martes, 4 de diciembre de 2007

Mística del cuerpo alegre




Rosie Inguanzo

La mística postula los fenómenos que acaecen a una persona que está en contacto o que alude el contacto directo con Dios. Según la mística el contacto con Dios se establece por tres vías: 1. Vía purgativa, en la que el alma logra deshacerse de todo lo terreno; 2. Vía iluminativa, en la que el alma se concentra en meditar en Dios (la voluntad desaparece, el cuerpo no pide nada); 3. Unión con Dios, que supone una experiencia de éxtasis inefable. Expresiones de lo inefable hallamos en Santa Teresa (“viví sin vivir en mí”), en San Juan de la Cruz  y aquella alma nocturna al encuentro de su amante (válgame Dios), y hasta frai Luis de León rastrea en los predios de la última fase donde el cuerpo ya no se registra. Aun me admira el estoicismo de los místicos, la renuncia del cuerpo para ostentar un goce que es transferencia del deseo, liberación del peso que significa el mundo social y el bardo del pecado. El gancho que me ofrece la mística proviene de una resignación desesperada: descansarme del servo arbitrio (leáse la mordaza social y la tribulación individual), para dilatarme en el libero arbitrio (o sea, en la contemplación exhaustiva de la belleza. Por ejemplo, voy y miro la mar como si fuera la cara de Dios, pillo el elusivo éxtasis en el embelesamiento contemplativo; salgo a caminar la ciudad a las 6am y tiene un brillo sobrenatural (¿!). La mística atrae porque propone una distancia del anhelo agónico, unamuniano por demás, de creer, de recuperar una fe (traída por los pelos desde infancia). Suponer que en el goce humano está lo innombrable, remiso de Dios. No obstante, sobra a la mística el afán timorato que proponen algunos poetas místicos y santos, de prescindir del cuerpo y sus afanes (como requisito meritorio). Fernando Savater ridiculiza a “los espíritus puros” de los santos y dice: “Tener espíritu es dar el cuerpo por perdido y amarlo así, en su marcha, su quebranto”. He ahí que hallo una espiritualidad vinculada a la incertidumbre de la vida corporal y abrazada a la muerte, vitalmente alegre.

15 comentarios:

Unknown dijo...

Que bello Rosie....me hacia falta leer algo asi esta manana. La busqueda de la espiritualidad hace tanta mucha falta.

Anónimo dijo...

Eso, Rosie. La vida es incierta por eso yo me como el postre primero.

MC dijo...

Ropsie:
Debieras escribir mas a menudo.

:)

Unknown dijo...

Bien dicho, incluso para un ateo como yo.

Unknown dijo...

Pero bueno Rosie a mi no me queda claro si crees o no. Yo creo que cuando elevan el espiritu santo en la misa es mistico y es un momento espiritual verdaderamente espiritual. Pero para eso hay que creer en algo, para sentir fe hay que creer en algo. Yo soy creyente hasta en los espiritus que estan entre nosotros aydandonos o jodiendonos la vida segun el caso y me consta que estan entre nosotros. Ahora eso no me hace un mistico pero si un creyente porque vivir sin crrer es duro.
Un cordial saludo

Feminista dijo...

Me encanta tu post, Rosie. Terminas diciendo algo que no se dice. Mucha gente piensa que lo místico entraña una actitud de devoción que prohíbe la sana alegría. Que para mi es la verdadera felicidad. Muy inspirada tu reflexión.

Alfredo Triff dijo...

El problema con la mistica es la mistica del problema.

:)

Amilcar dijo...

Podemos volar muy alto y pensar, por ejemplo, en un momento de meditacion, que el cuerpo es etereo y nada tiene que pervertir el goce del espiritu. Pero no estamos rodeados por un claustro de piedra, ni el canto gregoriano es el canto que nos acompanya de la casa al trabajo, ni el frio de una celda es el que acostumbra a reinar en nuestra habitacion. Si me sumo a buscar momentos de espiritualidad en este Miami a partir del paseo, el silencio que ofrece la naturaleza a veces, o simplemente bajo la sombra de un flamaboyan en junio. Pero tu conclusion final:"He ahí que hallo una espiritualidad vinculada a la incertidumbre de la vida corporal y abrazada a la muerte, vitalmente alegre" me da demasiado respeto el abrazarla. Ya vez que la amistad permite la disension con naturalidad. Yo me inclinaria mas por aceptar las perdidas que el cuerpo desprende cuando a cierta edad ya no existe vuelta atras... sin negar por ello una lucha natural y con derecho a retrasarla para que no se deteriore tan deprisa.

Pero si tengo que decirte que el articulo, asi como la pieza quebrada de Dali, son un perfecto matrimonio para un mismo fin: el buscarnos a nosotros mismos.

