). Dibango ha colaborado con músicos de la categoría de Fela Kuti, Sly Dunbar, Robbie Shakespeare, Don Cherry y la Fania All-Stars. Para más de un crítico importante, Soul Makossa fue el primer gran hit africano global y un generador de esa máquina llamada “disco” de mediado de los años 70. Dibango es compositor y ha hecho música para importantes películas africanas, como Ceddo (1977).
S A L T
All performances are at 8pm. Tickets are $20.00 at the door (Cash or Check only). Tickets may be reserved via email: LettyBas@yahoo.com. Salt features performers Roxana Barba (modern dance), Kalyn James (classical and hip-hop), Ilana Reynolds (modern dance), Gretel Trujillo (actor), and an original composition by New York-based artist, David Homan. Salt will also include lighting design by Kevin Roman, set-design by visual artist and sculptor Laura Luna, and illustrations by Carmen Cothern. Don't miss it!
La escritura solar
Foto: Ramón Williams
¿Qué puede esperarse de la fotografía en la trama urbana de hoy? Primero, y aunque un turista japonés no lo conciba, habría que recordar algo obvio: la fotografía y la ciudad no siempre fueron de la mano. Sólo en la era moderna -era de la apoteosis de la fotografía y de la ciudad- ha tenido lugar este maridaje. Pero si bien la fotografía no pudo describir -de Ur a Babilonia- la fundación de la ciudad, sí resulta un soporte adecuado para captar su disolución, su tránsito hacia “otra cosa” que continuamos, y quizá continuaremos llamando, de la misma manera. Otro tanto sucede con las definiciones del hecho fotográfico. Baste recordar que la época del matrimonio feliz entre la ciudad y la fotografía es asimismo aquella en la que Benjamin, Sontag, Barthes o Virilio pensaban “sobre la fotografía”. (On photography). Hoy, sin embargo, la fotografía -al menos la más interesante- se piensa a sí misma. Y no hablo sólo del fotógrafo devenido en teórico -Alan Sekula, Joan Fontcuberta, Daniel Canogar-, ni del filósofo que se convierte en fotógrafo -Jean Baudrillard-, sino de ese punto en el que lo fotográfico pone en juego una imagen reflexiva; con su propio lenguaje. Al amparo de eso que Niepce, el fundador, definió como la “escritura solar”. Ante esto, la fotografía acaso ya sólo funciona como un procedimiento que clasifica o reinventa, según el caso, los restos de la urbe perdida. Sin embargo, en La máquina de visión, Virilio nos recuerda una frase que ha sido repetida tanto por los fotógrafos como por los generales: “cuando algo funciona es que ya está superado”. Manejarse en esta superación, es lo que convierte a la fotografía en un documento de la “era del epílogo” (como ha nombrado Sloterdijk a estos tiempos). Un medio para captar lo que la propia fotografía, durante más de un siglo, ha venido omitiendo.
martes, 27 de mayo de 2008
Guaguancó, amaná, amaná, albedríooo
Adalberto Delgado
Caía el sol y La Paloma súper concurrida. Aquello parecía un Festival de la Calle Ocho (que no existía aún). El coro de la rumba decía: Guaguancó, amaná, amaná, albedríooo.... Cepillo, cantaba la inspiración, contestando: “esto son los rato bueno, amaná, amaná, albedrío”. Cada vez que Cepillo inspiraba se nos paraban los pelos. Decíamos: ¡Qué auténtico rumbero, aquí en el Palomar! (algo así como tener a Rod Stewart delante de nosotros). A Tamara pareciera que le bajara un santo durante la rumba y comenzó a convulsionar. Mientras “El Bolo”, negro albino llevaba la base, mientras que "Flaco Felo," quintiaba. El Flaco (que más tarde tocara con Joe Cocker) vino desde Wynwood, donde vivían sus padres a rumbear a La Paloma. Pero la estrella era indudablemente Cepillo. ¿Por qué era tan famoso entre la juventud cubana del momento? Rumbero de los buenos, acabado de llegar de Cuba, inquilino del “Solar del bistec” en el barrio de Jesús María, Cepillo era amaliano de buena cepa. Renecito, Yiyito, Denavea, Aimara y un servidor, cuidadosamente (evitando atravesarnos) le hacíamos el coro. Cepillo al oír nuestra energía se inspiraba aún más en el canto: La rumba es lo mas sublime en los elementos de Apolo, es un elemento solo de ritmo universal, la rumba no tiene rival, guaguancoooo. Yo siempre atento al elemento femenino que rondaba el rumbón, vi a una chinita-cubanita, hija de los dueños de “El Oriental” meneándose al compás del canto. ¡Qué melosa! Enseguida la invité al coro y ella fascinada. Acabándose la rumba, le presenté a Cepillo (acción que me ganó puntos para un beso). Pero como narra al fin, la china no dejaba que se le acercaran demasiado. Me di cuenta que era temerosa, pero yo en mi muela trova como si nada. De momento se aparecieron Raulito “Cabeza”, Fernando Cuesta y Alberto Cazola con un buche de maní y decidí postergar la conquista. Añándense Martica, Xena, Aimara, Tamara y otra gevita de nombre Neida. Subimos inmediatamente a la azotea, verdolaga en la diestra y casetera en la siniestra con la música de Led Zeppelin. Ya el rock de guitarras aullantes con la voz atenorada de Robert Plant se mezclaba con el humo excelso y por un instante miré el universo. En mi cabeza resonaba la voz de Cepillo: Guaguancó, amaná, amaná, albedríooo.... ¡Qué noche tan divina!
lunes, 26 de mayo de 2008
Estética colateral
Entre Guantánamo y Abu Dhabi se tensa el mundo. Desde la centenaria Base Naval en Cuba, hasta la futura Isla de los Museos, en los Emiratos Árabes, se estira un archipiélago -por el Eje del Mar- donde se cincelan las paradojas de esta época. En un extremo, el museo futuro de Abu Dhabi como espejismo occidental en Oriente. En el otro, la base militar como agujero negro de Oriente en Occidente. Entremedio, una geografía navegada por el odio y el aplauso, el atentado y la tortura, el terrorismo y sus estéticas. Vuelve Iván de la Nuez.
