lunes, 30 de julio de 2007
Ingmar Bergman ha muerto
Ingmar Bergman ha muerto. No pretendemos con esta nota resumir la obra del maestro sueco, sino provocar una conversación sobre su obra. Tomo a Persona (1966) como paradigma pues marca el comienzo de su cine maduro. A partir de ahí Bergman continuaría con un compromiso explorativo de lo poético/sicológico y el rango extenso de las emociones humanas; gradación bergmaniana incómoda, escabrosa y al desnudo. El título original de Persona era Cinematographet (algo muy novedoso de la película es su uso sistemático del closeup, lo que Gilles Deleuze describe en sus notas de cine como “el multiplicar la unión de la cara humana con lo nulo”). Persona nos obliga a confrontar la expresividad inescrutable del rostro en su papel de centro nervioso y comunicativo del ser. Lente curiosamente impasible -a veces juguetón- que se concentra en perfiles y apariencias; manifestación de una continencia casi abstracta que llena por completo el marco del filme. La obra de Bergman resume un tema fundamental del ser contemporáneo: ¿Qué somos? (Gracias a Adalberto Delgado).
Vi Persona de muy jovencita y me impacto muchisimo el silencio y las tomas larguisimas de Bergman. Despues tuve siempre deseo de ver que era lo proximo que hacia. Una pena inmensa!
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar¡Qué gran vacio deja con su partida! Cuando leí la noticia esta mañana sentí tristeza y alegría, tristeza porque ya no estará más enriqueciendo nuestras vidas, alegría porque vivió una vida plena, como pocos y nos hizo mejores con su visión del mundo. Le debo tanto a Bergman...
ResponderEliminarFRESAS SALVAJES es un titulo que boniatillo necesitaria ver y probar................si amigo MAILMO dejar atras tanto cine bueno es motivo de alegria.
ResponderEliminarVi "La fuente de la virgen" de Bergman cuando era un nino y me produjo un impacto muy fuerte (creo que era el primer desnudo que vi en el cine). Despues de eso creci un ser anormal. Gracias Bergman.
ResponderEliminarAy, esos close-ups...
ResponderEliminarEsos prolongados silencios en el cine de Bergman.
Esa ventana a su querida Sweden.
Descanse en paz.
no creo que deje vacio sino todo lo contrario. asi como todos ustedes que lo admiraban, millones alrededor del mundo todavia podran enrriquecer sus siquicos con la obra de bergman. ahora tenemos que buscar al remplazo de este gran director, quizas dentro de su elenco de alumnos que quedan.
ResponderEliminarSuscribo lo que dice Adal. Un creador genial ramifica en sus seguidores. Siempre habra genios tambien en esas nuevas ramas. Junto con la tristeza de la perdida, viene la esperanza feliz de algo nuevo, genial, por el mismo camino.
ResponderEliminarEl vacío radica en que no hay reemplazo posible, nadie podrá "sustituir" la energía creadora de alguien como Bergman. Sin dudas, surgirán otros realizadores y (espero que) hasta otros genios, pero no habrá nadie como Bergman cuya poética abarca lo filosófico sin que este discurso obnuvile el lenguaje cinematográfico. Y aunque en el horizonte filmico aparezcan otros capaces de fundir disciplinas, confíemos en lo que harán a su manera. De la misma forma que Bergman, por mucha influencia que tuvo de Dryer, nunca fue Dryer. A eso me refería cuando hablaba de un vacío.
ResponderEliminarDe acuerdo, “Persona” es una película muy importante, pero es más abstracta. Hay un período posterior en Bergman que prefiero; por ejemplo “Escenas de un matrimonio” donde hay un nuevo tratamiento de temas menos abstractos y domésticos. O “Fanny y Alexander”. Ese fue el tipo de cine de realmente influenció a realizadores como Hallstrom o Woody Allen.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMarcia: Los genios son irremplazables. No hablemos de los copiadores de segunda y tercera. La originalidad en el arte es lo que cuenta
ResponderEliminarDigamos que Ingmar no ha muerto, que sobrevive a toda posibilidad de despedida. Que aunque no esté... apenas se ha hecho intangible.
ResponderEliminarFresas Salvajes, un clásico que marcó mi vida desde el momento en que se gestó, justo en el año de mi nacimiento. El Séptimo Sello, una obra que formó parte de un original experimento docente en mi etapa universitaria. Gritos y Susurros, lo último que repasé hace unos meses para volverme a deslumbrar con la estética de cada fotograma.
