Eliseo Cardona
Lejos de los libros y los discos, casi todos los lugares se me hacen ajenos. Incluso la hermosa Salvador de Bahía, donde viví unos seis años y cuyas calles, olores, mujeres y ritmos me dieron infinidad de placeres. No exagero: allí me reafirmé como lusitano. Pero en Salvador nunca tuve una biblioteca. Tampoco una discografía. Vivía al día como traductor y reportero, y la necesidad de comer me obligaba a pensar en coleccionar como un lujo superfluo. No digo que allí no escuché música. Por el contrario, escuché en abundancia y puedo afirmar con orgullo enfermizo que las músicas de Bahía son las más ricas, complejas, sensuales, altivas y ancestrales del continente. Pero nunca hice de la música un motivo para la bohemia, que en mi caso es sentarse a buscarle todas las pajas posibles a unos discos, unos compositores, unas formas de tocar. En ese sentido, Miami me ha dado muchas lecciones. Mis amigos de Nueva York me recriminan por vivir en un desierto. Y puede quetengan razón. Pero aquí aprendí a escuchar de todo. Si se la compara con Nueva York, Miami ofrece casi nada. Pero lo poco se aprovecha. Su provincianismo, su sentido de ciudad que en el fondo es una aldea, permite un trato más familiar. Mis amigos neoyorquinos se sorprenden que hable con músicos a los que ellos sólo sueñan con saludar de lejos. Tengo la impresión de que en Nueva York los melomános son sectarios. Escuchan siguiendo los dictámenes de la nostalgia. En Miami, ni siquiera los cubanos –cuyas formas de nostalgia merecen todo un estudio filosófico- se detienen demasiado en unas parcelas musicales. Mal que bien, hemos aprendido a escuchar al otro. Se nota en las colecciones que crecen en las casas de pintores, abogados, profesores, repartidores de pizza, traductor desempleado, oficinista. Esas colecciones son siempre una buena garantía para sentirse a gusto en una ciudad que no es tan mala como la pintan.
Para R.I., por la invitación a ser tumiamense
Lejos de los libros y los discos, casi todos los lugares se me hacen ajenos. Incluso la hermosa Salvador de Bahía, donde viví unos seis años y cuyas calles, olores, mujeres y ritmos me dieron infinidad de placeres. No exagero: allí me reafirmé como lusitano. Pero en Salvador nunca tuve una biblioteca. Tampoco una discografía. Vivía al día como traductor y reportero, y la necesidad de comer me obligaba a pensar en coleccionar como un lujo superfluo. No digo que allí no escuché música. Por el contrario, escuché en abundancia y puedo afirmar con orgullo enfermizo que las músicas de Bahía son las más ricas, complejas, sensuales, altivas y ancestrales del continente. Pero nunca hice de la música un motivo para la bohemia, que en mi caso es sentarse a buscarle todas las pajas posibles a unos discos, unos compositores, unas formas de tocar. En ese sentido, Miami me ha dado muchas lecciones. Mis amigos de Nueva York me recriminan por vivir en un desierto. Y puede quetengan razón. Pero aquí aprendí a escuchar de todo. Si se la compara con Nueva York, Miami ofrece casi nada. Pero lo poco se aprovecha. Su provincianismo, su sentido de ciudad que en el fondo es una aldea, permite un trato más familiar. Mis amigos neoyorquinos se sorprenden que hable con músicos a los que ellos sólo sueñan con saludar de lejos. Tengo la impresión de que en Nueva York los melomános son sectarios. Escuchan siguiendo los dictámenes de la nostalgia. En Miami, ni siquiera los cubanos –cuyas formas de nostalgia merecen todo un estudio filosófico- se detienen demasiado en unas parcelas musicales. Mal que bien, hemos aprendido a escuchar al otro. Se nota en las colecciones que crecen en las casas de pintores, abogados, profesores, repartidores de pizza, traductor desempleado, oficinista. Esas colecciones son siempre una buena garantía para sentirse a gusto en una ciudad que no es tan mala como la pintan.