Summer of a Secret
Juan Carlos Rodríguez
“Trust in tranquility” – I tell Charles. It’s a secret that came to me out of nowhere – perched as we are on solid ground, on a plate of earth that lies as volatile as two men smoking after midnight. He’s just told me he does heroin. “The hard stuff.” He says those words, stroking his black Chilean hair, a string mop, with his hand. “Don’t judge it,” I say – “If you’re doing it why you gonna call it something.” It’s better to burn out is what the wise man told us, than it is to rust. Charles was named Charles, not Carlos because – he told us two weeks ago over beers at Churchill’s – his mother met Charles de Gaulle when she was pregnant with him. The French president touched her belly, placed his hand just layers of membrane from her son’s head. So they named Charles, my neighbor, Charles. CHAR–LES, is the proper pronunciation. He sits in the portal of his apartment unit across the courtyard from mine. He smokes and watches. Tonight, he told me, he borrowed five bucks from this chick, his roommate. He lives with at least two other people - the chick he bummed five bucks from and a fat Colombian guy in his thirties. There may be another tough big Colombiano, I’ve seen them returning from groceries. It seems unreal to me this living situation in a two or three bedroom apartment. Tonight I bum a smoke, lightly stoned, returning from a bike ride to bars and to glory. It’s a steamy night in our gated community. Charles and I smoke on the sidewalk under the security light. “This place is so quiet – too quiet” he repeats, looking out at the row of two story apartment houses across the street. Not one car. Not one loud drunken girl. Nobody but me. “I’m used to more action,” he says. “This scares me.” “Don’t be afraid,” I say. I speak in the voice of the devil. A reassurance borne of dancing with wild young beautiful girls in hotpants. Rooted in my viejo verde with an illuminated bike helmet on my head and in my hands the Vagabond Bar. Jack Keroauc is painted on the wall along with Henry David Thoreau. A quote I can’t remember as I write this. The devil’s voice from impossibly beautiful Sonya and her bleached girl, Lisette – both in hot pants, midrifts, high heels - surrounded by more and more beautiful girls coming and coming everywhere I turn. Modern Miami 20 year old girls. Trust in tranquility stoking slow flames. Wandering and laughing all the while. There’s a slow roast that begins this year in late May. Soon all we’ll know is the swelter of June and endless August. My friends the musicians save me. Marco, the Afro white percussionist who has been touring with Pitbull. Jesse Jackson entering Churchill's in spaghetti western fashion – arms akimbo like Clint Eastwood wrapped in a pink Palestinian scarf, and a tan polyester concoction. A vision among the visions, among the endless visions that transpire in the night this night.
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Juan Carlos Rodríguez is a performer and a writer living in Miami.
domingo, 25 de mayo de 2008
I.M. Pei y el faro de la noche miamense
sábado, 24 de mayo de 2008
Goldfinger contra Bond
Con Goldfinger (1964) de Guy Hamilton, la fórmula del Agente 007 tomó un nuevo e inesperado curso. Más allá del cine de espionaje (popular durante la Segunda Guerra Mundial), la serie se mete en lo que podría llamarse la estetización de la Guerra Fría. Hablo de cierta congelación representada con factura de producción extravagante, de local exótico (México, Miami Beach, la campiña inglesa), de exhibición ostentosa de armas de diseño (“la belleza tecnológica” de que hablara STELARC una década más tarde), autos de lujo (Aston Martin DB5) así como la densificación semiótica de Bond, papirriqui barítono estoico y gallardo, impecablemente vestido (por Jacques Fath), flemáticamente inglés, pronunciando la frase lacónica, precisa y airosa bordeando el chiste kitsch. Bond, epítome del héroe moderno, jugándose la vida con una sonrisa mordaz. Y el verdadero Bond, ¿dónde está? ¿a qué responde? Nunca sabremos. Mr. 007 es el androide de Blade Runner de Ridley Scott, glacial e impávido, es decir, ideología a la inversa que bordea la lealtad del soldado SS, con la capacidad de hazaña del Marvel Comics. Goldfinger está más cerca de Dr. No que de From Russia with Love; el film proyecta (destello profético pre-9/11) la posible destrucción de la estructura económica y social de América y sus aliados. Con una Rusia khruscheviana despolitizada, no es sorprendente que Goldfinger busque alianza, no con la URSS, sino con la China comunista (China fue declarado país “peligrosamente caótico” por el Departamento de Estado en 1964), lo que hace del film un medio de propaganda indirecta para la escalada de la intervención estadounidense en el Viet Nam en los años sesenta tempranos. La trama parece simple: Bond (Sean Connery en su mejor papel) tiene la tarea de coartar el plan macabro del obeso metalúrgico megalomaníaco Auric Goldfinger (Gert Fröbe), quien en pacto malévolo sino-anarquista planea detonar una bomba atómica nada menos que en Banco Central de la Reserva en Fort Knox. La alianza de Goldfinger con los maoístas no es ideológica; su objetivo es disparar el valor de sus reservas personales de oro y poco le importan las consecuencias desastrosas para el mercado mundial. De hecho, una vez rodeado por el ejército americano, el malévolo empresario no vacila en asesinar al chino Oddjob (Harold Sakata), su especialista nuclear, con tal de salvar el pellejo. Alianzas son alianzas: De ahí el frustrado escape final de Goldfinger en avioneta privada con rumbo sur a La Habana (la crisis de octubre aún en la memoria). Goldfinger fue uno de los films más populares de la década de los 60 (ganó 124 millones). Su influencia, más allá de la serie Bond, definió patrones para el cine de aventuras porvenir. (Bonus: La voz de Shirley Basset cantando el tema del film, compuesto por John Barry, y Bond, amarrado a la mesa de acero con el láser a punto de caparlo: “I think you made your point Goldfinger, thank you for the demonstration”).
Frances Trombly's "Thinking of Things," at David Castillo Gallery
Frances Trombly’s current exhibition “Thinking of Things,” at the David Castillo Gallery, is a careful and clever examination of the art object, which brings up issues that have long been simmering in modern and contemporary art. Trombly’s work includes trivial and derisory stuff, like a collapsed cardboard box, cleaning rags, a blue tarpaulin, a mop and even receipts from familiar stores like Publix Supermarket. Of course, the objects are completely familiar, lying scattered across the gallery space -as if accidentally dropped there. The fact that each one has been carefully hand loomed in woven fabric isn’t discernible until one arrives within a couple of feet of the object. Once you have understood the game, it shifts to an exercise in looking closely at each thing to see exactly how it was made and how it is different, under scrutiny, from the object it mimics. Because these pieces are copies of some of the most insignificant, throw away things one associates with belittling chores, like cleaning up and covering up, and because they have been so meticulously simulated, reproduced (minus even the humble function they were meant to perform), the viewer is obliged to consider what exactly makes an object valuable, worthy of considered scrutiny, inspiring, stimulating, and of course -by their presence in a gallery- worth owning. In the course of the past year British artist Damien Hirst, one of contemporary art’s most mediatic and commercially viable players, produced a solid platinum cast antique human skull, encrusted in diamonds, which he described as “the most expensive work of contemporary art.” Perhaps more importantly, for minimal and conceptual art, Hirst’s Diamond Skull denies the pre-eminence of "the idea" over "the object," (even the execution or craft of the work), placing the craftsmanship of the fine jeweler alongside the cash value of the diamonds and platinum at the center of his creation. Hirst’s Diamond Skull has attracted an enormous amount of attention -if only to be described as “vulgar” and “obscene” in some quarters. In the meantime, Trombly’s objects, perhaps the obsessional equivalent to Hirst’s piece, seem to make the opposite point, that the value of the “art (or non-art) object” ultimately is far more arbitrary. Although Trombly’s insistence on the idea may not be particularly innovative, after Robert Smithson's rocks reflected against mirrors, or Mario Merz’s stacks of newspaper and neon in the 1970’s, there is a quiet and unusually humorous aspect to her handmade objects. The near reverence involved in making them seems to belie their disposability, implying that even the utilitarian might be too good to throw away, or conversely, that disposing of anything, no matter how derisory, is regrettable (which imbues the series with a subtle tinge of “green” in a refreshingly untrendy way). Ultimately, Trombly’s pieces are a more pointed response to an art market that many feel may have over-objectified the art object, and diminished the value of the idea (I’d say more so than Hirst’s Diamond Skull) because her work fundamentally demonstrates the value of the “idea” at the expense of the “object,” whereas in Hirst’s instance, as one critic aptly put it, “the price tag is the art”. That said, it would seem ridiculous to suggest that Trombly’s work would be a better investment than Hirst’s. So, take your pick.
