(via Rosado)
miércoles, 31 de octubre de 2007
Kika in memoriam
Hacía ya algún tiempo que Martica, la mujer de Armandito "el chiva," venia haciéndole gracias a Palucha, delincuente de alto rango del barrio. En la esquina de La Paloma se comentaba la paliza que Armandito y Palucha se iban a dar. Yiyito, Lázaro, Carlos Vega, el niche Renecito y yo esperábamos con ansiedad el día del duelo. Para sorpresa nuestra, Armandito no retó a duelo a Palucha, sino a Richard Battle (uno de tres hermanos matones y mafiosos que habían viajado de Union City, New Jersey, a Miami, en busca de nuevos horizontes). Les cuento: Richard se había casado con Kika y le había puesto un apartamento en la 10 calle y la 16 avenida -muy cerca de La Paloma. Como Kika (solamente tenia en aquel entonces 17 añitos) era la mujer más linda de la Paloma, todos queríamos "pasarle la cuenta" (confieso que yo soñaba acariciar esa piel blanca de seda con pequitas). Pero en fin, mi relato no es sobre mi enamoramiento con Kika, sino los tarros que ella le pegó a Richard con Palucha. Cuando el primero se enteró de la traición, le mandó un recado a Palucha con Carlos Denavea (quien fuera su socio fuerte y miembro del elenco de la Paloma). El duelo sería un Martes a las 4:30pm, frente al Palomar. Se apareció Palucha con una 9mm en mano, apertrechado en la 9 calle y la 18 avenida del saugüé; Richard emplazado en la esquina de la 8, con shotgun recortado (arma favorita de los mafiosos cubanos de la época). Comenzaron a gritarse: "¡Anda, tira, maricón!" y "¡Tira tú no seas penco, yegua! " Así estuvieron retándose, hasta que llegó la policía y los dos salieron echando. Nosotros, muertos de la risa. Yo partí para la casa a escribirle otra canción a Kika, inspirado con la melodía de la flauta del niche. Entre melodía y melodía y recordando el evento soltábamos una carcajada. Así era la Paloma. Martica y Armando siguieron juntos pese al tarro. Kika y Palucha se hicieron adictos a la heroína y terminaron casi vagabundos. Para mantener el vicio de ambos, Kika se metió a puta. Su final fue grotesco, infectada con el virus del SIDA. Palucha aún vive (según me llega, gracias a las malas lenguas que aún quedan de la época).
martes, 30 de octubre de 2007
El sabor del café, un cuento de horror
Armando Regalado era uno de esos cubanos que todo el tiempo acompañan su vida con el epíteto “es bueno, muy bueno, pero no hay como el de Cuba”. Esa tarde quedó en verse con un viejo amigo que le había prometido un refinanciamiento y se encontraron en una de esas fondas obreras que abundan en las zonas de los warehouses, donde él tenia su pequeño negocio de gabinetes de cocina. Una vez devorado un suculento plato de frijoles negros con arroz blanco y ropa vieja (y para matar la modorra que provoca semejante carga de calorías al mediodía), pidieron café. No tardó en conversarse lo mismo, que comenzó con el café y terminó con la abundancia de las pencas en las palmas reales. De pronto, una señora que escuchaba de espaldas desde la mesa de al lado, giró la cabeza y dijo: “Chico, lo que pasa es que tú todavía no te has ido de Cuba”. Armando, que para eso tenía ya la respuesta filosófica prefabricada, se la espetó con una sonrisa autosuficiente. Sin inmutarse, la mujer respondió: “Tú no entiendes, no te has ido de Cuba, y posiblemente nunca te vayas, estás soñando y es mejor que despiertes. Abre tus ojos”. De momento, Regalado no reconoció las líneas del piso, levantó la cabeza aturdido y para su asombro sólo vio letras rojas, inmensas. La mesa convertida en una loma de papel gaceta, sobre la que él yacía tendido bocabajo. Se levantó espantado. Todo lo que ahora tenía a su alrededor lo remontaba 15 años atrás, cuando trabajaba en Cuba, en el DOR. Salió corriendo por un pasillo donde se tropezó con la jefa del sindicato. “¡Eh! ¿Y esa cara, viste un muerto?” Trató infructuosamente de despertar “de vuelta” a su vida anterior (también recurrió al café). La certeza de que ahora era efectivamente “más feliz” lo aterrorizó de tal manera que esa misma tarde se lanzó delante del tren Santiago–Habana. Fue el tercero en hacerlo ese año en Cacocum.
lunes, 29 de octubre de 2007
Mariana en Rusia, otoño
Me dices que la luz no llega sino que aparece, que brota del cielo y se esparce con la lentitud de la miel que se demora. Así vas creando un paisaje de color y movimiento, con personas indetenibles y atropellan tu cuerpecillo de turista que entra al metro sin la certeza de cuál será la próxima parada. Ese otro idioma te cautiva, me confiesas, porque pudo haber sido tuyo, también, tan tuyo como lo fue tu infancia solemne en La Habana. Me toca hablarte de la lluvia. Seattle es así, te cuento, una lluvia larga y lenta que se interrumpe a veces y sólo entre semana, como una broma cruel de dioses pueriles y egoístas. Te ríes y tu risa calienta esta temperatura de octubre, en este otoño que ha llegado mostrándonos sus más fieles credenciales. Ya las calles se ahogan de hojas secas y los árboles muestran con majestad sus cicatrices, la geometría de calados esqueletos. Las zetas han sabido crecer en demasiados lugares. Yo, piel de jaguar solitario, tiritando bajo la sombra de un septiembre que fue grande y del que aún se escuchan ecos sosegados. Miro también fotografías. En todas salgo, solo, visto a través de tu ojo que se vale del lente para acercarse. En mis ojos reconozco un instinto que se adormece y se acostumbra a los pasos lentos, al son de un corazón lejano, al ruido de la calle acechada por la lluvia y el presagio de una intimidad abandonada. Te hablo del amor cuando en realidad me refiero a serle fiel a nuestros vicios; esa parte intelectual que hay tras cada error adrede. Hay amantes que se miden con la vara de las palabras, te revelo, pero hoy tengo frío y ya he cerrado las ventanas y las puertas de la casa. Me despido deseándote a ti también un baño caliente y un amanecer morado, esperando que Moscú y Tbilisi sepan tratarte con un poco de cariño. He llegado a la conclusión de que te lo mereces. (Eres una flor difícil e irrepetible).
domingo, 28 de octubre de 2007
Pintura que se pinta
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El arte de la pintura tiene su historia: Vermeer nunca se separó de ella (incluso cuando necesitó dinero). El cuadro despareció y reapareció en 1813, vendida por 50 florines al conde austriaco Johann Rudolf Czernin. No se sabe porqué, hasta el 1860, la pintura fue exhibida como de la autoría de Peter de Hooch (en su tiempo rival de Vermeer; incluso alguien duplicó la firma de Hooch sobre la tela). Fue el estudioso holandés Thoré Burger quien finalmente descubrió la proveniencia de la obra y de ahí su fama subsecuente. Los Nazis se encarnaron con el cuadro; el grasiento Göring (segundo al mando y conocedor de arte) se interesó en la pintura y la compró a la familia Czernin por 1.6 millones de marcos, en noviembre de 1940. En 1945 El arte de la pintura reapareció en una mina de sal, inmediatamente después del bombardeo de los aliados a Berlín en 1945. Hoy en día es propiedad del estado austriaco.