ResponderEliminar"...Bergman entiende mucho de la personalidad de la gente y quizá como tuvo comienzos muy difíciles en su vida necesitaba sacarlos fuera y contarlos para curarse, para sentirse libre como ser humano. No he conocido a nadie que sepa tanto y profundamente sobre la naturaleza del hombre. Y es a partir de ese conocimiento cuando él puede transmitir tanto cinismo en sus personajes, pero al mismo tiempo siente pasión por la vida. Bergman también es capaz de sentirse sorprendido por las historias de la gente como por la naturaleza humana. Y quizá sea esto lo que percibimos cuando vemos sus películas porque él sabe sacar el aspecto cotidiano del personaje, aunque ese personaje sea un clásico; por ejemplo, si le diera por hacer una adaptación del Fausto de Goethe, no se sentiría para nada influido por las numerosas adaptaciones que se han hecho, no se sentiría impresionado sino que conseguiría sacar de esos personajes lo cotidiano de ellos, lo sencillo, el Fausto que todos llevamos dentro. Y cuando Ingmar dirige es el realizador que más ayuda a los actores, al conseguir sacar esto precisamente, extraer el alma de la cotidianidad y de la sencillez, el día a día de cada personaje”.
ResponderEliminarMax von Sydow
Las presento la siguiente fórmula para hacer una película a lo Bergman: 1) Contrate a una actriz nórdica, guapita, rubia y con el pelo cortito, como si fuera un chico. 2) Busque, como oponente de ella, a un tipo alto, delgado, igualmente rubio y nórdico, con un rostro de lo más común, aunque siempre ha de dar la impresión, a través de su agrietada expresión facial, de sufrir de colitis permanente. En su defecto, puede optar por otra chica de iguales características a la primera y que, al igual que el sujeto anterior, ha de tener problemas con la ligereza de sus continuas y fluidas visitas al excusado. 3) En el caso de optar por la pareja heterosexual estándar, conviértalos en matrimonio. Han de residir en un piso de unos 100 metros cuadrados. No es necesario que hablen. Eso sí, han de mirarse profundamente a los ojos, el uno al otro, durante muchos minutos, hasta lograr que el espectador medio acabe hasta los cojones de tanto silencio y tantas miradas. 4) En el caso de haber elegido a las dos féminas, conviértalas en lesbianas torturadas. Deben compartir un apartamento similar al del matrimonio del punto 3 y, al igual que estos, han de mirarse profundamente a los ojos, sin mediar palabra entre ellas. 5) Tanto en el supuesto del matrimonio como en el de la pareja lesbiana, ha de finalizar todas las escenas de largas miradas (unas 28 o 30 en toda el metraje), enfocando, durante un minuto entero, a un viejo reloj de pared, resaltando, a través de la banda sonora, el agobiante tic-tac del mismo. Eso causa un efecto sorpresivo en el snob de turno, el cual acabará descubriendo en ese plano impensadas metáforas con relación al concepto espacio-tiempo. 6) Es menester que cualquiera de las rubias nórdicas protagonistas muestre uno de sus pezones. Si tan sólo enseña medio pezón y de manera rauda, mejor que mejor. Y tras ese pequeño retazo de sexualidad, un poco más de reloj no iría nada mal. 7) Fotografíe la película en blanco y negro, con una iluminación exageradamente tenue y mucho grano en la irregular definición de su imagen. Si opta por el color, dote a éste de una tonalidad irritantemente sepia y, al mismo tiempo, conserve cierta penumbra en su iluminación.
ResponderEliminar8) Demuestre, sólo con las miradas, que esa pareja (el matrimonio o bien las lesbianas) está pasando por una grave crisis sentimental. No exponga jamás los motivos de la misma, deje que el espectador barrunte por su propia cuenta. 9) No han de salir jamás de casa y, si lo hacen, que sea para acudir al entierro de un anciano y solitario coleccionista de sellos o, en su defecto, al de un librero aficionado a atesorar las primeras ediciones de toda la obra de Steinbeck (jamás de Nietzche o Kikegard, pues se les vería demasiado el plumero). 10) Tras el funeral, ha de mostrar, durante un par de minutos y en plano fijo, a cualquiera de los siguientes motivos: un canario, un sillón de estilo rococó, un cuadro con el retrato de un bucanero o un niño orinando sobre un muñeco de nieve. No intente poner todos esos conceptos juntos, pues le daría demasiado empaque a la película y eso sería dañino para su morosidad narrativa.