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David Rohn is an artist and performer based in Miami.
viernes, 23 de mayo de 2008
Television: Marquee Moon
Television es de los mejores grupos punk de fines de los años 70, inclusive post-punk de mediado de los 80. "Marquee Moon" (1977) es el hito sonoro de la época. Con los guitarristas Tom Verlaine y Richard Lloyd al frente, la banda cultivó una peculiar mezcla de garage rock bluseado, pulsante, con destellos de jazz. De ritmos angulares, solos excéntricos y fluídos, canciones con letras llamativas e interesantes, Television siempre se aventuró por lo raro e impredecible.
"Unbroken Ties: Dialogues in Cuban Art", A Predictable Proposition
Elizabeth Cerejido
Last week I went to see "Unbroken Ties: Dialogues in Cuban Art" on view at the Museum of Art, Ft. Lauderdale. I was excited about the challenges that I had anticipated would be presented in the exhibition whose curatorial premise was fueled by the concept of "dialogue" (a word that has had a resounding negative connotation and political charge within the context of the Miami/Cuba narrative). Upon entering the exhibit, however, I was immediately put off by the wall text that greets the viewer, for its unabashed subjectivity and heavy-handed clichés. This I found to be true throughout the entire exhibition. Undoubtedly, each artist is represented by a work from the permanent collection that is his or her best. However, the formal and conceptual complexity, the thought-provoking and unwavering personal intensity, which almost every piece is imbued with, is diminished by the descriptive text that is carried throughout. Each work or series of works is forged into the pre-scripted acts that separate the exhibition into different sections: Paradise Lost, Risking Life and Limb and Unbroken Ties/ New Reality. This approach prevents unexpected concepts, challenging contradictions and shared commonalities among each artist’s work to emerge. In other words, the opportunities for dialogue are lost or predictably presented. I found this to be the exhibition’s most unfortunate aspect. That said, it is regardless, a historically significant accomplishment for Mr. Santis and the museum in single-handedly putting together a collection that reflects the artistic richness, diversity and complex personal histories that have come to define Cuban and Cuban-American art. Individually each of the works in this collection address the issues of identity, loss, exile, pain and separation that have defined the great schism that lies between there and here.
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Elizabeth Cerejido is an artist and curator living in Miami.
jueves, 22 de mayo de 2008
Forrus cubanensis
Forro: embalaje, envoltura, doblez de la verdad. ¿Ver-qué? Qué palabra tan rara, ¡deja eso niño! Desde tiempos de la colonia existía ese deseo-de-ser específico apostólico y martiano llamado castrismo.
la verdá no puede aguantá
se fue sutá
songo bilongo
mentira le pegó un bofetón
cháchara compongo*
¿Qué es el forro?
Yo, Carnívoro
Tumiamiblog
Malthus jamás imaginó que la solución a la crisis de la superpoblación mundial puediera estar en la carne animal. Me explico. Desde la segunda mitad del siglo XX se han disparado dos poblaciones, la humana y la animal criada para el consumo humano. Entre matadero y plato, hay una industria por la que circulan de miles de millones de animales (su crecimiento puede ser rápido y hormonalmente inducido). De acuerdo con Frances Moore Lappé en su libro Más allá del mito de la escasez, la intensidad de la producción alimenticia es proporcional al corto ciclo de vida del animal criado para este fin. ¿Has notado la diferencia entre el grasiento y obeso superpollo industrial y la relativa flaquencia del pollo orgánico? Oferta y demanda: ¿Qué ganamos con nuestros hábitos dietéticos? La mitad de la producción anual de pasto y granos en Estados Unidos está dedicada a la ganadería. ¿Y el agua? Casi la mitad del precioso líquido es usada para la producción de carne. ¡Una libra de carne = 2,500 galones de agua! Estudios recientes (Nick Fiddes y en su esclarecedor Meat, A Natural Symbol) sugieren que tal demanda ha desgastado nuestras reservas acuíferas. No es todo: 7 mil millones de toneladas de tierra fértil (el llamado topsoil) son desperdiciadas tan sólo en los Estados Unidos por la industria ganadera. 2 millones de toneladas de excremento que se transforma en amonio y nitratos solubles (otra causa de la contaminación del subsuelo) y el problema del enorme desecho de vísceras animales. Tal demanda de carne en occidente (y pronto China) incide en la macroeconomía global. No hay duda de que la deforestación de la selva amazónica tiene que ver con la producción de carne en occidente. A más carne menos bosque y tierra fértil, más erosión ambiental, es decir, más desbalance entre los dos mundos y por consiguiente más hambruna, depauperación y muerte (se espera que el consumo de carne se duplique para 2050). Pero hablo de una parte importante de mi dieta. ¿Qué hacer entonces?
miércoles, 21 de mayo de 2008
Vericuetos del alma
No quiero darle esa importancia monumental a tus besos. Requiere demasiado tiempo, demasiada reflexión, demasiado miedo; compleja angustia a flor de labios, cremosa complicidad. No quiero adornar tus besos, ni con símiles, ni con pifias, ni con augurios,
ni con vericuetos. No quiero magnificar tus besos mínimos, tácitos. Besos de este mundo.
El del vacío
Te dejaré aun más. Prolongaré de un suspiro mis temores, vaciaré mis preciadas dudas y renunciaré al recorrido, al gentío, para que me encuentres sin desesperos. Te dejaré aún más, mucho más. Incluso, después del vilo. En la calma.
El de la tristeza
Por los vericuetos del alma anda siempre la tristeza, con llagas temporales de golpes bajos a la esperanza. No le abres la puerta. La derriba. Inunda el espacio en masa, a cántaros, como legión de cirujanos. Precisa, exacta... maestra (te dan ganas de hundir los codos en las entrañas y doblarte, doblarte, doblarte). Se va por donde vino. Te deja lo que le permites.
El del tiempo
–¡Ey! ¿Quién eres?
–La medida de todo.
–¿Y qué haces?
–Responder todas tus preguntas.
–¡¿Todas?!
–Sí. Haz una, la que gustes.
–¿Qué hago aquí, en este vericueto metido?
–Fue tu elección.
–Sí, pero ahora, qué hago. ¿Cómo salgo de aquí?
–Conmigo, saldrás conmigo.
–Sí, pero ¿saldré bien o mal?