sábado, 27 de octubre de 2007
Habanadeco
Imaginen la apertura de los 30 en La Habana, un lustro después de aquella gran Exposición de Artes Decorativas en París en 1925, cuando el llamado "deco" irrumpe con El Hotel Nacional, de McKim Mead & White (edificio autorizado por el propio Machado). Canto optimista al porvenir, salido de la crisis de La Gran Guerra. Analizado desde el mañana, esa Habana fundada en el 1515 no podía emular, urbanamente hablando, con un moderno New York que se autocreaba en (eran los “roaring twenties"), ni siquiera con una Miami Beach en ciernes que terminaría con un deco envidiable. Imagino los arquitectos jóvenes habaneros: Saturnino Parajón (Teatro Fausto), Fernando Martínez Campos (Teatro América), Emilio Vasconcelos (Gran Templo Masónico Nacional), o Manuel Copado (Edificio Solymar) tratando de vender a sus clientes "la arquitectura del futuro" en medio de una Habana sincrética/maravillosa, collage alucinante que iba desde el amurallado contra piratas del Castillo de la Fuerza de Bartolomé Sánchez de 1558 (el original había sido destruido por el corsario Jacques de Sores), pasando por el barroco de indias del Palacio de los Capitanes de Antonio Fernández Trebejo (1776), el agaudizado Hotel Sevilla, de José Toraya (1923), convoyado con piezas neoclásicas como El Capitolio Nacional, de Govantes y Cobarrocas, o el galaicamente horrendo Centro Gallego de Paul Belau (1915). Ese grupo modernista debía dejar su sello donde pudiera: al lado de un solar, en una esquina, una lomita. Luego el estilo llegó a la academia; ahí tenemos el "gran deco" de la Biblioteca de la Universidad de Joaquín Weiss (1937), el hospital Maternidad Obrera de Emilio Soto (1940), y las mansiones de la clase alta de Miramar. El deco habanero permutó a una especie de Haba/Mo (llegaban los 50 con la forma ameba, la pared de queso suizo, la formica y el techo plano (¡milagro!) del aire acondicionado. El estilo no se apagó sin antes coronar la semiótica socio-política del porvenir. Me refiero al monumento aerodinámico, casi-futurista a Martí, en la futura Plaza de la Revolución, de Enrique Luis Varela y Juan José Sicre (1958). No podía preverse que ese futuro llegaba con un desamor y una repugnancia arquitectónica impensada: lenta y perezosa decadencia de La Habana hacia la ruina.
viernes, 26 de octubre de 2007
BB, creación divina
Corre el año 1956 en St. Tropez y la ninfeta Juliette (Brigitte Bardot) se enamora de un hombre imposible. Hay otra lectura. El film de Roger Vadim apunta también al deseo y la codicia del hombre en la sociedad patriarcal occidental de los años 50. No hay nada malo en que Juliette quiera a Antoine Tardieu (Christian Marquand) aunque él no la corresponde. Pero la joven tiene loco al Eric Carradine (Curd Jurgens), el apuesto rirachón mediotiempo quien es dueño de un pequeño astillero. Pueblo chiquito campana grande: la sensualidad de Juliette da tanto que hablar en el vulgo católico de Toulon, que el padrastro decide mandar la muchacha a un reformatorio. Es ahí cuando aparece el tonto de Michel (Jean-Louis Trintignant), hermano de Antoine -loco con la valquiria- y le propone matrimonio (algo que Juliette acepta). Las cosas marchan bien hasta que Antoine vuelve a St. Tropez, ahora para hacerse cargo del astillero. Entonces el deseo latente de Juliette aflora presagiando la tragedia. La película de Vadim causó escándalo en Europa (particularmente en esa América afectadamente pía y macartista). Et Dieu creá la femme es, para su época un film alante, sobre y para la mujer. La Bardot está de premio; sensual, desinhibida, con una sonrisa y desenfado que llenan la pantalla. Ni hablar de la famosa escena de la danza (en el video clip), en la cual BB exhibe una mezcla compleja de pasión, miedo y angustia. Et Dieu despejó un poco el camino formulista del cine de fines de los 50, anunciando la revolución que vendría casi una década después. En la época se decía: “Dios creó a la mujer y el diablo creó a BB.”
jueves, 25 de octubre de 2007
Bilbao, poesía en la calle
Ahora mismo la poesía y el mar están concurriendo en las calles de Bilbao. Mi excolega del Bellas Artes de La Habana y entrañable amigo, el arquitecto y museógrafo Paciel González, me envía desde allí donde reside hace varios años, testimonio gráfico de Los Colores del Mar, una muestra que mezcla fotografía, poesía, escultura e instalación y que contiene una selección de fragmentos de obras de escritores, poetas y artistas como Gabriel Aresti, Lauaxeta, Blas de Otero o Kirmen Uribe con el objetivo de llevar la poesía a la calle. Así, 37 fotografías, una escultura y un montaje flotante inunda los remozados tinglados de El Arenal. Los autores, el fotógrafo Mikel Alonso y Paciel, han hecho hincapié en los materiales de la exposición. Las fotografías se han fijado en aluminio bruñido, que se presta a matizar el brillo y el tono con la luz. En las imágenes se aprecia la instalación penetrable de Paciel, metáfora sintética colgante del mar que recrea un poema de Rafael Alberti y con la que el público interactúa desenfadadamente. El proyecto del montaje de la exhibición corrió a cargo de Paciel y se suma a la celebración de la jornada Bilbao-Poesía, plena en tertulias y espectáculos poético-musicales.
miércoles, 24 de octubre de 2007
AROMAS DE UN VIAJE
"Lo que más me interesaba era hablar del amor como una metáfora salvadora. Un reto en estos tiempos, cuando ya casi nadie se ocupa de este sentimiento''. (El Nuevo Herald)
"Aromas de un viaje es una obra que invita a reflexionar sobre la necesidad que tiene cada individuo de vivir cada segundo". (Diario Las Américas)
"Ernesto Garcia's play is a serious production of an original play". (The Miami Herald)
QUE DICEN LOS BLOGS
"Tal vez lo mejor de Aromas” es que tiene el poder de despertarte pasiones y preguntas". (Blog Generación Asere)
"La sala estaba a lleno completo y los actores todos dieron lo mejor de sí". (Blog Medea)
"Vivir es una sensación tremenda que a veces cabe en un par de segundos... es esta la impresión que guardo sobre la obra de Ernesto García, Aromas de un viaje , una propuesta teatral que traspasa deliberadamente los mecanismos convencionales del tiempo y espacio". (Blog Generación Asere)
"Ernesto nos enfrenta a aspectos existenciales muy caros al ser humano, las leyes de la vida y la muerte. Y nos enseña en menos de una hora que la vida hay que vivirla, no huyendo, sino mirando al frente, no conformándose, sino buscando siempre un destino que nos acerque a la felicidad, construyéndola, de modo que al abrir los ojos cada mañana seamos concientes de que puede ser nuestro último día en este mundo pero no por eso menos cargado de fe y confianza". (Blog Medea)
"Con proyectos así se hace la cultura de una ciudad". (Comentario Blog Medea)
"El ICRA los invita a su estreno". (Blog ICRA)
Aromas de un Viaje cuenta con las actuaciones de Sandra García, Carlos Bueno, Ivette Kellems, Marcia Stadler, Lis Nicot, Anniamary Martinez y Christian Ocón. Todos parte de la compañía Teatro en Miami en obras como “El Celador del Desierto”, “Improvisando a Chejov” y “Sangre”.
La puesta cuenta con música original de Ernesto García quien además diseñó la escenografía y las luces.
Teatro en Miami Studio
2500 SW 8 Street (Segundo Piso)
Miami Fl 33135
305. 551.7473 (Llamar para reservaciones)
Precio: $20 (Entrada General)
http://www.teatroenmiami.org/
Itaca está en ninguna parte
-¿Qué de qué?
-¿A qué te dedicas?
-La puse a un lado por un tiempo. Le faltan piezas que no hallo en las bibliotecas ni en los botes de basura. Es un proyecto.
-Entonces no haces nada, confiésate –infiere Armando y extiende a Nilo el neofigurativo vasito plástico-. Sopla que te quemas.
-Leo.
-¿Y qué lees, nagüe?-Se interesa Armando. Nilo enciende un popular impulsado por los rastros del mentol en el paladar, sostiene el silencio por el lado desafiante de la pregunta. Su mirada recorre el lugar, se detiene en un ángulo donde el nagüe ha puesto a secar un cuadro: Una virgen se muerde los labios entre sollozos, tiene en los brazos el cadáver de un soldado que debe ser su hijo. Pero esto es demasiado piadoso para nombre de novela. El soldado lleva por cabeza un árbol de ramas verdiblancas cuyos frutos son monedas plateadas (tufo agrícola, numismático, guerrero…) En la habitación donde tiene lugar la escena, una ventana descubre a lo lejos el peñasco del Morro de La Habana con su castillo de los tres reyes (harto pintoresco): Meteorológico. El cielo es despejado, la mar tranquila. Hay un punto ámbar oscuro agitándose en el azul más intenso de la tela. Con la suave brisa de las palabras, Nilo hace navegar el nombre de su libro allí, su no-libro; la huérfana alimaña de papel condenada a vivir de prisa, gastándose de mano en mano, oculta a las miradas profanas bajo forros de revistas rusas anteriores a la perestroika: Un tipo escribe de otro que cuenta sobre otro que se va del país, que se queda, que se lo traga el mar, que no se lo traga. Así es como decide navegar de verdad, por los mares de qué sé yo y el quién sabe a dónde, porque Itaca está en ninguna parte. Moribundo, un guardacostas cubano lo rescata. Al salir del hospital le descubren el manuscrito-bitácora y lo acusan de propaganda enemiga. Supongo vuelve al mar. Por ahí voy.