Linda visita, Eliseo. Llegas para quedarte ¿verdad? Por tu presencia, por la plática entre blogueros y aludiendo a lo de Bahía, recibe este obsequio que será de tu gusto y disfrútalo: http://www.youtube.com/watch?v=Wb2fHIUOuTQ&feature=related
ResponderEliminarHoy lunes despues de cuatro dias descanso me viene bien leer tu post. Sere yo tumiamense? Estoy lista....
ResponderEliminarCardona, bienvenido.
Hace dias que no entraba y ya no podia mas. Eliseo...buena tu onda. Bienvenido seas.
ResponderEliminarBueno muchacho, bienvenido. Si como hace Alfredo con sus sorpresas musicales tú también te sumas a ellas, dentro de poco aquí va a nacer una Greenwchich Village particular sólo habrá que determinar los tragos virtuales para la peña.
ResponderEliminarBueno para jodienda mía y para agrado de nuestro contrincante Alfredo tengo que reconocer que el concierto de Caetano el sábado no mató. Sus entradas roqueras intentando imitar a legendario Mike Jagger de los Rollings a mi no me convencieron. Si me gustó su acompañamiento musical, joven,quizás algo sencillo y polivalente . Si bien no le niego su valía como compositor y como cantante me merece mis respetos, el concierto me pareció algo soso, como quieriendo satisfacer a todos.
Un abrazo
Amilcar
Hace unos agnos, cuando la gente venia de Cuba, tenia que hacer una declaracion pletorica de diatribas, preferiblemente por la radio local, para ser aceptado. Gracias a dios esto ha cambiado y la gente llega porque si, cargados de razones existenciales, pero no tiene que buscar aceptacion dentro de un exilio que parece mas maduro. Sin embargo, el asunto se reproduce en otro contexto: la apologia, el confesarse enamorado de la ciudad del sol. Primero hay que referirse al provincialismo, el desierto intelectual, la pequegnes de la ciudad en relacion con la gran manzana y sus multiples oportunidades; para finalmente aceptar que disfrutan de esta CIUDAD con sus mil contradicciones. Me siento, Eliseo, muy feliz de darte la bienvenida.
ResponderEliminarPues me sumo a la bienvenida, que cada día esto crece con más talento joven y se pone mejor.
ResponderEliminarMujer, dejaste la cartera. Quiero que la recojas pronto. La tentación de revisarla (con dedicación y empeño, como quien mata una vaquita) me está matanto como si fuera una vaquita, arrinconando, postergando. Alargamos la fiesta. Estoy contra el uso indiscriminado de pieles en mi película y, sin embargo, me comería dos huevos fritos frente a ti. Soy el mejor plomero, la embajada de la hipocresía en la tierra, un día como hoy. Todo eso no evita que esté mirando al norte a ver si apareces y te devuelvo poder. Yo debo estar loquito para presentir, desde el sueño, tu desaparición provisional, basada en una culpa sin futuro. Aprovecho para solicitar aquella canción de Jaguares, no me acuero del nombre, y darle (es decir: mandarle) un beso, el beso, a la mujer que tiene cerca un lago grande -tan grande que dicen que son varios. Allí corre el viento. ¿911? Se materializó una cartera y quiero que se la lleven. Estoy a punto de revisarla, como hacen los hombres.
ResponderEliminarEliseo, cuando dices que:
ResponderEliminarSi se la compara con Nueva York, Miami ofrece casi nada. Pero lo poco se aprovecha. Su provincianismo, su sentido de ciudad que en el fondo es una aldea, permite un trato más familiar.
Me parece que tienes un punto que es honesto pero no tendras demasiada culpabilidad de ser tumiamense?
:)
Bienvenido, Eliseo. Un placer leerte.
ResponderEliminarSpeedy, el numero lo tienes en tu correo electronico. Usalo.
ResponderEliminarNo me importa que veas lo que hay dentro de mi bolso. Bueno, tal vez un poco de pena que veas el desorden en que vivo. Te prometo que el proximo fin de semana lo pongo todo en orden.
Inkie... ya estoy celoso de Speedy.
ResponderEliminar:)
AT, lo curioso del caso es que paso mas tiempo con Tumiami que con Speedy!
ResponderEliminar:)
Just kidding. Se que se quieren. Y me alegra.
