Tumiamiblog
Diálogo rápido y corrosivo, lleno de slang sagaz, disparado a ritmo de trama nocturna obscena en la cloaca misma de la megalópolis moderna. Sweet Smell of Success (1957) es considerado un film único. Obra maestra con libreto de Clifford Odets (“Notorious”) y Robert Aldrich (“The Big Knife”), trabajo de fino pormenor de cámara a cargo de James Wong Howe (de un Manhattan noir, porosamente sicalíptica) y la música cool de Elmer Bernstein (con la ayuda del quinteto de jazz de Chico Hamilton). En el transcurso de 36 horas se relata la historia de dos seres humanos al límite del parasitismo mutuo. J.J. Hunsecker es un poderoso columnista de la prensa amarilla en el Globe, Falco es un agente de prensa y su perro faldero (Falco sueña con ser Hunsecker). ¿Por qué Hunsecker alimenta y sobrelleva la presencia de una rata como Falco? Para que destruya la reputación del joven guitarrista de jazz Steve Dallas, quien ha tenido el valor de flechar a Susan (la hermana del columnista). La manipulación de Hunsecker es despiadada, pero la víbora de Falco puede esperar pacientemente el momento preciso para el ataque (algo que Hunsecker saborea en su papel de encantador sádico). Hay bocadillos inolvidables como éste de J.J. a Falco: “I’d hate to take a bite out of you. You’re a cookie full of arsenic”. De “La mentira maldita” dice Cabrera Infante (uno de sus filmes preferidos) en Cine o sardina: “En esta película Tony Curtis, que trajinaba servil para el vil Burt Lancaster, calumniaba en la prensa de Nueva York al novio de la hermana de Lancaster, cuya pasión incestuosa era la araña de la trama. En el original Curtis llamaba al renuente Romeo, que era un jazzman, con los epítetos épicos de drogómano, mal músico y comunista. En la versión doblada el pobre calumniado seguía siendo mariguanero y mal músico ¡pero había desaparecido el carnet del partido! ¿Quién blanqueó al músico rojo? Cualquiera sabe. Pero el que sabe sabe que el membrete estaba ahí antes en la banda sonora. No es que el doblaje pueda servir como he dicho a una forma obsoleta de censura, sino que el mismo doblaje es una forma de censura”.
Diálogo rápido y corrosivo, lleno de slang sagaz, disparado a ritmo de trama nocturna obscena en la cloaca misma de la megalópolis moderna. Sweet Smell of Success (1957) es considerado un film único. Obra maestra con libreto de Clifford Odets (“Notorious”) y Robert Aldrich (“The Big Knife”), trabajo de fino pormenor de cámara a cargo de James Wong Howe (de un Manhattan noir, porosamente sicalíptica) y la música cool de Elmer Bernstein (con la ayuda del quinteto de jazz de Chico Hamilton). En el transcurso de 36 horas se relata la historia de dos seres humanos al límite del parasitismo mutuo. J.J. Hunsecker es un poderoso columnista de la prensa amarilla en el Globe, Falco es un agente de prensa y su perro faldero (Falco sueña con ser Hunsecker). ¿Por qué Hunsecker alimenta y sobrelleva la presencia de una rata como Falco? Para que destruya la reputación del joven guitarrista de jazz Steve Dallas, quien ha tenido el valor de flechar a Susan (la hermana del columnista). La manipulación de Hunsecker es despiadada, pero la víbora de Falco puede esperar pacientemente el momento preciso para el ataque (algo que Hunsecker saborea en su papel de encantador sádico). Hay bocadillos inolvidables como éste de J.J. a Falco: “I’d hate to take a bite out of you. You’re a cookie full of arsenic”. De “La mentira maldita” dice Cabrera Infante (uno de sus filmes preferidos) en Cine o sardina: “En esta película Tony Curtis, que trajinaba servil para el vil Burt Lancaster, calumniaba en la prensa de Nueva York al novio de la hermana de Lancaster, cuya pasión incestuosa era la araña de la trama. En el original Curtis llamaba al renuente Romeo, que era un jazzman, con los epítetos épicos de drogómano, mal músico y comunista. En la versión doblada el pobre calumniado seguía siendo mariguanero y mal músico ¡pero había desaparecido el carnet del partido! ¿Quién blanqueó al músico rojo? Cualquiera sabe. Pero el que sabe sabe que el membrete estaba ahí antes en la banda sonora. No es que el doblaje pueda servir como he dicho a una forma obsoleta de censura, sino que el mismo doblaje es una forma de censura”.
