Ya sabemos que Klinger no devolvió el guante. ¿Por qué? En "Anhelo", la ilustración de la izquierda, el artista padece en su soledad mientras el guante yace, en el césped, cerca de delicados arbustos (¿quién es la figura delgada y misteriosa que lo observa desde el camino?). "Rescate", a la derecha, muestra una escena peligrosa en altamar: Klinger trata de rescatar la prenda que ahora flota -cual emblema ominoso-, sobre las aguas agitadas.