ResponderEliminares un alago para nosotros los tumiamenses (hablo por mi y los otros que te han dado la vienvenida) tenerte aqui, compartiendo con nosotros, las muchas cosas que tienes para compartir. yo se que solamente es el principio de una tonga de cosas vacanas a aparecer!
ResponderEliminary recuerda...la timba es brava y la rumba no es como ayer!
Miami hace poco cumplio 100 años, y New Amsterdam d/b/a New York, (Manhattan) cuantos ya lleva? Como se puede comparar los logros de un joven de 17 a un adulto que cumple 60? Sus historias, localidad geografica, temperaturas, y pueblo son diferentes, pero, siempre existe esa necesidad de comparar "Apples to Oranges". Sera que los New Yorkers vienen a escaparse del frio, al igual que los de New Jersey, y por eso se comparan y critican, o es envidia? A mi me gusta morder la "Gran Manzana" de vez en cuando, algo biblico no crees? Aunque, la vitamin C de la Naranja Miamiense, tambien es buena para nuestra la salud. Hoy disfruto de ella, jugosa y peresosa.
ResponderEliminarBienvenido sea Cardona; pero con todo respeto no creo que los cubanos saben escuchar. Y lo digo por experiencia propia.
ResponderEliminarEl Chamo,
ResponderEliminarSi yo bien recuerdo tu eres medio cubano, o todo cubano cuando te conviene, o venezolano. Tenemos algo en comun, yo si soy medio sordo.
No hay peor sordo que no quiera escuchar...
ResponderEliminar¡Bienvenido Eliseo! Nos honras con tu colaboración. Para los blogueros que no lo saben Eliseo tiene un blog fantástico sobre música, realmente muy bueno: http://bluemonkmoods.blogspot.com
ResponderEliminarOigan, el comentario de Carmen creo que da en el blanco. ¿Qué piensan ustedes?
I odiu you Miami!
ResponderEliminarLa parte cubana del Chamo está en candela: tinajón con Bolondrón. Saoco!
ResponderEliminarun saludo a todos los residentes de esta casa. mil gracias a rosie, al alfredito, al jesús. de los highlights de este año puedo contar con alegría tres cosas: escuchar el trío de alfredito en varios lugares, tomarle fotos al grupo de boleros perdidos y tomar vino en su casa. pero claro, he pasado una carta a los amigos que van a casa de alfredito para ponernos de acuerdo y cuando los anfitriones les dé con retirarse, nosotros seguiremos la parranda. eso de cerrar a la medianoche nunca es bueno. un abrazo a todos.
ResponderEliminarvidalaia, georgia, es un pueblo muy adelantado en su manera de pensar. ahi conviven blancos, hispanos y negros. aqui, no podemos convivir ni negros con negros, mulatos con negros, blancos con blancos, mestizo con nada, etc. pero no deja de ser una gran ciudad, reconocida en el mundo entero (no como vidalia que casi nadie la conoce y si lo hacen es por sus cebollas) miami tiene un swing especial que siempre nos hace volver a ella. mano, miami en realidad, era una ciudad surenia, bien pequenia y con un bar, conocidos por todos como tobacco road. claro que luego fueron apareciendo otros. coral gables era el biltmore y la playa sus hoteles para el turismo. yo diria que la fundacion de miami en realidad fue en los anios 60's. la candela en liberty city, los cubanos llegando, el famoso vuelo blanco...pero ya tenia otro sabor, mas cosmopolita. gracias a los cubanos, llegaron otras migraciones, buscando mejor vida economica porque ya en miami se hablaba espaniol. surgieron los bancos y edificios de brickell avenue, el take over de la marimba, las discotecas, la caida de coconut grove y la conversion de coco walk, dadeland, crecia kendall, homestead comenzaba a recivir urbanidad, en fin crecio y crece. se ha vuelto feo, pero no tan aburrido. se ha vuelto sucio, pero no tan sucio como chicago o nueva york. la playa mantiene su belleza y coral gables, a pesar de sus nuevos edificios, mantiene su swing. todavia existen los pastelitos de guayaba y el delicioso aroma del cafe cubano. no nos quejemos caballero. quieren ciudad? visiten nuestro campo!
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