Tumiamiblog
Míralos... plegados en masa, enardecidos, fuera de sí, aplaudiendo y vitoreando al déspota que los arenga. No tienes esa calaña. Eres ameno al ingenuo vacío de caminatas calladas en la alborada, deseas oír tu voz que sale de adentro, desde intersticios absurdos pero prometedores. ¿No es mejor subir la montaña tú contigo? Emular al Zaratrustra esquivo, el artista hambriento kafkiano, el antihéroe sartreano que nos advierte: “El infierno son los demás”. ¿Qué prefieres, la isla desierta de Robinson Crusoe o la recholata en el camarote de los hermanos Marx?