Rosie Inguanzo
¿Quieres ir a un psiquiatra?
Ya sabes lo que pienso de esos embaucadores de conciencia, dice Juan Dahlmann
Pero el sueño predador le carcome los escrúpulos, mientras la voluntad de Borges traza la mortaja y la angustia onírica de Juan Dahlmann, nieto de emigrantes que, un día de 1871, desembarcaran en Buenos Aires. La cabeza no se detiene; el libro de su vida no cesa, la historia se precipita a un fatalismo de puñales ardientes. A Dahlmann lo persigue la imagen: bajo el cielo anaranjado del atardecer, la sangre dispersa sobre la tierra baldía.
Allí en el sueño, un gaucho oscuro emite injurias atroces que alcanzan su destrozada vigilia de convaleciente, las pesadillas del enfermo (porque el cuento viene y va del pasado). Él sabe que siempre podrá regresar al Sur interminable, seco y desolador. Opulente Sur calcinado por muy secas soledades y puesto a secar en el recuerdo. Intuye el significado del viaje: regresará a morir habiendo escogido su propia muerte desde la muerte. El cuchillo late empuñado en la mano que lo rige, porque el metal se anima, el metal que presiente en cada contacto al homicida para quien lo crearon los hombres (cita que no aparece en este cuento, sino en otro de Borges, pero que Carlos Saura la trae con justeza). El metal busca la carne con la urgencia de cumplir su designio. Borges sabía que una muerte fútil como la de Dahlmann es la muerte inútil de cualquiera de nosotros; él mismo cedió una muerte suya a su personaje, y un linaje en discordia. Propone incluso que un asesinato es accidente inevitable para cualquiera o la premeditación suicida inconsciente, el acto reflejo al que nos arrojan una pasión o un desgarrador descenso a los infiernos de este mundo.
¿Quieres ir a un psiquiatra?
Ya sabes lo que pienso de esos embaucadores de conciencia, dice Juan Dahlmann
Pero el sueño predador le carcome los escrúpulos, mientras la voluntad de Borges traza la mortaja y la angustia onírica de Juan Dahlmann, nieto de emigrantes que, un día de 1871, desembarcaran en Buenos Aires. La cabeza no se detiene; el libro de su vida no cesa, la historia se precipita a un fatalismo de puñales ardientes. A Dahlmann lo persigue la imagen: bajo el cielo anaranjado del atardecer, la sangre dispersa sobre la tierra baldía.
Allí en el sueño, un gaucho oscuro emite injurias atroces que alcanzan su destrozada vigilia de convaleciente, las pesadillas del enfermo (porque el cuento viene y va del pasado). Él sabe que siempre podrá regresar al Sur interminable, seco y desolador. Opulente Sur calcinado por muy secas soledades y puesto a secar en el recuerdo. Intuye el significado del viaje: regresará a morir habiendo escogido su propia muerte desde la muerte. El cuchillo late empuñado en la mano que lo rige, porque el metal se anima, el metal que presiente en cada contacto al homicida para quien lo crearon los hombres (cita que no aparece en este cuento, sino en otro de Borges, pero que Carlos Saura la trae con justeza). El metal busca la carne con la urgencia de cumplir su designio. Borges sabía que una muerte fútil como la de Dahlmann es la muerte inútil de cualquiera de nosotros; él mismo cedió una muerte suya a su personaje, y un linaje en discordia. Propone incluso que un asesinato es accidente inevitable para cualquiera o la premeditación suicida inconsciente, el acto reflejo al que nos arrojan una pasión o un desgarrador descenso a los infiernos de este mundo.
Crispado texto, Rosie. Poetico y teatral, tal como el capricho borgiano lo amerita. Las huestes blogueras se estan rearmando en el corazon de la Gran Fruta, esta ciudad que es el downtown de todas las tentaciones. Temperatura agradable. Manhattan soleado y ligeramente velado por la humedad. Portal ya me aviso que ha echado todos los lentes en una probeta. Imagen y alquimia. Pepitomv tambien camina hacia las intersecciones de la blogotropa. Como notaran Tumiami no descansa, a tono con NY tampoco duerme. Seguiremos reportando.
ResponderEliminarSaludos JR y gracias. Se ve que la tropa esta en el extranjero.
ResponderEliminarQTS
Rosi este dicho por el es quiza el mejor cuento de Borges. Na, que hay que ir a Argentina y retomar los tangos que tanto marcaron mi ninez en Cuba.
ResponderEliminarMD
Despues de Borges nadie diga nada. Hasta ahi llegaron los escritores caballero!!!