-¿Cómo se llama el nagüe que escribió eso? Me dijiste…
Raimundo Travieso: luz y línea de una obra
Foto: CANY
lunes, 22 de octubre de 2007
Josefina la viajera
Foto: Pedro Portal
El maquillaje evoca a una muerta, una dama fantasma venida a menos por el siglo que carga en su andar. O tal vez encarna la República, esa otra gentil truncada en el año 1959. Josefina la viajera va desmenuzando ese viaje de alto riesgo, azar sublime y bello que es la vida. Gretel Trujillo entonces se encorva dentro del exquisito traje de encajes (y una imagina a Rolando Moreno –director, escenógrafo y vestuarista de la obra- midiendo el largo de la manga acampanada, bordando una perla, abrochando una joya). Josefina –Gretel- urge una disputa entre dos lecturas de su historia (especie de diatriba con el espejo). Para suerte de todos, gana el idealismo dramático de la actriz viajera, la que se sabe un mundo, la que entona conmovida “ausencia quiere decir olvido...” deleita y gratifica. Descalza, Gretel calza la voz de sus cantos y sandungas (que Lázaro Horta ha enlazado; hasta oímos su voz para sorpresa de todos, incluyendo la actriz que escucha a otro fantasma). Abilio Estévez ha homenajeado ese viaje nada ordinario que iniciamos algunos sobre un escenario, audaz, descarnadamente. Rolando lo ha dibujado en sepia y enmarcado como cuadro antiguo y surrealista, disecado en la memoria, dándole alas a la actriz para un vuelo singular contra la muerte, libertad ganada por el espíritu del arte. No te la pierdas.
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Josefina: Gretel Trujillo
Dirección, adaptación, vestuario y escenografía: Rolando Moreno
Autor: Abilio Estévez
Productor ejecutivo: Marcos Casanova
Diseño de iluminación: Pedro Ramírez
Musicalización, voz y grabaciones: Lázaro Horta
Teatro 8
21 Avenida y 8 Calle del South West
305.541.4841
http://www.teatro8.com/
domingo, 21 de octubre de 2007
David Lynch: mundo imaginario
David Lynch es un director genial, raro e impredecible. Hagamos historia: A los 19 años se matricula en la Academia de Arte de Pennsylvania. Su sueño era combinar el mundo imaginario con la fluidez del cine (que se sepa: Lynch pinta muy bien). De ahí sale Six Figures Getting Sick (1966), un corto proyectado sobre sus esculturas que dio mucho que hablar. La idea del moving painting continua con The Alphabet (1968) y The Grandmother (1970). Con el éxito de esos dos cortos a las espaldas se muda a Los Angeles (ahora con su nueva esposa y una niña) y se pasa seis años produciendo su próxima película, la sublime Eraserhead (1976), inspirada en el trauma de esa Filadelfia moderna, industrial y violenta. Le sigue The Elephant Man (1980) y la choqueante Blue Velvet (1986), para algunos un clásico de la violencia doméstica patriarcal en middle America (con visos de film noir), película que marca el comienzo de la colaboración entre Lynch y el compositor Angelo Baldalamenti. Con la serie televisiva Twin Peaks (1990) Lynch explora aún más el entresijo del pueblo distintivo de la América suburbana llena de engendros metidos en el closet. Le sigue la bizarra Wild at Heart (1990) que le ganó La Palma de Oro en Cannes. Lost Highway (1997) es un film insólito en el estilo de Eraserhead, pesadilla posmoderna del mito americano (quién puede olvidar al mystery man diciéndole por el teléfono: “I’m in your house right now”). Por si fuera poco, en 2001, Lynch se lleva el premio al mejor director en Cannes con Mulholland Drive. Más allá del método convencional de narrativa realista hollywoodense, Lynch nos muestra un cine de imagen extravagante casi absurda, ensartada con melodrama musical: mito psico-social post-Capitalista de American suburbia; secuela de espanto, tristeza, y alguna que otra vez, esperanza (el video clip muestra el último ad realizado por Lynch para Gucci. Gracias Iván de la Nuez).
sábado, 20 de octubre de 2007
El estilo sensual de Marcello Dudovich
Marcello Dudovich (1878-1962) es uno de los mejores afichistas italianos. A los veinte años el talentoso dibujante llega a un Milán en pleno apogeo artístico pre-Futurista. Dudovich es esponja que asimila un momento único del arte europeo en que los centros del diseño están en París, Viena o Ámsterdam. Después de ganar Medalla de oro en la Exposición Mundial de Paris de 1900, Dudovich colabora con la conconocida imprenta de música Ricordi, lo que ayuda a cimentar su prestigio. Más tarde diseña para el periódico de sátira social Simplicissimus. El arte de Dudovich florece entre 1900 y el golpe del Duce (después de la subida del fascismo, el diseño italiano se mueve hacia el futurismo de los Cangiullos y Deperos). ¿En qué consiste el “estilo dudovich?” Se trata de una factura de imágenes para consumo de la clase alta italiana (que viene de Penfield y Hohenstein quien fuera su maestro), mezclado Lautrec y Alfons Mucha: Gráfica abiertamente sensual, hedonista, de colores ebrios y opulentos sobre planos monocromáticos. Dudovich trabajó para La Rinascente y Mele (dos de las tiendas italianas por departamentos más importantes de la época) e hizo publicidad para compañías importantes como Pathé, Olivetti, Alfa Romeo, Pirelli, Dunlop y Bugatti. En sus afiches para actrices como Maria Melato, Emma Gramatica y Francesca Bertini, Dudovich se torna oscuro y más plástico. (Chisme: Hay también una obra erótica nada desestimable del artista).
viernes, 19 de octubre de 2007
Boleros forever
Foto: Pedro Portal
Lo confieso. Soy un raro animal del trópico. No me gusta el sol. Prefiero un bosque umbrío. O los rincones nocturnos y arcanos de una ciudad, mojados con el beso de una música diferente ―rincones como el de cierto bar donde he visto nacer a más de un fantasma; un bar que sigue siendo la puerta a otra dimensión, como anteanoche. Dos horas para hundirme en las notas de un Miami sensual, arropada en la voz salvaje y rota de un bolero… Underground puro. Imágenes lúcidas e inquietantes. Gemidos de piano. Un bajo tremebundo. Acordes de un violín subversivo. Percusión alucinante que ordenó bajar a todos los santos de mi tierra (Ay, Habana de mis entrañas, vaginalmente dolorosa y amada). Allí amaneció otro Miami. Un jazzbluesbolero-Miami. Un Miami mestizo y exquisitamente perverso, como sólo podía serlo el que habita en una noche brumosa de octubre cuando la humedad brota de todos los rincones de la tierra y el cuerpo. Aché para los músicos y los poetas. Vade retro, soledad.
