viernes, 7 de marzo de 2008

Hope Conner


Amílcar Barca

Bajo un color amarillento en el fondo, unas líneas se quiebran como rajaduras de cuchillo en un panel repleto de una espesa capa de óleo. En esta exposición pueden aparecer desde una silla de jardín, a un primate en actitud pacífica frente al público; desde un pavo real desplumado de su color, hasta una noria de feria vacía... una granada de mano o un niño triste bajo un disfraz de conejo. Hope Conner separa casi siempre sus obras en dos partes. Como un díptico que necesitara encajarse más que dividirse. Un díptico que rompe siempre la obra y permite una coherencia objetual en sus proposiciones. Dos elementos que reflejan en su vida un antes y un después, tal como lo afirma en su declaración de artista en la galería Canvas Café Leysin de Sarasota: “...mesas, edificios, pájaros o casas se me aparecían después de la larga enfermedad que padeció mi padre y su posterior muerte prematura a la edad de 58 años”. A veces los objetos descansan inocuos como si hubieran salido del pop, pero no por su colorido –sus obras son bícromas en su mayoría- sino por la utilización del primer plano y la singularidad a la hora de escogerlos y limitar su lectura. Una mezcla de las piezas de pastel de Thiebaud y los trazos libres del juego callejero y la experimentación formal de Cy Twombly. Llenos de violencia y acercamiento, como en Peacock 2 o en If I Could Think -una obra memorable de sello “baconiano”- donde el desgarro en las figuras así como la propia muerte son el motivo de su discurso. Surgen a menudo de su memoria fotográfica, elementos tan peculiares como el reflejado en Skee-ball at contemporany. Un laberinto de puntos, se convierte en la diana del juego visual de la obra. Edges Zones le promocionó la exposición Lickalicious en octubre pasado. Este evento ha sido su primer aterrizaje en el sur de la Florida. Esperemos que no sea la última vez que sus obras se cuelguen en Wynwood: calidad y futuro son dos adjetivos que porta encima y son tan sobrios como la lectura diáfana de su lenguaje.

8 comentarios:

Unknown dijo...

Donde pueden verse las obras?

Alfredo Triff dijo...

Muy interesante la obra para una artista tan joven.

Alfredo Triff dijo...

Amilcar, le preguntaste porque lo parte todo en dos?

Anónimo dijo...

No lo considero hermoso pero lo poco que he podido ver de su obra me ha afectado. Dan la impresion de alguna vez fueron cuadros con mucha vida pero que luego se contagiaron con un virus, alguna enfermedad que les ha quitado el color y la esperanza. La raya en la mitad es la letra escarlata de este arte enfermo, supongo, la marca del leproso, el hexagrama amarillo, la camisa roja, una identificacion con un proposito que desconozco (la antisimetria?). Pero esta es solo mi impresion. La ultima palabra, por supuesto, la tiene Amilcar, con este interesante post.

Anónimo dijo...

The whiteness blankets chaotic color underneath, mirroring my own desire for control over life frequent unmanageability. Like a scar or scab that refuses to heal, the paintings are multiple, thick layers of paint that are sliced through to reveal only a portion of the surface underneath. All the color that is seen is only what revealed through these etched lines.

Games and antique toys represent some of the most recent work. I use simple games such as Skee-ball and Battledore and Shuttlecock (modern day Badminton) to convey the positive and negative sides of competition in life: while improving strategy, dexterity, and reasoning the player is also learning of gambling and risk taking. The diptych format in the larger works continues to reinforce this idea.

(Del Statement del artista)

Anónimo dijo...

Hoy toca Triff en Tinta y Cafe y ustedes por que no dicen nada aqui? Me llego el email, gracias.

JR dijo...

Gracias por descubrírmelo, amigo mío. Hay una elegancia intensa en los trazos y un discurso poético sobre las mitades asimétricas de cada suceso. Recrea las últimas edades de la pintura americana.

Amilcar dijo...

Disculpen hoy por razones de trabajo acabo de entrar en el blog y no sabía que se publicó mi artículo.
´Tengo que aceptar que no supo que contestarme y al final lo suplió con un "así queda mejor" esto me decepciónó pero no yo no minusvaluo su obra

Bueno llego tarde al concierto allá nos vemos

Amilcar