Tumiamiblog
Imaginen la apertura de los 30 en La Habana, un lustro después de aquella gran Exposición de Artes Decorativas en París en 1925, cuando el llamado "deco" irrumpe con El Hotel Nacional, de McKim Mead & White (edificio autorizado por el propio Machado). Canto optimista al porvenir, salido de la crisis de La Gran Guerra. Analizado desde el mañana, esa Habana fundada en el 1515 no podía emular, urbanamente hablando, con un moderno New York que se autocreaba en (eran los “roaring twenties"), ni siquiera con una Miami Beach en ciernes que terminaría con un deco envidiable. Imagino los arquitectos jóvenes habaneros: Saturnino Parajón (Teatro Fausto), Fernando Martínez Campos (Teatro América), Emilio Vasconcelos (Gran Templo Masónico Nacional), o Manuel Copado (Edificio Solymar) tratando de vender a sus clientes "la arquitectura del futuro" en medio de una Habana sincrética/maravillosa, collage alucinante que iba desde el amurallado contra piratas del Castillo de la Fuerza de Bartolomé Sánchez de 1558 (el original había sido destruido por el corsario Jacques de Sores), pasando por el barroco de indias del Palacio de los Capitanes de Antonio Fernández Trebejo (1776), el agaudizado Hotel Sevilla, de José Toraya (1923), convoyado con piezas neoclásicas como El Capitolio Nacional, de Govantes y Cobarrocas, o el galaicamente horrendo Centro Gallego de Paul Belau (1915). Ese grupo modernista debía dejar su sello donde pudiera: al lado de un solar, en una esquina, una lomita. Luego el estilo llegó a la academia; ahí tenemos el "gran deco" de la Biblioteca de la Universidad de Joaquín Weiss (1937), el hospital Maternidad Obrera de Emilio Soto (1940), y las mansiones de la clase alta de Miramar. El deco habanero permutó a una especie de Haba/Mo (llegaban los 50 con la forma ameba, la pared de queso suizo, la formica y el techo plano (¡milagro!) del aire acondicionado. El estilo no se apagó sin antes coronar la semiótica socio-política del porvenir. Me refiero al monumento aerodinámico, casi-futurista a Martí, en la futura Plaza de la Revolución, de Enrique Luis Varela y Juan José Sicre (1958). No podía preverse que ese futuro llegaba con un desamor y una repugnancia arquitectónica impensada: lenta y perezosa decadencia de La Habana hacia la ruina.
Imaginen la apertura de los 30 en La Habana, un lustro después de aquella gran Exposición de Artes Decorativas en París en 1925, cuando el llamado "deco" irrumpe con El Hotel Nacional, de McKim Mead & White (edificio autorizado por el propio Machado). Canto optimista al porvenir, salido de la crisis de La Gran Guerra. Analizado desde el mañana, esa Habana fundada en el 1515 no podía emular, urbanamente hablando, con un moderno New York que se autocreaba en (eran los “roaring twenties"), ni siquiera con una Miami Beach en ciernes que terminaría con un deco envidiable. Imagino los arquitectos jóvenes habaneros: Saturnino Parajón (Teatro Fausto), Fernando Martínez Campos (Teatro América), Emilio Vasconcelos (Gran Templo Masónico Nacional), o Manuel Copado (Edificio Solymar) tratando de vender a sus clientes "la arquitectura del futuro" en medio de una Habana sincrética/maravillosa, collage alucinante que iba desde el amurallado contra piratas del Castillo de la Fuerza de Bartolomé Sánchez de 1558 (el original había sido destruido por el corsario Jacques de Sores), pasando por el barroco de indias del Palacio de los Capitanes de Antonio Fernández Trebejo (1776), el agaudizado Hotel Sevilla, de José Toraya (1923), convoyado con piezas neoclásicas como El Capitolio Nacional, de Govantes y Cobarrocas, o el galaicamente horrendo Centro Gallego de Paul Belau (1915). Ese grupo modernista debía dejar su sello donde pudiera: al lado de un solar, en una esquina, una lomita. Luego el estilo llegó a la academia; ahí tenemos el "gran deco" de la Biblioteca de la Universidad de Joaquín Weiss (1937), el hospital Maternidad Obrera de Emilio Soto (1940), y las mansiones de la clase alta de Miramar. El deco habanero permutó a una especie de Haba/Mo (llegaban los 50 con la forma ameba, la pared de queso suizo, la formica y el techo plano (¡milagro!) del aire acondicionado. El estilo no se apagó sin antes coronar la semiótica socio-política del porvenir. Me refiero al monumento aerodinámico, casi-futurista a Martí, en la futura Plaza de la Revolución, de Enrique Luis Varela y Juan José Sicre (1958). No podía preverse que ese futuro llegaba con un desamor y una repugnancia arquitectónica impensada: lenta y perezosa decadencia de La Habana hacia la ruina.