12 comentarios:
Tengo que volver a verla: Lion Video.
Mi pequena anecdota con esta pelicula es que mi mama vivia enamorada de Tony Curtis y sus ojos verdes. Creo que esta era la primera pelicula que en lindo hacia de malo y a mami no le gusto. En Cuba vi la pelicula por television pero creo que tenia otro titulo. A mi el que me gustaba era el otro: Burt Lancaster.
Recuerdan Trapecio? Que musculos, que intensidad....!
Clase de peliculaza. Par de hijos de puta a ver quien gana. matan a la chiquita al final si mal no recuerdo. Ustedes son bastante nostalgicos pero la verdad es que lo bueno no envejece, lo bueno del cine noir americano siempre mantiene su valor. Me voy para el cine a ver cualquier cosa.
Yo también tendría que volver a verla. Se me hace lejana. Sí puedo decir que a Tonito el Bello la lindura le hacía malas jugadas. Todo lo que podía brindar en belleza física se eclipsaba ante un Burt Lancaster, un Kirk Douglas, un James Stewart, un Frank Sinatra,un Sidney Poitier, un Jack Lemon, un Cary Grant, un Dean Martin, un Peter Ustinov, Un Lawrence Olivier, un Yul Brynner, un Gregory Peck, un Charles Bronson, un Roger Moore, un Rock Hudson... Ubicarlo junto a un llenapantalla del celuloide era condenarlo. Creo que en la vejez ha hecho cosas interesantes.
Lo que atrae de las críticas de cine de Cabrera Infante es que las redactaba a la manera en que Dashiell Hammett escribía sus novelas: irónico, áspero y efectista.
jr:
No estoy de acuerdo. Bonitillo esta bien, pero no mal actor. A
Curtis lo estereoriparon como hicieron con de Caprio al principio. Esa es la maquina de hacer estrellas pero en la Mentira maldita Tony Curtis esta a la altura de Burt Lancaster.
Ahí tienes un tanto a tu favor, juan. Por cierto, hablando como los locos, lléguense a Penúltimos Días para que lean el excelente post de Macheltrán sobre el pintor Raúl Martínez. Prosa sabrosísima con esa resemantización lúdica que lo caracteriza. Felicitaciones, hierberito!! (hierberito por lo de machete no por otra cosa, no sean mal pensados)
¡Excelente post! Las glorias se olvidan con los años. Vi la “La mentira maldita” posiblemente en el Teatro Campoamor en el año 1958. La película me produjo una euforia muy particular. Era esa vista oscura del New York del hampa que me fascinaba en el cine menor y que en La Habana ponían inmediatamente después, o antes (dependiendo del cine) de la película principal. La Mentira maldita tiene su atmósfera de documental que me gustaba tanto y que exploraban directores como el propio Aldrich (vean si pueden su film Hojas Muertas con el negro Nat King Cole cantando el tema principal). Habíamos un grupo de cinéfilos que perseguíamos ese tipo de producción, además de mantener nuestra membresía en el cine club la Cinemateca, donde pasaban todo tipo de películas europeas del momento. Allí vimos las cosas recién salidas de de Renoir, Rosellini, De Sica y otros. Pero volviendo al principio, alguien comentó que Tony Curtis no era un actor de peso. Es cierto. Curtis fue muy popular con las mujeres, pero sus películas no eran de sustancia. Sin embargo, después de esta película y esa otra que hizo con el negro (si mal no recuerdo titulada Fuga en cadenas) comencé a respetarlo.
Ignorante: Derramarias lagrimas si vieras lo que queda del Campoamor!
Ese libro de cine de CI es ciertamente disfrutable. No tanto como Puto humo...
Tony Curtis no era un mal actor, sino que sus actuaciones se repetían. Algo muy clásico en el cine americano de los cincuenta. Y él, en este tipo de papeles, y en la comedia misma, adopta este rol de adulto-niño-peverso, que se va repitiendo a lo largo de su carrera. En el "Estrangulador de Boston", que yo recuerde, rompe sus cadenas y demuestra que es un actor de primera.
Voy a tener en cuenta este film noir Alfredo, reconozco que no lo tengo fresco en este momento.
El fragmento que enseñaste parece muy interesante.
Amílcar.
Mentira = Verdad
Publicar un comentario