jueves, 18 de octubre de 2007
Marat-Sade con blogoversión caribeña
Anoche vi la película Marat-Sade, de Peter Weiss. Cuando la vi por primera vez, no pude comprender el lenguaje cáustico ni la irreverencia contra las “revoluciones”; mucho menos la ridiculización destemplada del poder populista. Tenía quince años. Anoche se me ocurrió que algún sesudo de este blog (medio dramaturgo) pudiera construir una versión, digamos que un homenaje caribeño al creador de esta obra/film. No tendría que seguir el libreto original. Esta versión se desarrollaría en Mazorra y los actores serían dementes que han perdido la razón en nuestra historia reciente. Un loco podría estar obsesionado con llenar bolsitas de polietileno para sembrar café Caturra; otra sería una ex-ingeniera ambientalista que repitiera hasta el cansancio: “No corten árboles, van a joder el microclima”; otro sería alguien que piensa que está siendo comido por un tiburón en alta mar; otro uno que perdió las dos piernas porque los soldados que trataba de ayudar en Angola le pasaron por arriba huyendo; un poeta disidente que hablara en verso; un exilado que prepara guerrillas contra Cuba en los Everglades. También alguien que está cortando caña figurativamente para conseguir el refrigerador soviético. Charlotte Corday sería la jinetera que asesinaría a Marat. Marat podría ser Fidel, sentado en una silla de ruedas, empeñado en dar recetas de cocina de alta eficiencia energética. Los enfermeros del sanatorio serían miembros del CDR y las monjitas, entusiastas federadas con la imagen de la difunta Vilma Espín en sus cofias. Todos altamente entrenados en dar electroshocks. Podríamos tener alguien que siempre cree empujar una balsa hacia la orilla. Sade podría tener un papel menos sádico, más burlón quizás, aun más nihilista. El coro podría estar integrado por una bailarina de Tropicana obsesionada con viajar a México, un cirujano encaprichado en criar un puerco en el balcón, un ingeniero químico que cree vender merenguitos en El Prado, una soprano lírica que perdió su status desde el viaje del Papa: “No tengan miedo”, entona muerta de pavor. Los cuatro tendrían que cantar muy bien. Naturalmente, hay que ampliar la descripción de los actores y la pieza en si, hay que armarla. ¿Quién se ofrece?
miércoles, 17 de octubre de 2007
¿Kitsch, pop, "happy" o mal gusto?
IKEA se baña de sol y de avalancha
martes, 16 de octubre de 2007
Talento palomense miamense
Recuerdo aquel día histórico, en el quasi solar miamense (El Palomar) cuando el negrito René decidió dar un concierto de flauta fusionando Jetrho Tull con Los muñequitos de Matanzas (con la ayuda desinteresada del rumbero palomense “El Bolo”). Luego se arrimó el percusionista Oscarito Azcarreta con sus pailas. Enseguida se prendieron dos balas y apareció una jarra de limonada hecha por Amaira (la mulatica y princesa de La Paloma). Comenzó el bailoteo. La Kika, ganadora de un premio en el famoso programa de los sabados, Soul Train, sacó a “Palucha” a bailar. Concha, la mamá de Pepito, se acercó con homemade croquetas de jamón, mientras Mercedes, la tía de Renecito, aportaba una bandeja de frituritas de bacalao hechas en casa. Había talento, la verdad. Del palomar salieron Four Nights (dos guitarras, batería y bajo) que practicaban en casa de Rafelito con los muchachos y niñas de La Paloma. Compusieron canciones como “I am your puppet”, “Feeling all right”, “Try a little tenderness” y otros hits pop de la época. El bendecido barrio aportó a Tu Madre (una version temprana de Alice Cooper). Pero mientras Cooper tenía capital de sobra para sus efectos especiales y animales exóticos en su espectáculo, Tu Madre sólo tenía como recurso al loco preformativo de Junior, que se la pasaba degollando pollos en el escenario y arrojando la sangre al público alucinado (Tu Madre tenía tremendo espectáculo... había que verlos bien arrebatados). Ahora recuerdo otro piquete cubanos de la época: Newborn, del cual salieron músicos que terminaron con importantes grupos: Fermín el conguero fue contratado por KC and the Sunshine Band, Marty, el cubano baterista de Newborn, terminó con Bobby Brown (de “Rock the boat”), el difunto Flaco Felo Falcón se integró a Crabby Appleton y después fue el percusionista de Joe Cocker (murió joven). A esa generación de perreros no le importaba Chirino ni Los Sobrinos del juez ni Café (piqueticos más bien para los cubichones y cubichonas, es decir, no apto para hippies). ¡Qué tiempos aquellos caballero!
lunes, 15 de octubre de 2007
Amanecer aún con Carlos Victoria
Una canción hecha famosa por Dion en 1968 se lamenta en su estribillo de que los buenos mueren a temprana edad. “The good, they die young... I just turned around, and he’s gone...” A veces sí. A veces no. Pero cuando el estribillo se cumple, ¡qué amarga impotencia! Comenzó con la muerte de Jaime Bellechasse, pintor y escritor cubano casi desconocido, quien sufrió presidio político por siete años. Algo parecido sucedió con Arenas, con Alfonzo, con Ariza, con Guillermo Rosales, con los dos Juanes - González y Boza-, con Gustavo Ojeda, Adolfo Sánchez, con Jesús Díaz, Roberto Valero, Reinaldo Bragado, Jorge Porto... Así ahora con Carlos Victoria. ¡Qué maldición es ésta, carajo! Tirano Banderas llega a los ochenta, y aquí la desaparición de genios maltratados por la cubana vida no cesa. Fue un talento y un hombre noble, Carlos Victoria. Discreto, amable, pausado, de suave voz, y vocación para la concordia. Era –es- un escritor gigante. Practicaba -¡qué rareza!- la modestia. Nos privilegió –como hicieron los otros- con su nombre y obra. ¿Cuánta más se quedó trunca? ¿Por qué muere a edad temprana la gente buena?
Vicente Echerri
No me acuerdo dónde o en qué circunstancias conocí a Carlos Victoria, ya en el exilio, aunque compartíamos muchos amigos desde Cuba; pero nunca podré olvidar esa suerte de traviesa inocencia con que se presentaba, en su vida y en su escritura, que era también un arma y un disfraz contra la melancolía que lo emboscaba desde la niñez. De esa pugna salieron algunos de los textos más hermosos y conmovedores de la literatura cubana y, en particular, esa novela extraordinaria que es La travesía secreta, que siempre me ha parecido el mejor testimonio de los que fuimos adolescentes en la Cuba de los años sesenta. De él nos quedan esos libros y la memoria fragante de su bondad, de su nobleza de carácter, de la firmeza de sus convicciones.
Jesús Rosado
Un día del 2004, Olga Connor le preguntó en alguna entrevista a Carlos si en los 80 no había gente que lo excomulgaba por escribir desde Miami y su respuesta fue de tierna osadía para el mundo intelectual “…no me importa. Yo vivo en Miami, ésta es la ciudad en que escribo. Es mi ciudad”. Así de conciliador y esencial resolvió el dilema. De la misma manera en que solucionó sus penúltimos desconciertos. Miami es el espacio que se hizo suyo a pesar de la ajenidad. El mismo que despereza ahora, entre resignación y desasosiego por la ausencia de su tecleo trasnochado. Un paisaje que no será desleal a los pactos secretos de su permanencia, que continuará siendo el territorio alternativo de vecindarios imperturbables, con su complicidad persistente sobre los insomnios y sus soledades que llegan a ser tan habituales que van perdiendo la mística del espanto… Aquí te quedas, viajero sin despedida, repitiéndote en la penumbra que filtra tu tristeza , flotando sobre tejas utópicas y olores familiares. Residiendo en el reducto que aprendiste a desodiar incorporándolo a los mapas literarios, el mismo en que hicieras de tu apellido la certeza para rebasar olvidos.
domingo, 14 de octubre de 2007
Reencuentro con Mike Porcel
Cuba y Juanes: resumen de Noticias
Ernesto Fundora
(viene de la primera página)
Aun queriéndole desmarcar de la política, el primer sobreentendido que ostenta este evento es su pretensión de aportar un consenso entre las partes tensionadas en el diferendo cubano. Paz sin frontera reconoce a Cuba como una zona en tensión crítica, una zona de guerra sometida a una tirantez que impide el imperioso proceso de reconciliación nacional, la apertura de la isla hacia el mundo o un cambio progresista hacia otro modelo en la política y la sociedad cubana. Y uso el término “zona de guerra” aceptando en primera instancia la enemistad histórica fortalecida entre los vecinos distantes de Cuba y Estados Unidos durante medio siglo, que ha marcado el destino no solo de la isla sino de toda una región quien se ha sensibilizado y definido al respecto; un conflicto heredero de la guerra fría que hoy, a duras penas, comienza a entibiarse. En segunda instancia acepto la condición de guerra por tratarse de una población divida y escindida por dos posturas ideológicas y geográficas, Cuba versus Miami, con el mar de por medio y un océano de discrepancias y odios recíprocos. Y como tercera instancia, reconozco que las condiciones de vida precarias del ciudadano común cubano ya tienen los ribetes y caracteres de una posguerra , aunado a que un cuerpo de libertades y derechos inalienables no son respetados: libre asociación, libertad de expresión, libertad de viajar, comunicarse, libertad de prensa, etc.