Post buenisimo pero muy deprimente,al menos para mi.
ResponderEliminarde acuerdo con el cabron... buena historia architectonica habanera pero para cortarse las venas!
ResponderEliminardebo rectificar que mas que en miramar, por lo que me acuerdo, las casas del nuevo vedado tambien eran unas mansiones y casas muy adelante. en miami he visto unas cuantas. que tal la decoracion de interiores y los object d' art de esas epocas habaneras de los 50's. Mi mama tenia unas piezas que todavia suenio con ellas y algun dia, las voy a tratar de imitar. cosas realmente fabulosas! wow, que pais caballero. que lastima que los niagaras lo jodieran todo por completo.
Excelente post, AT. Repaso y condensación de un trayecto, que retomará su curso ¿cuando?...
ResponderEliminarRex y el Duplex eran deco tambien. Recuerdo las puertas del duplex, suntuosas, con garzas y flores en el cristal.
ResponderEliminarRevisen este blog, buenos articulos sobre teatro:
ResponderEliminarhttp://icrariza.blogspot.com/
Instituto Cultural René Ariza.
EL PARISIEN del HOTEL NACIONAL guarda muchos recuerdos de boniatillo..................pepillo y superbienacompanado, bailando con una botella de ron en la mesa....................el tiempo el implacable el que paso.
ResponderEliminarGracias cabron, que bueno fue verte man. Adal, cierto, a La Habanadeco y La Habana/Mo le zzzumba.
ResponderEliminarJR se me opcurre esto. El proximo paso es "La Habana en ruinas" (siguiendo y aumentando al ruinologo Ponte que se lamenta y se paso' de germanico). No, donde el ve decadencia yo veo metafora de futuro/pasado romantico aruinado a-la-Ruskin, con vernaculo decadente: "la ciudad romantica" de William Morris y Philip Webb. (Adelanto otro post) el castrofuturismo trasformo La Habana en un enorme ciudad/ruina rodeada por el Mar Caribe!
ResponderEliminarEl Maternidad de Línea y el López Serrano también, aunque el paradigma es el Bacardí. El Art Deco en la capital cubana tiene ejemplos muy vistosos. Sobre el tema se ha publicado recientemente Havana Deco, un texto de Pedro Contreras (crítico)y Alejandro G. Alonso, excolega de trabajo, quien fuera responsable del Museo de la Cerámica en el Castillo de la Fuerza y el fotógrafo Martino Fagiuoli. Hace algunos años, las profesoras Pilar Fernández (exdirectora de Bellas Artes), Luz Merino Acosta(actual subdirectora de Bellas Artes) y el arquitecto Roberto Segre colaboraron en un excelente ensayo acerca del Deco habanero.
ResponderEliminar¡Great, Alfredo! La ruina en La Habana tiene que convertirse en elemento ambiental. Es más, en escenario bohemio: teatro arena y performance, extravagancia musical, disfraz y circo. Arte entre el graffiti y la solemnidad de los muros. Tradición, modernidad y todo lo que sople desde el futuro. Habana Abierta en La Catedral. Boleros Perdidos en el Sloppy Joe's Bar semirestaurado. La década crítica: los 60, en Bellas Artes. Ruina y libertad, que no es lo mismo que la libertad hecha ruina.