–Créeme, no tiene la menor importancia.
martes, 20 de mayo de 2008
La Yoani que no es
Rosie Inguanzo
Primero el Premio Ortega y Gasset por su voz “vivaz y directa” y “el ímpetu con que se ha incorporado al espacio global del periodismo ciudadano”. Después la revista Time la acuña como una de las 100 personas más influyentes de 2008. Y medito sobre cómo la Internet se apropia de una persona. No estoy convencida de que Yoani sea la que me pintan en el cyberspace; no surten efecto en mí los que se erigen como su patrimonio. Y. se mantiene imperturbable al reporte del tiempo, ante la avalancha mediática del premio y el subsiguiente uso mediático de su persona con propósitos políticos. Ella constante en su voz: no confrontativa pero directa -no viene a pelear sino a dialogar, sutil, humorosa, alimonada inteligencia, escoge cada una de sus palabras con cálculo audaz, moderadísima. Su sobriedad contrasta con el despliegue melodramático de seguidores y perseguidores. Aún el mérito de Y. pertenece a Y. Pero ¿quién es Yoani? “Soy bastante despistada”, explica ¿tímidamente? Y voy por lo que ella dice y no lo que de ella se dice: Advierte que lleva una utopía impuesta en los hombros (por la que “mis abuelos se persignaron y mis padres entregaron sus mejores años”), y que no está dispuesta a heredarla a sus hijos. “Sencillamente me dediqué a contar mi realidad desde el distorsionado foco de las emociones y las interrogantes”, apunta. Halló el intersticio en la celda por donde se cuela una luz. Dice que no piensa "dar ninguna prueba que niegue esas acusaciones de ‘infiltrada’. A los que les alivia y les quita la culpa creer que me atrevo porque estoy protegida o que me han mandado a decir todo esto, pues adelante.” Sospecho que su tono comedido no se debe a la mordaza tanto como a la deliberada independencia de esta mujer. Pero para mí, Yoani sigue siendo un misterio.
lunes, 19 de mayo de 2008
Sigue el spot
Trace Crop Off
Tanda dominical: Spaghetti al nero di seppia al pargo
Tumiamiblog
¿Y esa belleza tan auténticamente italiana?
"Se la debo al spaghetti".
Sofia Loren en entrevista para Life Magazine, 1958.
Ingredientes para cuatro personas: Spaghetti nero di seppia (hecho con tinta de calamares), 1 filete grande de pargo cortado en trocitos y marinado con limón, pimienta, aceite de oliva y sal; 4 dientes de ajo, ají amarillo y/o rojo, basilio, aceite de oliva extra virgen y queso Parmigiano-Reggiano fileteado. Método: Corta el ajo longitudinalmente en rabanadas finas y déjalo quemar (preferible en paila Calphalon, non-stick de 12 pulgadas de diámetro) con una gotita de aceite; el olio lo añades cuando la sartén esté bien caliente. Ponlo en un plato aparte. Haz lo mismo con el ají picado en lascas, luego cúbrelo con tapa de cristal (combinación de ají a-la-plancha y al vapor). En otra hornilla calienta el agua para la pasta. Asusta el ají con una gotita de buen vino blanco (buena tequila, mejor); agita la paila y tápalo de nuevo. Saca otra sartén, déjala calentar y tira el pescado. No lo ripies: tendrás cuidado de no moverlo inmediatamente, el truco está en que la superficie del pargo se tueste para entonces voltearlo cuidadosamente -con pinzas. Saca el ají, ponlo en un plato aparte y haz lo mismo con el pargo a-la-plancha. Echa la pasta en el agua hirviendo con un poco de sal hasta que esté al dente (la medida de spaghetti de cada comensal está dada por un pequeño círculo lleno del fideo entre pulgar e índice). Escurre la pasta. Pica el basilio bien finito. Ahora tira todos los componentes en una fuente en este orden: spaghetti, ajo, basilio y queso. Revuélvelos con la pinza y añade un toque de aceite de oliva extra virgin, buscando la ansiada mezcla heterogénea de colores e ingredientes. Sírvelo y adorna la mistura tricolor con los trocitos de pargo previamente cocinados a la plancha. Corteja la pasta negra al pargo con un buen Pinot Grigio.
domingo, 18 de mayo de 2008
El Gordo y el Flaco
Jesús Rosado
Según Erasmo de Rótterdam si reírse de todo es propio de tontos, no reírse de nada es propio de estúpidos, y a esa terquedad contra el cretinismo le debemos cuota histórica a Stan Laurel y Oliver Hardy, pues no existe dueto cómico que haya provocado tantas toneladas de risa como el Gordo y el Flaco. Unidos profesionalmente desde 1927, gracias al olfato del productor Hal Roach, llegaron a convertirse en una de las mejores opciones de la comedia visual, llegándosele a considerar como la más relevante pareja comediante del cine. El concepto Laurel & Hardy revitalizó el consabido slapstick del acervo humorístico anglo quien era el mayor consumidor de este estilo violento del bufo escénico, aunque su comicidad penetró con éxito en todos lo públicos del género. Sin embargo, el contrapunto entre la necedad flemática de Laurel con la irritabilidad del bonachón Hardy, le permitió a Roach derivar hacia una oferta más orgánica y sutil en la comedia de situaciones, en las que el simpático contraste de los personajes se hizo exitosa fórmula continuista. El nivel de complementación de la pareja llegó a niveles de invalidez individual. El uno sin el otro no alcanzaba horizontes en la gran pantalla. Cada intento en solitario terminó en rotundo fracaso, mientras que juntos eran capaces de lograr piezas antológicas. Laurel, el flaco, atolondrado y cohibido era el gancho seductor y activo de la pareja, siendo además, el cerebro guionista de los performances. Hardy era decidido y fanfarrón y el soporte situacional de la dramaturgia. Por el dominio de la acción escénica, la pareja hizo cómodamente la transición entre cine silente y sonoro, aunque sus frivolidades temáticas carecían de peso para el largometraje. Aún así, la trayectoria del dúo devino legado en el humor contemporáneo, repercutiendo en todos los medios visuales, desde el cartoon hasta en la publicidad, e influenciando en la carrera de ingeniosos humoristas como Jerry Lewis y Dick Van Dyke. Sobre Laurel y Hardy han circulado persistentes rumores de la farándula, afirmando que tras la entrañable relación había una discreta pero intensa relación gay, lo cual parece contradecirse con la estabilidad matrimonial de Hardy y la escandalosa heterosexualidad de Laurel. De ser cierto no haría más que refirmar el aura lunática de una talentosa y laboriosa pareja, a la que más allá de las murmuraciones le debemos abundancia de risa, esa terapia optimista que la cultura americana cataloga como infalible.sábado, 17 de mayo de 2008
Perfume de mujer
Alejandro Robles
Andrés tenía una amante doce años más joven que su esposa. Se llamaba Margarita y tenía aspiraciones de actriz o de bailarina. Es decir, no estaba segura si darle prioridad a la belleza de su rostro o la exuberancia de su cuerpo; en todo caso trabajaba en una oficina. Cuando Andrés la conoció le dijo, (pero era falso, lo terrible es que era falso) que se estaba separando de su esposa. Cada vez que iban a encontrarse, Andrés se bañaba en un perfume tan fuerte y empalagoso que, sólo después de varias sesiones de jabón, era posible desprenderse de su aroma. Una noche, su esposa le advirtió que si sus vibrisas volvían a excitarse con el más leve bálsamo femenino, sería el fin. Andrés le pidió a Margarita que no volviera a usar perfume porque era alérgico. Una tarde, sin embargo, Margarita cubrió todo su cuerpo con la fragancia delatora. Andrés recordó que justo junto a su casa había una gasolinera. Hundió las manos en el motor grasiento del carro. Después roció su ropa y sus manos con gasolina (el poderoso aroma de la gasolina enmascararía, sin dudas, la dulzona fragancia acusadora). Le diría a su esposa que el carro había sufrido una avería, que le había pedido a un empleado que le rociara las manos con gasolina para limpiarlas y que, el muy estúpido, la había derramado también sobre su ropa. Su artimaña funcionó. Andrés entró a la cocina y le pidió a su esposa que le prepara una taza de té. En la cocina su mujer encendió un fósforo. En ese instante vio algo en lo que Andrés no había reparado, algo que formaba parte de la oscura venganza de Margarita; sólo un detalle, una pincelada maldita que brilló y ardió ante sus ojos como el mismo furor de la combustión del fósforo. De pronto, con el pabilo de madera del fósforo consumiéndose entre los dedos, advirtió, en el cuello de su camisa de su esposo –cubierta de gasolina- la marca del pintalabios de una mujer…