Lo curioso y positivo de Paz sin frontera radica en que una comunidad artística tomó la iniciativa civilizatoria de restaurar un diálogo de sordos y tuvo el privilegio- como casi ningún otro frente- de la opción negociadora, o cuando menos, de abrir una brecha en el muro de la intolerancia entre las partes en tensión. Y más curioso aun, que sean artistas muchos de ellos caracterizados por un rango creativo que los sintoniza con el mercado y las formas comerciales de entretenimiento, y no pertenezcan al tipo de creadores con obras comprometidas directamente con los mensajes políticos y sociales.
Paz sin frontera, indirectamente, ha puesto de moda el anatema del bloqueo cubano, un hecho que se debate entre las posturas de condena y aprobación según la perspectiva ideológica de los bandos cubanos. Republicanos e intransigentes sacan provecho y estimulan su vigencia mientras los moderados, demócratas y pragmáticos se inclinan por finiquitarlo. El gobierno cubano reclama al de Obama el levantamiento del embargo comercial y éste, ni corto ni perezoso y jalado por múltiples intereses, juega al estira y encoge sin tomar una determinación definitoria. Como quien va enfriando la sopa hasta hacérsela potable a todos los que oportunamente sacan ventaja del hecho. Obama pareciera tener la intención de abrir los puentes comerciales formales entre ambos países, aunque sabemos que como quinto socio comercial de Cuba, ya EUA al igual que el gobierno cubano, evaden dicho bloqueo. Pero el reclamo democratizador de la administración de Obama, interpretado desde la isla como un acto de ingerencia, debilita el avance en las negociaciones.
Los líderes históricos del exilio, que no su pueblo, sacan su lasca a ese muro inmoral, mientras el gobierno cubano sabe que una vez levantado el embargo se le acaba el argumento tras el cual se oculta una ineficiencia administrativa de 50 años que ya tiene elementos para entrar en los Récord Guinnes. Recordemos, por solo citar una cifra, que Cuba recibió de la URSS y del CAME más dinero que todo lo otorgado en el plan Marshall a Europa para su reconstrucción después de la segunda guerra mundial. Con ese caudal financiero Cuba debería estar, cuando menos, experimentando un milagro económico solo comparable con el japonés.
Y Juanes entra muy bien como una pieza sublime, distentora, una vaselina para introducir mensajes de apertura en provecho de ambas partes. Tanto Obama como Los Castro aceptaron este concierto como vehiculo para enviarse, mutuamente- y de paso a la comunidad internacional- un mensaje de apertura, flexibilidad y buena voluntad . A eso se debe el show de tolerancia de Hilary Clinton otorgando la anuencia y el de los Castro permitiendo un evento espinoso para un país con hambre de mundo. Con embargo o sin embargo, Juanes debió pedir permiso a los amos de la libertad cubana e internacional.
JUANES Y SUS AMIGOS
Vayamos por parte. El joven y exitoso músico colombiano ha sido acusado de casi todo. Unos lo asocian y afilian con la política de Uribe, lo que en verdad no podemos probar y que dicho sea de paso, no le deja mal parado tratándose de un presidente que más allá de defectos palpables (perpetuación en el poder y tributarismo pro gringo) ha conquistado una estabilidad y progreso para su país, Colombia.
Que Juanes haya mediado para tranquilizar la beligerancia entre Chávez y Colombia, tampoco le hace daño. Cualquier ser racional debería dedicar esfuerzos para que Hugo no se desborde en sus delirios Bolivarianos. También se le imputó vínculos con la izquierda cubana, lo cual quedó descalificado, y poco probable es su posible servicio a intereses norteamericanos. Paranoicos y cegados por los espejismos- la parte anquilosada del exilio cubano- le cuestionó su valía como artista y vimos a un músico extraordinario como Arturo Sandoval, despotricando salvajemente contra un joven bienintencionado que tenía el propósito trans ideológico de llevar su embajada cultural- sea el que fuera su quilate artístico- hacia un país oprimido desde afuera y desde adentro. En este proyecto cuajaban los móviles de su perfil neocristiano y el triunfo de una postura moderada y moderna de crear solidaridad internacional en zonas de conflictos. Unos pocos viejos rabiosos destrozaron sus disco mas no su prestigio como líder cultural del mundo hispánico. Por suerte para Juanes, su éxito no depende del mercado de la Florida, donde, a no dudarlo, encontrará futuros escollos sobre todo en los medios radiales y televisivos pertenecientes a propietarios cubanos que mecánicamente se pliegan a los intereses de una oligarquía dinosáurica y republicana.
En el caso de Olga Tañón juegan otros factores. Ella verdaderamente no se encuentra en el momento de máximo esplendor de su carrera y decidió optar por ganar la simpatía de 11 millones en la isla antes que recalentar a unos pocos miles de fanáticos en la Florida. Ya se empiezan a notar las consecuencias en la bajas ventas de boletos para el concierto en el Hard Rock de Broward. Pero, además, Olga siempre profesó una admiración hacia la música y los músicos cubanos y la experiencia de compartir escenario en Cuba era un viejo sueño, casi una asignatura pendiente en su carrera, y en eso coincide con Bosé. Ambos ya tienen asegurados el mercado cubano del futuro y de paso, correspondieron coherentes con la nobleza de sus cristianos corazones.
Resulta inoportuno aplicar una critica artística a dicho concierto pues los propósitos justifican y nos hacen perdonar las fallas en su producción. Cuba, evidentemente, no tiene experiencia en la organización de eventos de tales magnitudes y se hizo sentir la novatada. Poca agua, mucho sol, baches en el espectáculo, cuestionable calidad del sonido, artistas invitados innecesarios (Aute, Cucú Diamantes) , artistas nacionales excluidos (varios), selección arbitraria o prejuiciada del repertorio (Varela y Van Van) y una transmisión televisiva muy accidentada y de poca intimidad con los artistas y el público, peor aún la retransmisión del canal 41 de Miami, con mesa cuadrada insidiosa dispersando el sentido del show. Pero vuelvo y repito, la finalidad sublime del espectáculo, hizo pasar inadvertidos esos detalles.
CUBA
El gobierno cubano, una vez más se dice y se contradice. Primero aceptó de manera inusual todas las condiciones y luego se balconeó mañoso y mal intencionado. Así los delata ese video bochornoso e in fraganti en el lobby del Hotel Nacional donde Juanes y Bosé, encolerizados, están a punto de cancelar el concierto. Gracias a la persuasion de Yothuel y de Olga se calmaron los ánimos. Las razones, según se especula, fueron el incumplimiento en lo pactado por parte del gobierno: privilegiar a los estudiantes de la UCI y otras universidades en las mejores posiciones de la plaza, intento de crear un espacio especial para los “hijos de papas”, asedio de inteligencia militar evidente a Juanes y otros miembros, condicionamiento al público de llevar camisa blanca para poder entrar al concierto, etc etc. “Por qué nos hacen esto, si lo hemos aceptado todo” , reclamaba Bosé y el llanto de la impotencia delata la decepción ante los métodos prehistóricos de la vieja guardia prusiana. Ese también es un saldo productivo. El mundo puede percibir cómo opera la oficialidad cubana con artistas y civiles que le entregan su confianza. Ya no tienen que experimentarlo por relatos ajenos, ya Juanes y Bosé saben qué se siente en carne propia cuando se vive perpetuamente vigilado, bajo presión sicológica y en estado de acoso.