ResponderEliminarno entiendo nada
ResponderEliminarLindo texto Rosie. Sobre todo Borges, genial!
ResponderEliminarEl Buti
Rosie, Borges es mi escritor preferido, pero sé que no soy el único. Lo conocí de joven, en un ejemplar que si mal no recuerdo publicado por esa imprenta Argentina que nos llegaba mucho a la isla (y perdonen que no lo reduerde). Eran relatos de su primera época. Para nosotros, el grupo de jovenzuelos del bachillerato fue un descubrimiento colosal. Borges nos llevaba de la mano a un pensamiento profundo casi salido del género ensayo, pero mezclado con la más interesante literatura. Ciertamente El Sur puede leerse casi como relato policíaco. En fin. Después supe que era un gran poeta aunque yo sigo prefiriendo su exquisita prosa. Gracias por esa pequeña variación sobre el tema.
ResponderEliminarLos pintores de Miami se dieron cita en Nueva York, lo que no quita que hoy aqui estuvieran pasando tantas cosas. El hijo de Payares, Payarito se bajo con trementa muestra, le sobre talento al chiquito que tiene 21 anyos. El Disign Distric estaba con muy buena vibra...
ResponderEliminarPaQueVea
Noc noc! se duermieron los administradores del blog?
ResponderEliminarSi Rosie, yo quisiera morirme viejita y sabia rodeada de mis nietos (ya tengo uno. Pero sabe dios lo que me esperara al final de la vida.
ResponderEliminarUna muerte accidental ya se llevo a un amigo y joven y me queda siempre la idea de que si se hubiera podido evitar. Fue un accidente tan estupido como el personaje de Borges. Figurate que se lo llevo un SUV mientras iba en bicicleta entrando a su casa. Se apura tres segundos antes y tal vez no hubiera pasado nada. Dicen que se orino en los pantalones porque parece que lo cogio de sorpresa.
Borges, Borges. Cuando defiende Marie?
Esta no es una herida de cuchillo pero pudiera serlo/
ResponderEliminarLa herida
por Antonio Porpetta
Poesía es respirar
por la herida.
Leopoldo de Luis
Si vuestra herida es, sencillamente,
una simple lesión de los tejidos
penetrante o contusa,
una ofensa a la piel originada
por violencia exterior,
más o menos extensa o lacerante,
más o menos profunda…
la solución es fácil: una cura
con la asepsia debida,
una limpia sutura realizada
por un buen terapeuta,
y sólo os quedará la cicatriz.
O ni siquiera eso: puro olvido.
Mas si la herida oculta su amenaza
en hondos laberintos,
y extiende la espiral de su amargura
por secretas regiones, invadiendo
los huecos intangibles, las calladas
raíces de lo humano,
lenta será la lucha, imposible
su exacta curación.
Habitará en vosotros como un huésped
cercano y duradero,
sangre será de vuestra propia sangre,
testimonio implacable del latido.
Con el tiempo será la compañera
de tristes aventuras:
quizá lleguéis a amarla porque os ame
con su aterida voz, con la certeza
de su tenaz caricia.
Y algún día
despertaréis sin miedo respirando
por ella, y en su imperio
quedará encarcelada vuestra vida.
Aunque os ciegue su llanto, aunque os pese
su carga de dolor.
Porque sólo seréis lo que ella os duela.
alfredo dejate de censurar, o es que tu tambien eres otro dialoguero
ResponderEliminarEXIT ART HA SIDO TODO UN EXIT.
ResponderEliminarCompadre si es que te lo pusieron arriba.
ResponderEliminarme censuraron un post en el que reportaba lo que habia visto en la susodicha exit art.
ResponderEliminarno entiendo la razon
pero eso no impide mencionar que la componenda pica y se extiende,
segun comentarios de sus curadores en las palabras de apertura en el vip ; se espera repetir el show en miami en el espacio de rosa de la cruz durante art basel.alternando con el miami dade college y para terminar el tour se hara en la habana durante la bienal,.....se atreveran los artistas participantes a viajar a la isla?
eso lo veremos en el proximo capitulo de exit art.
Caballeros, en este blog la censura está peor que en la UNEAC, entre los ridiculosos que publican y los ¨artistas¨ que tienen muchas hormonas y ningún hormono macho está infumable. Como diría Carlos Embale: ¨hueso na má¨.
ResponderEliminarComebola es la segunda vez que te digo que te lo pusieron arriba, te pusieron el comentario arriba con fotico y todo y no te censuraron, desde hace dos dias socotroco.
ResponderEliminarAsi me voy a ir a Cuba yo, a echar mis huesos.
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