viernes, 16 de mayo de 2008
Verde que te quiero verde
Tumiamiblog
Calentamiento global, deforestación, lluvia ácida, desaparición de las especies, envenenamiento causado por pesticidas, desgastamiento de la capa de ozono, la cuestión de la comida genéticamente modificada... ¿Te importa? Nuestra llamada “evolución cultural” ha alterado el delicado balance de la evolución biológica del planeta, lo que Schwarz y Schwarz llaman “la instrumentalización desastrosa de la naturaleza”. ¿Cómo seguir indolentes ante un hecho indiscutible? La plataforma verde en sí misma establece parámetros claros de protección contra la opresión política y social del individuo (es decir, la primacía del balance ecosistémico implicaría equilibrio entre la vida humana y la no humana). Coyunturalmente, no es lo mismo decir “ambientalismo” que “ecologismo”. El primero sugiere una combinación de planificación con negociación acomodando cambios incrementales (algo así como un corporativismo verdoso). Demasiado tarde: La industrialización acelerada, el crecimiento de la población mundial, la pobreza, y el despilfarro de los recursos no renovables requieren acción inmediata. El ecologismo exige un cambio radical (el “imperativo verde” del filósofo/agrónomo Colin Tudge) en nuestra manera de interactuar con la naturaleza. A continuación algunos puntos para una plataforma ecologista: 1- El autoritarianismo democrático de los Robert Goodin y William Ophlus, especie de paternalismo ecológico de multas, mezcla de legislación y prohibición. Mientras los derechos verdes se priorizan, “la comunidad impone demandas ecológicas sobre los individuos”. 2- Altruismo ambiental (a tono con los incrementos en las “políticas verdes” de los países nórdicos), capitalismo con inyección de budismo que pone menos énfasis en la competencia y más en la colaboración. 3- La llamada “legislación verde” del lobby ecológico, ideas salidas del Green Party Manifesto For a Sustainable Society (ejemplos: los aportes del Grüne Partei o Partido Verde alemán). 4- Cambio en la esfera privada (conductivismo ecológico, táctica desde abajo que comienza en el hogar y por ende la comunidad). Hay ejemplos en la Gran Bretaña de los años 80, con iniciativas como “botar menos, reciclar más”, ahorro de electricidad y de agua (“if it’s brown flush it down, if it’s yellow, let it mellow”). 5- Poder a la comunidad: Alternativas que tienen como ejemplo el llamado Trade System (o LETSystem) especie de sinecología implementada en Vancouver, Canadá, de 1983-1989, en que se da primacía al trueque y la conservación en lugar de la compra. ¿A qué viene tanta alergia cromofóbica con el verde? ¡Despierta!
jueves, 15 de mayo de 2008
Could you be-loved?*
Dinorah Pérez-Rementería
Have you ever pictured the love of your life? Tall, short, athletic, skinny, overweight, artistic, pragmatic, with blue eyes, smart? What if you haven’t and he takes you by surprise? What if he appears just when you think everything is (not perfect but at least) Ok? What if you become a sentimental little girl after having been praised for being cynical? Let’s say, for example, you may spend three hours on the road without noticing it, smile at the sunset in your mirror, listen to the horoscopes on the radio, spy on a couple of doves kissing in the kitchen window, or even discover (God, this is really embarrassing!) the most beautiful rainbow over I-395. And you can’t understand how –why- it is happening, for there isn’t any logic (except an ironic hypothesis). You cried so much when you left your country four years ago, you wanted to leave Miami as soon as the aircraft landed, you couldn’t stand the fact that your younger brother needed to stay for a period of two months in the number one Spanish-speaking city in the United States; so many Cubans there (the kind of Cubans who would still be loud in a quiet place or look at you with shameless eyes). And yet, you could’ve been saved if you had gone somewhere else in Aventura, Little Havana, Plantation, Pembroke Pines. Only he exists now. He is there, so far away; drown between patients, nurses and front-desk ladies, infinite cell-phone numbers and no-number-telephones, gigantic wedding rings, walls, doors.
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*Note: This is a work of fiction. People, places, events, and situations are the product of the author’s imagination. Any resemblance to actual persons, living or dead, or historical events, is purely coincidental.
miércoles, 14 de mayo de 2008
Historia de H
Ingeborg Portales
Jueves: el lesson plan que me dejó la maestra de tercer grado indicaba que escribieran un párrafo sobre la familia. H tiene 9 años. Es una de las más altas del aula y la más fuerte. Parece un varón. Es tosca, está sucia y despeinada. No lleva aretes. Es contestona y se sienta con los pies sobre la silla. Ya sé que esta me va a dar problemas hoy. H escribe: “I’m my own best friend”. Me lo enseña desafiante. ¿Está bien? Lo pienso en español. No sé que responderle, pero sospecho que algo anda mal. Después pregunto. Efectivamente, La Corte se la quitó a sus padres. Viernes: tienen que escribir about a career. H se acerca. How do you spell “graphic?” Me cuenta que quiere ser diseñadora gráfica y que le gustan los leones. Le pregunto qué tipo de música le gusta y la mocosa me suelta a boca de jarro que el jazz y el blues. Creo que me está tomando el pelo. Sabe demasiado. La toca. Eso que tiene tu sortija no es una piedra porque no esta fría. Es de esa cosa que echan los árboles. Resina. 3:00pm: Dismissal. Le prometo que mañana le traeré un CD de jazz y unos aretes. Los quiere rosados. Se pasa la hora y no viene nadie a buscarla. Estoy apurada. ¿Quién viene a buscarte H? I don’t know. ¿Pero quien viene generalmente? My sister, pero yo creo que si ella no viene tú puedes ser mi mamá hoy. Olvido hasta el nombre del security. Señor aquí le dejo a H. Salgo volando a recoger a mis hijas.
martes, 13 de mayo de 2008
A Boy And His Dog
Basada en la novela de Harlan Ellison, A Boy And His Dog de L.Q. Jones (1975) es pura sátira post apocalíptica, con Don Johnson como Vic (nómada y violador ninfomaníaco) y su perro “Blood” (canino telépata que encarna la voz de la razón cínica y trata a su amo como un retrasado mental). En la América de 2024 (cualquier parecido con Mad Max es pura coincidencia) vivimos dos universos paralelos: Uno de superficie a-la-Western, patriarcado caótico habitado por criminales hambrientos de sexo y el otro, “Topeka”, sociedad totalitaria y genéticamente estéril gobernada por “El Comité” (especie de partido comunista). No hay que ir tan lejos: El futuro de Ellison en los años 70 de la Guerra Fría es nuestro ahora fundamentalista y religioso de la “era Bush”, con mayoría aterrorizada o robotizada por la culpa (lo que nos trae al debate de si nuestro castrocomunismo fue elegido o impuesto por la fuerza). La Topeka de Ellison nos recuerda la raza elloi de inocentes lerdos y subterráneos en La maquina del tiempo de H.G. Wells. Patriarcado y martriarcado son dos caras de la misma moneda: Ellison hiperboliza dos posibilidades de desastre ecológico, social y político y las revienta en busca de respuestas. Volviendo al film, Quilla June (Susanne Benton interpretando la bella rubia) topekaiana al fin y al cabo se empata con Vic y lo usa como carnada espermática (mientras haya gozadera, Vic no tiene problemas). ¿Se puede ser feliz en la máquina de la felicidad? Quilla no es tan mala como parece y acaba auxiliando a Vic (sin saber que cuando se trata de escoger entre perro y fémina...) con un final mucho peor en manos de su prometido terrícola. A Boy And His Dog es diversión efectiva y necesaria. No te la pierdas en tu cine favorito.