Pero el gobierno supo sacar su lasca de provecho. Con la difusión de la imagen de un gobierno tolerante, promovieron internacionalmente un espíritu de lástima, compasión y piedad hacia Cuba. Fue una actitud de falsa victimización, de sensibilidad lastimera, una forma de llamar la atención y desmarcarse del descrédito internacional que los sofoca económica y moralmente. Reactivaron expectativas turísticas, que por mínimas que sean, aplacan la falta de liquidez en las finanzas. Mostraron una cara cívica de la revolución que ya estaba en desuso. Probaron su nivel organizativo militar, táctico, policíaco y civil para controlar grandes rebaños humanos enaltecidos por ideas de libertad. Midieron el termómetro y ahora constatan que la desobediencia civil está lejos de manifestarse a pesar del calor, de la sed y del estimulo foráneo. Confirmaron que a los jóvenes con fiesta y pachanga se les cambia la cabeza. Aprovecharon para trasladar a Pánfilo del calabozo al hospital siquiátrico. Quedó claro el mensaje: quien clama por hambre en Cuba es considerado un loco. Formell gritó: “Dejen el abuso”, y nunca supimos cuál era el verdadero blanco de su reclamo. Otra vez el exilio quedó dividido, los moderados versus los rudos. El Monseñor de la Iglesia católica cubana Carlos Manuel de Céspedes aprovechó el espacio para demandar un debate serio acerca de Cuba, y no una ola de farándula, lo que no deja claro si esta incitando a Dios o al Diablo. Por esos días el comandante Ramiro Valdés, en un discurso en la provincia de Oriente, le echaba en cara al pueblo la malcriadez de un estado paternalista que no puede ocuparse de resolverle todos los problemas, y le exigía a la masa una mejor disposición para el trabajo y la búsqueda de soluciones. En fin, el bar. Cuba parece transitar por una –no declarada- huelga de brazos caídos, aquella predicada por Tolstoi muy típica de la resistencia proletaria. En la isla la mayoría está desempleada, nadie trabaja. El PIB (Producto Interno Bruto) se mueve por debajo de cero y el mercado informal se devora al mercado oficial.
A propósito de Paz sin frontera, vimos de soslayo a una oficialidad cubana tratando de mostrar una cara benevolente, creando sensaciones de posibles cambios, jugando a la artimaña de querer y no poder, atrapada en su propio laberinto. Bisa Williams, alta funcionaria del gobierno USA para Latinoamérica, quien también estuvo en el concierto, visitaba la isla en pro de reactivar el Correo entre EUA y Cuba y calificó de mecánicas las conversaciones con el gobierno, es decir, le dieron vaselina porque temen que se abra la comunicación. Ya tienen la experiencia avasalladora de la Glásnot en Rusia y no correrán ese riego. Parece haber morosidad y desacuerdos de intereses en los beneficios por ambas partes mientras la sociedad civil es quien lamenta. Acusan a EE.UU. por el escaso ancho de banda. Según La Habana, Washington presiona a las empresas de Internet para que limiten el acceso que dan a la isla. Algunas compañías incluso impiden a los cibernautas cubanos utilizar sus servicios. Sin embargo, tanto el precio de conexión como el ancho de banda podrían mejorarse muy pronto. El próximo año Venezuela se unirá a Cuba con un cable submarino. Esperemos ver cambios.
La funcionaria Williams aprovechó su visita y escuchó a la disidencia, un signo que preocupa a La habana pero que le da refulgencia a Washington en momentos en que Europa toma cautela con la oposición. También se frustró el concierto de la Filarmónica de New York en la Habana, porque para desactivar la ley Helms Burton, Obama reclama democratización y no ve señales claras de parte de los Castro. Y pareciera que estamos sobre una caminadora de gimnasio: Cuba articula pero no avanza y EUA, como dicen en México, “no da paso sin guarache”.
EUA
Los gringos mueven los hilos y no, mientras una nueva realidad pugna por emerger. No resulta fácil predecir el propósito del poder privado tras el poder público norteamericano para con Cuba, y en qué medida la expedición de Juanes les dejó un buen saldo o camino de provecho. No tiene EUA por tradición ofrecer claridad acerca de sus propósitos finales. El secretismo ha sido su arma histórica. Cuba, por oposición complementaria, ha aprendido bien la asignatura paranoica. Así que no se espere algo fácil de desenredar en el reciente acercamiento. Los cambios cosméticos de política exterior y diálogo entre ambos contrincantes no se definirán por criterios ideológicos sino por intereses de orden económico. Y en esta jugada de coquetear, Juanes pudo ser un eslabón ingenuo, un sacrificado peón de ofensiva sobre el tablero de un sofisticado ajedrez. Cristiano al fin, no resultó difícil convencerlo para un martirio innecesarios a su próspera carrera musical. Estados Unidos no desaprovecha ninguna oportunidad en la que se involucra. “La historia aprende a reírse de la solemnidad del origen”, escribió Michel Foucault. Y como un veredicto lo empezamos a constatar en los nuevos matices de esta relación Cuba –USA donde el factor cultural juega el papel de arbitraje, sazonador y camuflaje.
Obama tiene la estrategia de recuperar el territorio económico que ya China y otros socios le han arrebatado en la antillas. Y no se detendrá hasta pasar del quinto lugar al primero como socio comercial de la isla. No le será fácil la faena teniendo de por medio a dos Castro paranoicos experimentados en complicar el tejido de una política de buen vecino basados en una memoria de malestar nacional donde cada acercamiento al norte se ha visto traducido en fracaso o riesgo para la soberanía cubana. China, con esa paciencia asiática, ha ido ganándose el territorio cubano (préstamos, asociaciones, intercambios, pactos políticos (complicidad ante la ocupación de Taiwán y Tibet). Si los gringos se duermen, tendrán al Dragón en una plataforma de operaciones presionando desde el caribe como el alfil incómodo para la guerra tibia que, inevitablemente, deberán encarar en el futuro inmediato los dos imperios.
EUA tiene la argucia de saber meter la cuchareta en los momentos delicados de transición política en la isla y sacar su mejor tajada de provecho. Pero los hermanos Castro padecen, endémicos, el síndrome de la sospecha y la desconfianza. Nuevos atractivos impulsan al imperio a recuperar la isla y a expandir su capacidad negociadora. Ya no somos un país de monocultivo, ahora se habla de yacimientos de petróleo en aguas profundas limítrofes con EUA. Además somos una nación con una tradición militar fuerte que bien puede ser peligroso o productivo según lo aproveche EUA en sus vínculos futuros de cara a su modelo de economía de guerra. Por la parte cubana así lo demuestra la confianza de Raúl en la militarización de la sociedad como último recurso para la reestructuración del estado. En el desarrollo de la biotecnología ocupamos primeros lugares mundiales, una industria de estrechos vínculos con la farmacéutica, clave en la economía norteamericana. Las remesas cubanas implican un escape de capital considerable a la economía gringa, así que es preferible estabilizar la situación insular. Por otro lado los subsidios y planes de asistencia a inmigrantes y refugiados cubanos ya alcanzan cifras estratosféricas que han generado una población con estilo de vida parasitario. El turismo promete ser un detonante en el futuro de Cuba donde una participación pactada a tiempo con EUA puede dejar saldos considerables al vecino del norte. A los Castro cada vez les quedan menos opciones para jinetear; ahora los vemos aplicando su “búsqueda y captura” de sponsor en el Medio Oriente, África y los aliados de Asia. Chávez como socio no estará para siempre ni puede ocuparse de todo, además ya empieza a reclamar claridad con el destino del petróleo que dona a la isla e incluso la deuda cubana con Venezuela ya ronda los 11,000 millones de dólares.
El congresista demócrata Charles Rangel pidió recientemente “rechazar una política fracasada y anticuada que no ha resultado en ningún avance para el pueblo cubano o estadounidense”, a su vez que el legislador republicano Jeff Flake dijo por su parte: “Si de verdad queremos impulsar las reformas democráticas en Cuba, necesitamos probar un nuevo enfoque”.