ResponderEliminarJr, creo que el paradigma es el Lopez, el bacardi desborda un tropicalismo demasiado voluptuoso para la onda deco , No?
ResponderEliminarInteresante el repique entre tumiami y JR y entre Miami y La Habana. Es un tema que tiene mucha tela.... definitivamente me interesa seguir la discusión referente al Miami deco y su relación con nuestra capital. ¿Cuáles son los parámetros a seguir?
ResponderEliminarEl Bacardi es definitivo deco, acaso mas nuestro que "Lopez Serrano", que es mas neuyorkino. Influencias enemigo, influencias.
ResponderEliminarPedazo de post... Gracias.
ResponderEliminarEstuve en la llamada Europa del Este este verano. Me paso lo que a muchos que seguimos cargando labana en los hombros, en el inconsciente personal y en la mirada. Me interese mucho por la reconstruccion, (habia visto elartenuevodehacerruinas antes de irme y regrese con mas de una esperanza). En Berlin, en Cracovia, Varsovia, Budapest o Praga ha existido mas de una reconstruccion. Primero edificar las ciudades destruidas por los bombardeos aliados o nazis, despues, la destruccion inherente al maltrato socialista. La primera reconstruccion comenzo bajo la bota rusa, la segunda, algun tiempo despues de la caida del muro. Aquella gente ha hecho obras impensables, con mucho amor a la historia de su ciudad. En muchos casos han devuelto propiedades, (tema extraordinariamente escabroso en nuestro contexto), pero el que recibe la herencia es responsable de la reconstruccion, siguiendo los planos originales, con infraestructura moderna, pero fidelidad arquitectonica y estetica. Puede suceder que el heredero no esta en condiciones de reconstruir, entonces la vende, con la misma condicion. Digamos que mi papa tenia (es solo una hipotesis) un edificio de tres pisos de esos que da al malecon entre Belascoain y Prado, convertido ahora en cuarteria donde viven 125 adultos y 37 nignos, el agua de albagnal corre inmisericorde, y las vigas desnudas del apuntalamiento amenazan una desgracia.Solo queda un vestigio de fachada. Recibo los papeles, pero no tengo dinero para hacerle frente a semejante reconstruccion, pero, digamos, cualquier otro bloguero, si. Se la vendo. Entonces, con planos en mano, reconstruye, queda igual que en 1920, en apariencias, porque tiene electricidad, albagnileria, todo, nuevo de paquete y de la mejor calidad. En los bajos, pone un cafe, con sombrillitas, en el primer piso una galeria, y el segundo lo deja como vivienda personal, o lo alquila a una empresa de exportacion/importacion. Eso es mas o menos lo que han hecho alli, en los paises del ex-bloque. Lo unico que no he logrado resolver es donde meto a los 125 adultos y 37 nignos que tienen derecho a vivir dignamente, pero por lo general tendria que ser un poco distante del centro y quizas no quieran irse. En realidad esto es tremendo lio. Algunos edificios multifamiliares artdeco del Vedado albergan mas de 500 habitantes en sus ruinas.
ResponderEliminarExcelente tumiami. Creo que la solucion de esas ruinas esta en el turismo y el aumento de la ciudad a la periferia. Es lo que aqui llamamos gentrification. Esa Habana historica mas alla del viejo distrito no puede destruirse. Hay que preservarla. Como? Con mucho billete. De donde sale? La venta paulatina de esas casas a los que quieran renovarlo. El problema es que alla nadie tiene un kilo donde caerse muerto y por ahora nananina....
ResponderEliminarTe equivocas hay mucho dinero especulando con el cambio de gobierno. Hay dinero alli y dinero extranjero listo y afilado, quiza no para preservar, en eso no se interesa todo el mundo Alex. Pero van a llegar y van a comprar informados. Rio revuelto ganancia de pescadores.