lunes, 12 de mayo de 2008
Siniestro aéreomiamense (junio 23, 1969)
Adalberto Delgado
Al momento de los hechos yo sólo llevaba dos años y medio de exiliado y La Paloma estaba en pleno apogeo. Esa mañana Richard se ofreció a llevarnos a mi y al “Indio” (portugués súper socio que vivía a unas cuadras del palomar) de surfing a South Beach. Aunque se acercaba la temporada ciclónica decidimos lanzarnos a la aventura. No faltaron los regaños de Yiyito y Lázaro: ¡Se van a morir, cojones! ¡No sean tan comemierdas! Para nosotros no existía el peligro. Éramos… los cuban surfers tenebrosos. El negro René no pudo resistir la tentación y quiso sumarse. Qué va, el racismo estaba en llamas en Miami, especialmente en la playa y queríamos evitar problemas. No fue fácil convencerlo (era un shock para el negro que en Cuba nunca había visto nada así). Llegamos al playón en la carroza “Volvo” de Richard -había que darle cranque de lo vieja que estaba. Con el oleaje que hacía ola y nosotros tirándonos desde el puente de palo, nos grita el Tony Lavatt (ahora famoso profesor de video en San Francisco Art Institute): “Caballerooo salgan ahora mismo. Se estrelló un avión de pasajeros de Dominicana de Aviación en plena 36. ¡Vamos pa'llá!”. Salimos mandados, del agua al Volvo, con la adición de Aimara, Pilar y Xena, chicas palomeras que habían ido a la playa en la guagua. Yo feliz como una… jamoneándole el fondillo a Xena durante el viaje... las hormonas sueltas y Xena “gordita piravadora” encantada de la vida. Salimos corriendo al cordón de la policía. Tremendo siniestro accidente: El avión de barriga en plena 36 calle del NW entre la 27 y la 32 avenidas con los cuerpos tirados en pedazos. Llegaban ambulancias y carros de bomberos de todas partes. En medio del caos, nosotros antojados de un pedazo de avión de souvenir. Richard tuvo suerte y se empató con un espaldar de butaca. Mientras, de vuelta en el Volvo y en plena tragedia se escuchaba: ¡De pingaaaaa! ¿Tú crees que salgamos en las noticias esta noche? ¡Yiyito no hables tanta mierda y acaba de poner las noticias!
domingo, 11 de mayo de 2008
Madre Nuestra
Rosie Inguanzo
1.Cuando quise homenajearla le coescribí un monólogo febril y pedí a un hombre (Larry Villanueva) me la representara; trabajamos arduo hasta que dimos con esa cosa rara. Mi madre es medio macha, su fuerza bruta, su resistencia y permanencia feliz sobre la tierra tienen ademán andrógeno. La mujer del campo que da hijos como curieles se redondea masculinamente. Le he viso dentelladas de fuego para defendernos; parar golpes con el pecho. Amantísimo engendro. Ahora que está viejita le sobo las caderas con mentol para ahuyentarle las penas de la edad y algunos recuerdos; reviso las huellas en su piel, medallas del tiempo. Su memoria es impecable e implacable y sus cuentos recovecos, crónicas editadas; transcribo sus dicharachos y viñetas vodevilescas, reinterpreto sus días y noches, me embelezo. Ser madre e hija es intercambiable; sucede igual con ser su mujer: somos la madre de nuestra madre y la madre de nuestro marido, (o la hija del mismo, pero ése es otro post). 2. Compré a Natalia una osa Panda abrazada permanentemente a su cría. B. me cuenta que la llama tía Rochi y que es el peluche por el que la niña tiene mayor apego, que antes de salir lo reclama, que al llegar lo va a buscar y ha de dormir con ella. Lo que Nana halla en el peluche es fundamental e irremplazable. Nana aún no sabe lo que expresa. Y nada tiene que ver conmigo que soy incidental. Y la abrazo mientras ella abraza la osa que a su vez abraza permanentemente a su cría, bajo la mirada formidable de B. El hecho de que el bebé osito esté cosido al abrazo de su madre hace estallar la alegoría: Nana y yo siempre añoraremos el cobijo de la madre, la casa primera, el halo protector de su existencia. Y nos asimos por cualquier recodo del símbolo; qué sentimiento abrasador qué llama descollante este amor.
sábado, 10 de mayo de 2008
PUNK IS COMING!
Una nueva cultura se cuece en el New York desde principios de los años 70 que rechaza los preceptos del culto hippie (si bien ambos grupos compartían la retórica de “sex drugs and rock and roll”, los hechos de Altamont y la familia Manson parecían demostrar un camino torcido). De Timothy Leary a Noam Chomsky a Sid Vicious; el cambio se perfila también en la subcultura de los comics de fines de la década del 60 (violencia gráfica misoginista con tripeo proto-punk de los Greg Irons, Rory Hayes y Robert Crumb, ídolos del bajo Manhattan). Comparados con la generación anterior, la ola punk exhibe una actitud cínica en lo político y anarquista en lo social: No se trata de crear una nueva sociedad, sino apropiar los mejores retazos temporales del futuro anterior, especie de situacionismo guydebordiano postmoderno (ajeno al idealismo naif utópico hippie) impregnado desde fenómeno París/68. Los pepillos con los pelos parados se maquillan pomposamente, se cubren con harapos, cuero, pantalones tubo y botas altas; pose glam de sello andrógeno pretenciosamente bombástico que llega desde la "fábrica" warholiana con destellos anti/ciencia/ficción. La música punk es sálvense quién pueda, garage con sicodelia y noise (potaje de Stooges con Pretty Things y Pierre Schaffer) a todo volumen; palpitaría estentórea y latosamente en el famoso CBGB Club de New York. A principios de 1975 se oían piquetes importantes como Ramones, Television, Blondie y la eléctrica Patti Smith. La gente bautizó la nueva ola como “street rock”. John Holmstrom, artista y escritor recién salido del New York School of Visual Arts, se había cogido con la revista Mad y otros comics europeos como las francesas Metal Hurlant y Charlie Hebdo; decide entonces publicar una revista que capture el momento: De ahí Punk Magazine, híbrido que definió como por arte de magia el nuevo fenómeno (se dice que el término “punk” es de Legs McNeil). “PUNK IS COMING” anunciaban los afiches (y la gente pensaba que se trataba de otro piquete rockero de flacos con pelo engomado). El resto es historia.