Veremos desfilar en el futuro muchos Juanes y juanetes entre Cuba y el imperio vecino. Mientras el sainete se lleva a cabo, el pueblo cubano no tendrá mejor opción que aceptar la mortalidad de sus dioses, la crisis de fe en el socialismo y el desamparo económico de un país quebrado por las mejores intenciones. Ojalá y la fuerza de la costumbre no lo ciegue, ni el sedimento de la utopía redentora ni el complejo intimidante del homínido arisco por la cercanía con el león. Tendremos que tejer fino para poder decidir la dramaturgia de nuestra próxima película y alejarla, en todo lo posible, del drama y de la tragedia que ya nos secularizan. El tema de la soberanía nacional volverá a adornar la mesa pero con el atractivo de un nuevo celofán. Y todos los comensales están hambrientos.
sábado, 13 de octubre de 2007
Moneda Dura Mala Leche
Basta que el poder considere censurar un intento de crítica para que la propia mordaza lo convierta en grito. Esta pieza de Moneda Dura en Cuba acaba de ser prohibida por el oficialismo en los medios. Sabrá Dios por qué ronchosas razones. Justo ahora, manos amigas por toda blogolandia se están encargando de difundirla. Como para confirmar que la mala leche de los tiranousarios no puede llegar a queso.
viernes, 12 de octubre de 2007
Se nos va Carlos Victoria
Se nos ha ido Carlos Victoria con el mismo síndrome de muerte precoz que otros involucrados en su generación vorágine. Aquel cenáculo diaspórico de espíritus en tolvanera que solo se reconocieran en las sinuosidades de la tragedia, la frustración y el cinismo. No ha existido vanguardia tan amoniacalmente iracunda como la de estos talentos atrapados entre dos remolinos. A las de Arenas, Rosales, Alfonzo y otras osamentas del destierro se suman ahora las cenizas de Carlos. Restos todos que crepitan y humean cada vez más cercanos a las ralas barbas del verdugo, como organizándose para el revolcón inminente y profano en que las falanges carcomidas tocarán incandescentes a rebato. Esa tan esperada oportunidad de festejar desde el camposanto la inenarrable intensidad de, por primera vez, estar vivos.
jueves, 11 de octubre de 2007
Me ha llegado de París, de su otoño y de los afectos junto al Sena, un libro sencillo dedicado con ternura por su autor y la pintora protagonista y tema del mismo. Un ejemplar defendido por una cubierta de amarillo poco parisiense, pero de una elegancia sobriamente mediterránea. Un formidable esfuerzo de catalogación de ese infatigable estudioso y promotor cubano que es William Navarrete, quien lo ha titulado con lironda certeza como Visión Crítica de Gina Pellón, y en sus doscientas páginas ha condensado una enjundiosa cosecha de rastreo y compilación que incluye casi cinco décadas de opinión en prensa acerca de la obra de una de las más descollantes pintoras cubanas exiliadas, quien se radicara en París hace casi medio siglo. Navarrete hilvana cronológicamente el compendio y y se restringe a lo aparecido en tinta impresa. El libro amanece en un texto de Rafael Marquina publicado en 1959 en La Habana y suspira casi pleno con el de José Antonio Évora, fechado en el 2006. Entre punta y punta el libro reúne críticas, intervenciones, poemas, entrevistas y reseñas de importantes autores de arte, quienes hallaron en Gina Pellón motivos de reflexión y tinta, y entre los que se puede mencionar a Armando Álvarez Bravo, Bernard Anthonioz, Michel Anthonioz, Giulio V. Blanc, Peter Brandes, Alain Bosquet, Elena Cárdenas Malagodi, Luis de la Paz, José Antonio Évora, José Gómez Sicre, Helen L. Kohen, Alberto Lauro, Charlotte Le Perron, Carlos M. Luis, Jacobo Machover, Rafael Marquina, Severo Sarduy, Palle Schmidt, Michel Spitz, Enrique José Varona y Torben Weirup, entre otros. Texto multilingüe, cuidadosamente organizado, prescinde de la profusión de ilustraciones para concentrarse en la suma analítica y en la versatilidad de la mirada sobre una obra que según su impetuosa permanencia llega a ser lo que a su gestora se le antojaba la pincelería: un poema de colores sin final preciso. La Pellón es grande por sí misma, y el empeño de Navarrete compendiando impresiones no hace más que demostrarlo. Para los apasionados por la imaginería de Gina, el libro, de inmediato, es fuente imprescindible.
miércoles, 10 de octubre de 2007
Sin título
Cuando aparezco
se acaba más pronto la cerveza.
Sin pensar (es el estado
que me entretiene) atravieso
el salón donde repartes los bocadillos
y no acepto ninguno.
Yo soy el hombre del bigote rojo:
necesito entrenarme con las princesas
y descubrir (tal vez hablamos
del último día)
un juego detrás de cada corazón,
un party secreto.
Cuando aparezco
algunos ojos brillan
y saben que habrá predicaciones.
Sacrifico energía de mi pozo
para ver rodar un anillo,
para verte reír.
Cuando aparezco
soy música en el aire, espíritu
mirando desde el balcón.
Por llenar una forma
(no me refiero a lo que estás pensando)
me sale una cana diariamente,
un sufrimiento árabe.
Entretenerse va por las filas de la luz,
se sube a la hoja doble,
deja para mañana casi todo.
Aunque unos gatos se sacrifiquen
y regresen a Venus.
(O mejor dicho:
siempre que un gato se sacrifica,
regresa a Venus.)
Cuando aparezco repito la sed,
reparto margaritas,
juego a las damas.
Ya se rompió la boda judía,
los hijos se quedaron sin nombre,
sin hijos.
Ya sé que nadie va a venir por mí,
que pierdo las misiones y el pan
en un país extraño.
martes, 9 de octubre de 2007
Rescabucheando a Esther
Una noche desde mi apartamento en el segundo piso de La Paloma, escuché "Killing Me Softly" de Roberta Flack. Era la hora en que Esther, la hermana de Luis y mamá de Humbertico, comenzaba su baile striptease con la ventana entreabierta (sabiendo que los muchachos del edificio la recabuchábamos). Al frente había un terraplén, donde Lazaro, Denavea y Carlos Vega jugaban al “quimbe y cuarta”, gracias al alumbrado de la calle que duraba encendido hasta tarde. Yiyito, el Negro Renecito y yo aprovechamos para ver el desfile en pelotas de Esther ¡pero con la música de Roberta Flack aquello era un deleite! Renecito estaba hipnotizado (primera vez que veía una mujer ¡y blanca! desnudarse). Entiéndase: La Paloma era famosa en el Saugüé por su cantidad de “mirahuecos” juveniles. Recuerdo a Xena, Amanda y Aimara, quienes nos miraban con caritas de reproche, pues a ellas nadie las vacilaba (años después desarrollaron complexiones esbeltas y deseables para los buitres rapaces que merodeaban El Palomar). Yo imaginaba francamente mi vida de felicidad junto a Esther. La mujer exudaba una atmósfera tan sensual que me ponía eufórico. Era un museo caminante: Caderas, nalgas y piernas en perfecta armonía y ¡qué cara! Les soy franco: Me enamoré. Un día le pedí una estillita al viejo y me fui directo a Ultra Records (al lado de El Exquisito donde ahora hay una botánica) y compre un 45 con las dos nuevas canciones de Roberta. Lo mandé a empacar con papel de regalo y se lo llevé a Esther. Ella me lo agradeció con un beso en los labios, susurrándome con voz de diosa: “Mañana lo voy a escuchar”. Fue la noche más apasionante de mi juventud.
lunes, 8 de octubre de 2007
Un culo de cosas
Texto e imagen: Ramón Williams
¿De qué color era el Oso Blanco del Gauguin cenizo a la carta? Con ventisca sobre el plano blanco filmado desde lo alto terminaba la visión de Nilo si no fuera por los blancos sobre blanco de Malevitch. Nilo, el pardo, volvía irremediablemente a la misma pregunta, inepto para rebelarse. Al barracón de las dudas, encadenado a las evidencias; a imaginar el palenque ideal para el acto de contemplación total, donde el ojo de la mente obra sin grilletes porque todo es respuesta. Le parecía a Nilo imposible que un pueblo menos unos pocos se contentara con saltillos en el lugar a modo de aplausos: un-dos… cultura física, estética del cuerpo; un-dos, un-dos, Oncemillones, tu aeróbico al descubierto; un-dos… más fuerte, más alto, las ideas, la luz… martillad que horita estamos lejos; arriba, calzado vegetal, bombillas recuperables, tornillos de repuesto; un-dos, un-dos; el que no salte es yanqui… No era así como la televisión engañaba. ¿Eran yanquis los reacios a la calistenia, les faltaban los cojones de los próceres, o habían descubierto una ruta segura para la navegación sin carta? Era posible la renuncia a la égida escrotal de las voluntades históricas. Eso aprendieron los jóvenes pintores. Sin dejar de contarse los unos a los otros fueron el doble de los cuarenta ladrones, los ochenta. Ladrones de corazones ladrones. L’oso Chenta, mascota olímpica de Cuba para los juegos de poderes del fin del siglo. La espuma. En Europa se ablandaban los muros y en la Habana la consigna salía del ataúd: “Con la revolución Todo, contra la revolución, nada”. Arrópese para la playa o vístase de rayas o de listas, o dé lista. Y así los ochenta volaron. De momento, el pacto: El orbe vestía nuevas telas, telas gárrulas de la pequeña grande Cuba; el Estado de la grande Cuba evidenciaba al orbe libertades expresivas jamás calculadas por los desinformados enemigos externos. Los noventa. Sólo era posible inquietar astutamente, artísticamente un poquito. Las ligas menores, las de la reserva, debían aprender a esperar; quedaban perplejas, condenadas a la trasnoche de sombras largas tras la escamada de las instituciones y las nuevas directrices de La Rectificación. Un culo de cosas.