Un abrazo: ( lo siento no tengo acentos )

Amilcar

Adal dijo...

y que la mistica es una cosa demasiada mistica para poder dismistificarla. que habia antes de la mistica? ah, ya me acuerdo...lsd, mescalina y hongos. el opio, aunque fueerte, tambien tiene sus caracteristicas misticas, majar baba es mistico, tambien los monjes tibetanos y mi profesor de judo era un hombre extramadamente mistico. el japones del dojo de la treintisiete, de karate, era supremamente mistico y mi amigo el difunto jorge sardinias, sacerdote por mas de veinticinco anios (tambien tenia una licenciatura y maestria en artes plasticas,) era un hombre mistico. el me ensenio que cuestionar la fe, era una manifestiacion de fe.

flaca, se me fueron los dias leyendo tu post y creo que debieras hacerlo a menudo. justo y refrescante.

paz y amor

enemigorumor dijo...

Rosie , creo que expones con particular gracia , un problema que arrastra el pensamiento "trascendetal "occidental y que se refleja en una regiliosidad retorcida acerca del tema del cuerpo.

Daína Chaviano dijo...

En realidad, el erotismo y el misticismo no son signos opuestos, sino dos caras de una misma moneda. Ambos son producto del mismo tipo de energía bajo dos cargas contrarias. Y ambos extremos se tocan cuando alcanzan su apogeo. Es por esa razón que los textos místicos de muchos santos suelen ser tan eróticos.

Los hindúes ya hablaban de esa dicotomía hace siglos. La llaman la energía del kundalini, al que representan como una serpiente que duerme enroscada sobre sí misma en la base del coxis, muy cerca del primer chakra (energía sexual). Es curioso, por cierto, que la simbología cristiana tomara el símbolo de la serpiente para representar la tentación de la carne que llega a través del conocimiento.

Quienes han experimentado con la energía del kundalini saben que ésta puede moverse de un extremo a otro de la columna vertebral (bueno, no es exactamente la columna, pero es más fácil explicarlo así) y que el paso de esta energía a través de los diferentes chakras produce diversas reacciones físicas, mentales y emocionales. Cuando esa energía logra asentarse en el séptimo chakra (en la corona o extremo superior de la cabeza) se produce un fogonazo de éxtasis muy parecido al orgasmo. Pero la sensación no es erótica, sino mística; y el estado de placer puede ser mucho mayor que el orgasmo más intenso… En ese instante puede producirse la comunión con el Todo (o Dios, Él, Ella, Ello, Olofi, la Madre Suprema, o como quieran llamarlo).

Así, pues, no hay que rechazar lo místico como lenguaje corporal. Todo lo contrario. La iluminación mística es el orgasmo del espíritu, del mismo modo que el orgasmo físico puede provocar una iluminación cercana a la mística.

Todo es cuestión de aceptar (y aprender a manejar) el doble lenguaje de una misma energía.

boniato dijo...

ROSI a boniatillo le gusta mirar la naturaleza y preguntarse si en las nubes esta la cara de dios.............??????

Unknown dijo...

Creo que por ahi viene el asunto. El hinduismo tantrico disipa un poco la pesadumbre de ri con el misticismo a la manera de los santos de la iglesia catolica. Para ellos habia que castigar el cuerpo, ignorarlo, saetearlo para encontrar la experiencia mistica. No por casualidad el mundo occidental mira hacia el este en busca de mitos mas humanizantes que dignifiquen el cuerpo y el alma.

Unknown dijo...

Cierto cafeína que nos hace mucha falta, dadas las circunstancias. Inki ese es un buen consejo. Raysa se hace lo que se puede. “no dire minombre”: nada está tan claro querido en asuntos de fe; digamos que tengo voluntad de creer y búsqueda conmovida. Feminista (¿serás la misma que firmaba así hace un tiempo?), seamos alegres para ser libres, que ya la vida trae arduos batacazos. Amílcar, o leo mal o estås en desacuerdo con lo que a todas luces estás de acuerdo (reléete o explícate querido-te gusta buscarme la lengua). Adal, a ésa mística que aludes le apuesto mås que a la de ciertos proclamados místicos porque no es pretenciosa-mística secreta y cotidiana. Enemigo y Daína, sí que está presente en nuestra cultura-viene a la mente ahora la Ludovica de Bernini que disfrutamos tanto descubrir, ¡al lado del altar mayor!, en el Trastevere, un invierno luminoso. {ése es otro post…
Boniatillo si te pones más adorable tú mismo serás Dios; no dicen que está en uno. Carmen, no está en nada eso de hacernos daño en pos de un misticismo que se cobra en sufrimiento. La mística es tremendamente atrayente y nadie está excluido del banquete.

JR dijo...

Prosa profunda, Rosie. Lo difícil de la existencia es hallar justamente el punto medio de las cosas. La corteza por ser corteza no se descorteza. Somos espíritu y, a la par, depósito de nuestra propia inmaterialidad. Resolver las tensiones o reforzar las amabilidades de esa correspondencia biunívoca, no por ser motivo natural de reflexión tiene que convertirse en angustia. No podemos renegar de los sentidos y los instintos con que nos dotó la inteligencia superior. Ningún sacerdocio puede extirpar las hormonas. A sí como el culto a la carne puede embotar y condenarnos a la lasitud. Tal vez, entre el éxtasis místico y la voracidad biológica se encuentra el punto G de la vida. Habrá que buscarlo.