11) Uno de los dos personajes, a ser posible la mujer (en el caso de la pareja heterosexual), ha de pasarse, como mínimo, quince minutos mirando a través de una ventana. Esa escena ha de estar adornada con el desafinado sonido de un piano minimalista. Eso, les aseguro que causa un efecto de los que te cagas encima. Si remata ese momento con el infinito plano del reloj de pared, está apuntando a que algunos sabios califiquen su trabajo de obra maestra.
El mar, Mordida. No se te olvide el mar!
ResponderEliminarMordida, quien es Kike Gard? Enrique Guardia?
ResponderEliminarMordida, tambien tiene que haber un gato rumeando...
ResponderEliminarJR, a mí también me marcó Fresas silvestres, al igual que la trilogía en la cual explora la fe en dios: Through a Glass Darkly, la bellísima Winter Light y El silencio...
ResponderEliminarInfluencias de Bergman:
ResponderEliminarSusan Osten
Gunnel Lindblom
Hans Alfredson
Chister Dahl
Mache tienes una virtud relacionada con la hermeneutica. Tus antepasados debieron ser escribas.
ResponderEliminarMi abuelo paterno era bookkeeper en Yaguajay, Las Villas. Mi madre, extelefonica, me entreno el ojo para detectar lo mal escrito. Nestor dice que soy autista.
ResponderEliminarLes deje pasar lo del gato "rumeando". Debe ser ronroneando. RumIantes son las vacas. No me hagan mucho caso.
ResponderEliminarOtro sello de Bergman. Se asostaba en la cama con todas sus actrices.
ResponderEliminarMache, solo era para ver si ponias atencion! :)
ResponderEliminarAlguien ha visto "La Marquesa de Sade?"
ResponderEliminarFeminista, La Marquesa de O es una película de Eric Rohmer, si recuerdo correctamente, la fotografía es de Néstor Almendros.
ResponderEliminarNo mailmo. "La Marquesa de Sade" es una obra de 1992, hecha para la televisión sueca y basada en una obra teatral. Lo traje al blog por su lado feminista. Me interesaría discutirlo con alguien que la vea.
ResponderEliminarMordida: Por cierto. Ingenioso tu comentario. Me has impresionado con tu sentido del humor (has hecho reir a alguien que tengo al lado). Ya veo que tienes un lado suave . No le hagas caso a Machetico. Yo se que sabes deletrear Kierkegaard.
ResponderEliminarNo conozco esa obra de Bergman... tendré que buscarla. Gracias por la información...
ResponderEliminarMordis you are my hero,pero por otro lado solo alguien que amara muy intensamente a Ingmar le dedicaria tantas palabras a su parodia , con mucho la mas larga de tus intervenciones.Que pasa Hannibal? tu mente levemente sicopatica siente que esta manada de mortales inferiores contaminan con su pobres alegorias el sagrado recuerdo de tu mas preciado idolo?
ResponderEliminarMordis, que raspe!!
ResponderEliminarde bergman a colores: la pasion de ana y cries and whispers, sin duda alguna.
ResponderEliminarLo que fue el amor para mi esta en la quieta Berteau, cerca del hopper.
ResponderEliminarBien señores me siento orgulloso como dicen los americanos de "ser diferente". Yo me inclino por su obra maestra cuando, hacia los cincuenta, trabajó bajo la inlfuencia del neorrealismo italiano. Me quedo con la que marcó mi vida. "Un verano con Mónica". Me quedo con la Harriet Anderson pobre, de padre alcohólico y vendiendo verdura en un mercado húmedo y chusmero de Estocolmo. Me quedo con el viaje a una isla con su amante. Me quedo con la luz resplandeciente bajo la pátina del blanco y negro y después con el desamor y desasosiego del idilio. Las razones como JR, y otros, son personales: Yo nací en un barrio obrero y mi padre tenía un puesto de vegetales en un mercado popular. Yo no me llamaba Mónica, pero tambien huí de la ciudad en mi adolescencia hacia una isla: Ibiza, con amores juveniles incorporados en mi mochila, muchos sueños poéticos y un otoño maldito que asesinaba cualquier amorío entre julio y agosto.
ResponderEliminarUn verano con Mónica en la línea de De Sica, Rossellini y el primer Fellini no puede faltar en vuestra videoteca.
¿Alguien opina lo contrario?
Amílcar
comparto tus gustos amilcar.
ResponderEliminaren otra nota...porque miramos a la muerte como un fatalismo? habra otra dimension donde todo es color de rosa? donde no hay que pinchar ni existen las cuentas y todo es cuento?
se van todos pero solamente nos fijamos cuando se van los genios (o familiares y amigos) pero y los demas? y a donde vamos?