domingo, 7 de octubre de 2007
La Bohemia
Tumiamiblog
Antes de 1840 la palabra “bohemio” era la medalla de cualquier artista parisino (de acuerdo con Henri Murger, autor de Escenas de la vida bohemia, libro de viñetas imprescindible de la época y que sirvió de modelo a esas otras representaciones de la vida errante tipificada en La Boheme de Pucini). Todo comienza la noche del 28 de febrero de 1830, en el Teatro Francés, donde se estrena Hernani de Víctor Hugo. La noche ha terminado en una batalla campal que se bautizó como “la batalla de Hernani”. Una puesta en escena que había sido anticipada por semanas por la audiencia culta de Paris. Se rumoraba la apoteosis final entre románticos y clásicos; modernos y antiguos (la velada puso fin a una controversia de más de veinte años). Hernani cristalizaba el llamado de Stendhal de producir un nuevo teatro para el gran público (historia con moraleja melodramática y pinceladas de vaudeville). Volvamos a la obra: Los asientos están reservados hace semanas. Hugo ha repartido algunos boletos de cortesía para luminarias como Benjamín Constant, Adolphe Thiers, Prosper Mérimée y otros que no han podido conseguirlos en taquilla. La atmósfera pre-estreno es de franca expectativa, incluso pavura. Ya el periódico La Quotidienne (conocido por su tinte gubernamental) ha advertido que “el estreno podrá ser importante para el mundo de las letras, pero eso poco le importa a la monarquía francesa”. Esa noche la bohemia toma el poder. Hugo comprendió que la cultura es militancia (¿la prueba? Gerard de Nerval, Gautier y Petrus Borel habían pasado semanas reclutando cuanto aspirante a poeta pudieran encontrar por las buhardillas del barrio latino). Cuarenta años después, el viejo Gautier nos deja con este recuerdo: “Hernani fue el evento más importante del siglo; el estreno de un nuevo pensamiento: la juventud contra la decrepitud, el futuro contra el pasado”. Perdonen el largo camino para llegar a la bella canción de Aznavour.
Credo prerafaelista
¡Qué pena el mundo moderno! ¡Cuánta basura se hace pasar por arte! Estamos rodeados de clichés, mediocridad, pobreza, estupor y codicia. ¡Basta! Hacen falta ideas nuevas, genuinas. ¡Rechacemos lo artificial, lo superfluo, incluso lo excesivo! El Romanticismo de principios de siglo fue una ventana a la libertad; salida al ruido de la máquina que nos esclaviza, del llamado “progreso”. Sin embargo, donde ellos buscaban autenticidad no hemos encontrado más que manierismos. ¿Dónde está la naturaleza en el arte moderno? La sabia naturaleza, con su ritmo protector, su justo ciclo. ¡Volvamos a la expresión pura del sentido de su forma! Para lograrlo debemos volver al pasado, antes del Renacimiento, ése que prostituyó la belleza por la presuntuosa medida del hombre. John Ruskin tiene razón; hay mucho por explorar y descubrir en lo sublime del arte gótico: Mantenga, Fra Angelico, Durero y Boticelli deben ser nuestros modelos. El progreso nos ha prostituido. ¡Somos esclavos de nuestra miseria! Como dijo Schiller: ¡Construyamos un nuevo orden social basado en la educación estética del ser humano, un orden de igualdad y respeto entre los hombres!
viernes, 5 de octubre de 2007
THE WHO con 20/20
Tumiamiblog
Hubo un momento en los 60 tardíos en que habían sólo tres bandas: Beatles, Rolling Stones y The Who. El Quién, fueron los últimos en llegar a la fama, pero puede decirse que eran el grupo más inteligente. Beatles, incluso después de la obra maestra "Sgt. Pepper" eran básicamente escritores de canciones ("Yesterday" es el ejemplo) pop. Los Stones eran más puristas; ahí está "Jumping Jack Flash" para probarlo. The Who eran una síntesis de ambos grupos y más. Pete Townshend, escritor y guitarrista principal, un espantapájaros brillante; Roger Daltrey, la estampa de un dios nórdico de voz estelar semioperática (maestro del gesto y acróbata); Keith Moon, de los mejores bateristas del momento (incandescente y obsesivo) y John Entwhistle en el bajo (cuya cara inexpresiva de mamerto nada tenía que ver con su hipertensa intensidad). The Who fueron los primeros en destruir sus instrumentos en vivo (gesto anárquico tan imitado por la generación punk posterior): gesto mod de pose con sarcasmo a lo Goetterdaemmerung wagneriano. El quién era -sin duda- el mejor acto en vivo del rock de la época. Pero sus presentaciones sorprendentes eran sólo una extensión del contenido de sus canciones. The Who es el primer grupo postmoderno: arte exuberante, profundamente consciente de su artificio, de su desafío. Entender El quién se hace más importante ahora, en nuestra era de grupos manidos, prefabricados y predecibles.
jueves, 4 de octubre de 2007
Federico Britos en concierto
Friday, October 5th at 8pm
Manuel Artime Theater, 900 SW 1st Street
Tickets: $25 in advance/$30 at the door
Available at all Books & Books locations and at www.rhythmfoundation.com
Ana Luisa
Gur mornin, buenos días –casi canta Ana Luisa con su sonrisa. No importa quien tenga delante (y a veces es difícil con ese desfile constante de fachas toscas, ácidas, extenuadas). Hay una pequeña cola, la manager (cubana mulata fuertota) está de malas. ¿Dónde está Mariaaaa? Mariaaa. Está en el baño, responde Ana Luisa con sus años a cuestas. Gur mornin, buenos días. Entra una muchacha joven, sensual y opulenta con su niñito a cuestas. El tatuaje de la pierna derecha, con letras góticas, desde la rodilla hasta el tobillo (cual salidos de una incunábula en el taller de Wolgemut) lee: "Rogelio" (el dibujo acapara las miradas de los comensales). Ana Luisaaa, le grita la del niño, miraaaa. Y Ana Luisa, sin dejar de hacer lo que debe, comienza a hacerle gracias a la criatura ante la mirada de reparo de la manager, quien sigue quejándose mientras toma órdenes del drive in a través del micrófono. Una pareja de viejos se quejan; algo falta en el cartucho. Faltan servilletas. Las servilletas a la entrada. Ay, que lindooo está Rogelito, suelta Maria Luisa con voz latosa. ¿Y se porta bien? No, Ade se fue para Cuba. Mei ai hel piú… ¿jáu meni meni criim? Llegan ahora dos mastodontes y le piden una orden de pancakes para cuatro con seis raciones extra de burritos, dos cinamon melts y cuatro coca colas gigantescas. ¿Para llevar? Bertaaa mira a Rogelito qué lindo está, exclama Ana Luisa. ¡Qué beeeello! Los mastodontes miran a Levisleidis con cara de lascivia. Esperaaa, grita Berta desde el fondo, esto está en candela. Entonces se aproxima un viejito al mostrador, con gafas gruesas, bigote muy cuidado y el periódico bajo el brazo. Ana Luisa mi vida. Buenos días. ¿Hiciste lo que te dije? Pregunta Ana Luisa. Sí, claro, le responde. Aquí tienes. Léete el artículo de Andrés Reynaldo que está muy bueno, dice él. ¿Qué quieres? Dame un café con mucha leche y seis sobresitos de azúcar. Mañana sin falta te traigo el libro que me prestaste, le aclara Ana Luisa. Me encantó el final. La Allende es muy buena escritora. Gur mornin, buenos días.