sábado, 15 de diciembre de 2007



Tumiamiblog

Dusan Makavejev, uno de los realizadores serbios más importantes, creció durante la Yugoslavia de la segunda guerra y la postguerra (cuenta Makavejev que de niño pasaba por la embajada soviética y le daba estupor). Después de estudiar sicología, el inquisitivo joven se mete de lleno en la televisión y el cine de los 50 en su país, haciendo cortos y documentales para los estudios Zagreb. Llegan los 60 tempranos, con la proto-perestroika de Tito que cristalizan el Novi Film yugoeslavo que predicaba la liberación del dogma ideológico, el experimento formal y la exploración de los temas del momento. Como es de esperar, la cosa no funcionó. Cuando aparecieron películas como Dani (1963), de Alekander Petrovic, o Castillo de arena, de Bostjan Hladnik, fueron censuradas inmediatamente por “presentar una mirada sicopática de la sociedad yugoeslava”. Makavejev emerge entonces como la figura más importante del grupo novi con su El Hombre no es un pájaro (1966) e Innocent Unprotected (1968), que imagina las peripecias de un acróbata serbio analfabeto durante la ocupación nazi. Aunque son filmes alegóricamente brechtianos, marcados por Godard, Makavejev le pone el cuño a su estilo sardónico, sexual y balcánicamente anarquista (que después alcanzara a la generación de Kusturica). El políticamente ultrajante Makavejev no da tregua: W.R.: The Mysteries of the Organism (1971) es acaso su mejor trabajo. La película yuxtapone segmentos del primer film sonoro serbio (hecho por el empresario de circo Dragoljub Aleksić durante la ocupación nazi de 1942, con animación y entrevistas para un delicioso collage surrealista y basado en la teoría sicoanalista marxista de Wilhem Reich). Aunque Misterios ganó numerosos premios (incluyendo el Luis Buñuel en Cannes), fue prohibida en Yugoslavia, lo cual convirtió a Makavejev en persona non grata en su tierra (y sensación del cine internacional). Le sigue Sweet Movie (1974), hecha en Canadá; sátira deliciosa, violenta y sexualmente explícita. Sweet Movie fue considerada material pornográfico en casi toda Europa, lo que ayudó a cimentar la reputación de Makavejev como “director maldito”. The Coca-Cola Kid (1985) relata el testimonio de un publicista que se topa con un Jesucristo, quien al primer sorbo del refresco embotellado profiere: “¡Dios mío... qué exquisita, qué refrescante!” (arriba, un clip de Los misterios del organismo).

6 comentarios:

Feminista dijo...

Como siempre tumiami.
Me decía yo ¿Sábado? viene algo de arquitectura. Pero no. No importa, es algo novedoso.

boniato dijo...

boniatillo piensa que MAKAVEJEV tenia tremendo maka con el vejev de la canadiense..........................y se rie de su propio chiste......

Unknown dijo...

Eto eta tranquilo de tranka hoy pol aqui. Me meto pa sacal candela pero na.

La Mano Poderosa dijo...

Ya es domingo rojo o verde olivo?

MC dijo...

No entraron porque la verdad que el tipo esta: dificil.

La fe dijo...

Creo que lo que pasa es gente le huye al rojo, aunque este yugoeslavo de eso no tiene nada. Si no renten su Coca-Cola Kid en Blockbuster. Excelente!