ResponderEliminarQue lastima que el Fornes no este metido en esta discusion (dicen que se ha exiliado en Italia). El buen comentario de Carmen estimulo el de Alex y Nodire. La arquitectura tiene una funcion que es habitabilidad y rentabilidad. El paradigma de una Habana futura con capitalismo (inevitable, sea de estado a-lo-Chino o libre), presupone una apreciacion en el valor de la Habana "in situ". Por ejemplo, imaginen la especulacion de la superficie (hoy en ruinas) de esa linea urbana adyacente al Malecon, desde Centro Habana hasta el Vedado! Gentrificacion? Inevitable. Ya paso en Shangai.
ResponderEliminarat: se te olvidaron Moscu, Praga, Budapest y tdas las ciudades menores de los expaises socialistas. Tomen nota....lo que cuenta es la empresa privada. Quienes en defintiva construyeron esa Habana? El capital y la propiedad.
ResponderEliminarNo sean bobos.
Excelente paseo por este estilo, A.T.; será un placer ver esa lupa agachándose a respirar el polvo de las ruinas.
ResponderEliminarSaludos
Gracias RI por la recomendación. Muy buen artículo...me da nostalgia, soy habanera.YLA
ResponderEliminarLa gentrificacion supone cierta disyuntiva etica... Por supuesto el capital no se detiene antes miramientos "comunistoides". Por otra parte, me referia a una reconstruccion mas por amor a una ciudad que por amor al bolsillo. No trato de ser pollyanish, sin duda el billete es imprescindible...pero tantos la quieren, la recuerdan, la hyperbolizan, la reinventan, la traen en cualquier pedazo de literatura de manera apologetica, la suegnan, hasta la describen en historias sucias, en recuerdos, en vuelos de pajaros, en vagares bohemios,...Podriamos esperar otra cosa que no fuera el atragantamiento de las urbanizadoras, a todo billete?
ResponderEliminarBienvenida YLA. Carmen: vi tu comentario ahora que preparo el post del domingo. Las ciudades cambian dramaticamente, es asi. Cada nueva adicion tiene el fantasma de una hsistotria detras. Es la arqueologia. Imagina el Mexico de hoy sobre las ruinas de los aztecas. El Paris que hoy amamos es el fruto de tremenda destruccion por Haussmann quien acabo con exquisitos boulevards de callejuelas estrechas de construccion barroca y neoclasica durante el segundo imperio. Hoy tenemos el boulevard Sebastopol, los jardines de Luxemburgo, y claro La Opera. Lo mismo con el New York de principios de siglo XIX... en La Habana no ocurrio porque nos quedamos pasmados en el tiempo.
ResponderEliminarun hecho curioso que reincide sobre el dramatismo de esos cambios urbanísticos, Alfredo, es el ensanchamiento de la Habana a finales del XIX. Ocurrió justo cuando se acababa de amurallar toda la ciudad. Después de una gran inversión de años y recursos para asegurar la Habana intramuros, la nueva urbanística dice que es necesario echar esos muros abajo para ensanchar el núcleo de la ciudad hacia afuera. Tengo fotos interesantes sobre el tema. En una aparece el Capitan General en una ceremonia de derribo del primer pedazo de muro. Hoy quedan algunos restos de muralla en un par de calles de la ciudad.
ResponderEliminarsaludos
General: Gracias y creo que eso se merece una colaboracion tuya para tumiami... que dices?
ResponderEliminarTe voy a tomar la palabra, Alfredo. Aunque me intimida un poco. Tienes un grupo de colaboradores de primera línea y lectores muy exigentes. Y soy sólo una Refri. Pero voy a reunir la información y sobre todo las fotos que son buenísimas. Cuando lo tenga listo te lo envío para que juzgues si vale la pena o si es mejorable y lo metas en tu colchón editorial para cuando haya un espacio
ResponderEliminarGracias por la invitación que me honra muchísimo.