viernes, 9 de mayo de 2008
Perfectos desconocidos con historias tan fuertes como la de cualquiera de nosotros
Ingeborg Portales
Cuando nos presentaron a Mariano Ruiz, sacerdote jesuita, quedamos impresionados por el parecido que guardaba con el fallecido abuelo paterno. Desde ese momento, creo que llenó de alguna forma su ausencia. Había nacido en 1914 en Palencia, España. Octavo de nueve hermanos, 6 religiosos consagrados. En 1936, cuando los comunistas tomaron el Norte de España, asesinaron a su hermano mayor Gregorio Ruiz, sj. Mariano fue ordenado sacerdote en 1943 y enviado a Cuba dos años después. En 1961 su hermano Ceferino Ruiz, sj, fue expulsado de Cuba, en el vapor “Covadonga”. Mariano llevaba siempre uno de esos aparatos porque estaba sordo de un oído. Prefirió comprarse una bicicleta china para ‘andar el pueblo’ y repartía el dinero que le enviaba su familia entre los más necesitados. Después de muchas peleas, logró un permiso de la policía para sacar una procesión por las calles. Primera y última. En un accidente se fracturó la cadera. Se recuperó y trabajó por un buen tiempo, pero cuesta abajo. Un día, el superior de los Jesuitas en Cuba, Machín, contó: En 1961 -cuando la revolución iba a ser más verde que las palmas- y Mariano vivía en la Iglesia La Maya, en Santiago de Cuba, el jefe del Ejército Rebelde del pueblo le propinó una golpiza, que lo dejó sordo. Lo recuerdo siempre diciendo: “soy español por circunstancia, pero cubano de corazón”. Murió a sus 91 años, en el 2005, en una casa de retiro de Santo Domingo.
jueves, 8 de mayo de 2008
EXERCISE IN AN AUTUMNAL VOICE (1)
Gean Moreno
“We have no more beginnings.” Repeating George Steiner’s beginning as our own here, claiming like Robbe-Grillet’s spy in Repetition (2001) that “Here, then, I repeat and I sum up,” we may be overplaying our hand, illustrating the idea in the statement in a way that is much too literal, looting it of deeper resonances. But repetition is hardly our concern here. Endings are. “Endings, instead, posses me…” (William Gass). Succinct, doleful, Steiner’s sentiment, the crepuscular spirit that animates it, finds few who wouldn’t nod in agreement, if not in relief. As it takes the pulse of the age, the statement sounds a note of acceptance. There is mercy in it. It marks, after all, our inherited lot. Who blames Pinocchio for having been born wooden, knotted? The statement nowhere claims that we choose not to begin again. There are, simply, no more beginnings to be had. The bin is empty, the fountain dry, the soil sterile. ‘Fecundity’ advertises another age. The matter isn’t even historical, it’s ontological—and there is absolution for us in this, even if an acute melancholy travels with it. What the statement fails to register is how deeply guilty we are in our inheriting. “Inheritance is never a given,” wrote Derrida, when he started listening to ghosts, for ghosts, “it is always a task.”
miércoles, 7 de mayo de 2008
Pierrot le fou
Tumiamiblog
Basada en la novela de Lionel White Obsession, Pierrot le feu (1965) puede verse como la exploración de una relación sentimental en la Francia pre-mayo, 1968, vuelta de Godard al thriller, en el estilo reflexivo de Les Carabiniers. El film describe un episodio en la vida de Ferdinand (Belmondo) quien, en arranque artaudiano, se escapa con Marianne (Anne Karina) la nodriza de su mujer en loco viaje de automóvil hacia el sur... a poco cunde la traición y una muerte horrible (que pareciera accidental). Le sigue la trama gordardiana sobre el ser, la sociedad y la alienación dentro de un roman policíaco a-la-Robbe Grillet (casi sin guión) con destellos de Paco Ignacio Taibo II. No se pierdan la excelente música del detallista Antoine Duhamel (influenciado por el Bernard Hermann de Hitchcock) con leit-motifs para cada tiempo y espacio. Como siempre, está el cameo del maudit hollywoodense (en este caso Sam Fuller) y las consabidas referencias intelectuales de Godard al cinema y el arte (color como indicativo de mundos posibles). Pierrot no será Alphaville (también 1965), pero ganó el premio de la crítica en el festival de Venecia, 1965, y sirvió como pie para el mejor film de los años 60 de Gordard: Weekend. En el contexto actual del cine hollywoodense de los Copolla, Scorsese, Spilberg (maestros setentosos al borde de la chochera) o el indie experimental actual, sea el irónico de Neil Labute, el degradado de Todd Solondz, el offbeat de Wes Anderson o la fórmula Sodeberg, Pierrot se sostiene como cine de primera: moderno, abierto, inteligente, no "para entretener" sino para vacilar, aprender, disfrutar... pensar. Cine como arte imprescindible.
martes, 6 de mayo de 2008
La Habana, 1968
Jesús Rosado
Cruzamos el parque entre la fauna rebelde. Chicos y chicas de jeans, chanclas y collares acampan junto a notas de rock y efluvios clandestinos. Entramos en El Camagüey de Galiano y San Miguel, y Bibiana pide un helado de almendras. Nos sentamos. Mientras la observo paladear, se me confunden sus pecas con las semillas incrustadas en la crema cuajada. Su perfil cautiva. He visto láminas de un tal Boticcelli que recrea rostros así, con la diferencia que el de Bibiana resplandece con sus mohines traviesos. Más allá de su silueta, la tarde plomiza. Grisuras como éstas presagian una pena en la ciudad. Leo alguna frase de Proust a Bibiana. Lo esencial de 1968 ha sido descubrir los párrafos de Marcel, además de iniciarnos en el sexo. El cabello de mi muchacha se mueve inquieto. ¿Viste lo del parque? …un puesto de reclutamiento de la Columna Juvenil. Y señala el kiosco y las pancartas exhortantes. El Fe del Valle está repleto de altavoces y desde una reproductora mana un Silvio nasal con su era pariendo. Los pelilargos han juntado guitarras y gargantas. Están replicando con algo de Hendrix. Voy entendiendo porqué hoy las calles atrincheran tanta fobia. Bibiana posa su mano sobre mi brazo. ¿Y… que decía Proust? Pero ya no hay tiempo de contestar. Caducan los rituales de la amenaza, la historia va a descargar su neurosis. Los melenudos voltean las pancartas, mientras algunos se introducen en el kiosco asumiendo la casetera. Los acordes de White Rabbit se adueñan del aire y de las esquinas. Otro grupo se ha sentado resuelto sobre el asfalto justo frente al Tencent y ha paralizado el tráfico. La gente se aglomera atónita. Nadie interviene. Dejan que estos chicos de melenas y flores instauren sus minutos de desgobierno. Bibiana y yo nos apostamos para observar mejor. Allí están en actitud zen Omarito Sesohueco, Franklin, Manito el baterista, Esteban, y otro, y otro y una docena de chicas con claveles pintados en sus mejillas… toda una comuna desafiante. Las canciones se van sucediendo. Ahora late Forever Changes de Love. Luego Astronomy Domine enrarece la trama. La muchedumbre, repentinamente, se dispersa. Van llegando los Alfa Romeo de la policía. Uno, dos, tres. Enjambre. Carros jaulas. Sirenas. Del altavoz brota el timbre salvaje de Aretha. Con Respect comienza la contienda. Sicarios que se abalanzan. Una morena, embestida por un mastodonte, saca de su espendrun un minipunzón con el que atraviesa el brazo del agresor y echa a correr. La Franklin descarga ahora Think. Carolina la Portuguesa, extrae de bajo la minifalda una navaja y corta el cachete del fiana que atenazaba su cuello. Manito derriba a otro guardia, más éstos se reproducen como moscas. Todo un ejército. Los insurrectos de pelo largo irán cayendo poco a poco. Se repliegan. Otros, sangrando, son arrastrados hasta los calabozos rodantes. Bibiana y yo emprendemos carrera. Un sargento intenta cazarme trabándome el pullóver y se queda con el trapo podrido entre las manos. Bajamos por San Miguel y torcemos por Águila. Irrumpimos por una escalera y hasta el cajón de azotea no paramos. Llegamos descalzos. Por unos momentos nos mantenemos expectantes. Luego, jadeando, entre penumbra y polvo, nos embarga la excitación y espantamos el miedo erotizándonos. Palpo goloso los pezones crispados de Bibiana cuando a lo lejos, proveniente del parque, rompe el grito más hippie y más caribeño que haya escuchado: ¡Peace and looooove, singaaaooos! Y del persistente altavoz logro reconocer, todavía, los compases de Jennifer, la dulcísima balada de Bert Sommer.
lunes, 5 de mayo de 2008
La Coca-Cola del olvido
Rosie Inguanzo
La que se toman los cubanos que llegan, al día siguiente. He ahí la retórica oportunista. Press release: Acaba de pedir asilo político el bailarín fulano de tal… ¿Hay necesidad en el Ballet? Sí. ¿Te descuentan? Sí. ¿Que cuánto te pagaban en Cuba? Y se encoje de hombros, cuando sabemos que allí le tumbaban más de la mitad del sueldo. “No me acuerdo.” En la frontera pediste asilo, ¿me vas a decir que no te acuerdas? No tienes miedo, lo que quieres es garantizar su regreso a Cuba. PP se enaltece: ¡No!, es un descaro. Yo lo entiendo - dice A. ¿Qué me dices de eso de “no tengo nada que ver con la política”?, replico. Somos otro exilio; ya no hay convicción en los que llegan, agrega PP. Cuando Carlos Otero estaba ayer en La Habana éramos los intolerantes; ahora lo recibimos y lo sincronizamos. Nosotros los miameros dejamos pasar los intereses compartidos del que llega desmemoriado y sus pecadillos cómplices. Tragamos nuestros sorbos amargos de historia porque entendemos el mierdero nacional. Pero hay que refinar el alma, hay que denunciar el revuelo oportunista, vaya sin autoengaño –digo sin ánimo de denostar. PP agrega que nosotros importamos toda Cuba, todo es asimilable. ¡Ah, pero ellos no! Allí no podemos llevar cultura, ni llegar y trabajar en la TV cubana. Miami está adelante en todo, hasta el talento se importa -dice. JR agrega que casi seguro Carlos Otero fue mandado a buscar; lo sacaron vía Canadá con contrato. ¿Qué poco valor podemos darnos, si nos reclutan en Cuba para trabajar en cultivos hidropónicos de marihuana en La Florida? Somos modelo, pondero. Y el librito pata e puerco de Silvio Rodríguez que se vende en las librerías locales entre biografía autorizada de Obama y petunias tropicales. Llegan sin dilema ético que examinar ni necesitan tiempo para asimilarse. El desgaste es evidente. Y aún hay quien se hace eco del discurso oficial que nos estigmatiza, pregonando internacionalmente nuestra supuesta intransigencia y singulares defectos. Somos otro exilio, mucho exilio, pero no hay tema.
domingo, 4 de mayo de 2008
Bas Jan Ader y "la tristeza" del ser
"Estoy demasiado triste para decírtelo", escribe Jan Ader en la tarjeta. ¿ ... ? Hay una pista: "El espacio entre nosotros llena mi corazón con una angustia intolerable". La imagen llorona, subjetiva de Jan Ader es puro artificio (y por tanto, se cuestiona la autenticidad del acto mismo). Jan Ader da en el clavo: ¿No es la tristeza una especie de lloriqueo frente a una cámara montada por -y para- uno mismo y los demás?
sábado, 3 de mayo de 2008
Polaroid ha muerto
Víctor Jimenez
Acaban de anunciar la muerte de P. Me tomó por sorpresa. Termina una era. P se inició en 1938 para la investigación científica y militar, pero no fue hasta 1948 que prende de verdad, revolucionado el mundo de la fotografía, gracias a Edwin Land su creador y fundador. P es un dinosaurio en esta era de alta tecnología, lo mismo que el telégrafo y el teléfono público. Ya no es rentable, le ganó la fotografía digital. Muchas de nuestras historias hechas con P están guardadas en alguna gaveta, momentos que debemos cuidar. Ya no veremos la salida de la foto para tomarla con la punta de los dedos por el borde, ese esperar la reacción química, 60 segundos de inmediatez, soplarla, sacudirla y vernos retratados en un instante, nada. La maravilla de la cámara instantánea: P se prestaba para todo, el arte, el sexo, recoge los momentos más intrascendentes y privados de los últimos 50 años (no me digan que no tienen una foto desnudos): la pata del gato, pedazos de alfombra, la lámpara del cuarto, un filo de muslo...banalidades. De nada sirven ahora los gritos de los nostálgicos, las firmas y las cartas de reclamo. Polaroid dejará de fabricar películas: Adiós a los costosos cartuchos. ¡Andy Warhol si vivieras!
viernes, 2 de mayo de 2008
Mayo del 68: París cuarenta años atrás
Amílcar Barca
Yo sé. Algunos no quieren ni oir hablar de lo sucedido. Pero frente aquel televisor en blanco y negro, aquel niño de pantalón corto que ya empezaba a mirarse al espejo como un “hombre” estaba frente a la pantalla con el miedo que le suponía ver unas barricadas de adoquines levantadas en el Boulevard Saint Germain, en medio de unos disturbios que no entendía. Fue el primer impacto que me hizo tomar conciencia que vivía en un régimen sin democracia. Francia se levantaba en pie por un supuesto “ideal” no definido. España estaba sumida en un silencio por un dictador sin opción a la libertad, mientras los estudiantes coreaban consignas como "Prohibio prohibir", "La poesía está en la calle", "La imaginación al poder", "Paren el mundo que me quiero bajar" o "Seamos realistas, pidamos lo imposible". La “grandeur” de la Francia de De Gaulle se desvaneció por una chispa que provenía del cerco de la Sorbona por la policía (CRS). Habían detenido a unos estudiantes por protestar contra la guerra de Vietnam. Daniel Cohn Bendit -uno de lo cabecillas radicales y hoy miembro parlamentario del movimiento verde en Europa- puso al país galo contra las cuerdas. Aquel Mayo fue una “fiesta”, dicen algunos. Otros lo consideran la aventura más destructiva que haya vivido un país occidental después de la Segunda Guerra. Pero lo que históricamente es un hecho, es que aquellas fechas fueron el inicio de cambios importantes en los valores de las futuras sociedades occidentales. Diversificó hacia mil caminos las visiones del “comunismo”, que no fue más que el inicio de su propia desaparición como ideología dominante. Hubo conciencia de la represión en los países del Este por parte del guardian de la URSS. Se internacionacionalizó la lucha feminista y las bases para la liberación de la comunidad gay y otros modos de vida social diferentes, se pusieron en crisis los sistemas autoritatios educativos, se divulgaron los valores ecologistas en el mundo. Lo mismo pasó con la permisividad de las drogas o el nacimiento de los movimientos pacifistas que “dio duro” en ambas direcciones: al mundo militar capitalista y socialista. ¿Qué hacían ustedes cuarenta años atrás?