domingo, 18 de febrero de 2007
Música en Cuba (descarga en dos partes)
Alfredo Triff
La música y la pintura se llevan tanto que el parnasiano Verlaine nos habla de “una tonalidad llena de esmaltes” (Rimbaud por su parte le canta a un paisaje “lleno de eufonías”). Si se habla de música cubana, es difícil percibir en esa alegría tanto acecho de dolor. Nuestra historia encierra un comercio siniestro de masas sometidas. De ahí el hechizo musical de melodía y ritmo. Ahora nos inspira; luego, nos lleva a la esencia que fascina y enloquece (tanto “música” como “cubana” llevan lo femenino en la palabra). Pero esa música tiene su color. Sigo el paso del poeta decadente, ya criollo. El súper romántico (así puede llamársele a ese dandi Julián del Casal) blanquito y muy enamorado por cierto, pregunta: “¿Conocéis a la mulata Dominga, con ritmo de café mandinga?” La música es tal vez el componente más impetuoso de nuestra identidad. Nada raro considerando que para el negro la música es el medio idóneo para expresar su cultura. Si el español tuvo al esclavo como bestia de carga y a la negra como objeto de placer, el retoño bastardo lo trae de nuevo a la negritud. Hablo de la mulata, “el mejor descubrimiento español”. Escribe Navarro y Gonzalvo en una popular zarzuela de fines del siglo XIX: “En el baile y en la vía/por su casa por su talle/siempre en vuelo, la mulata/es objeto de conquista”. Si hay música hay baile; encuentro donde puede iniciarse un amor (acaso prohibido). La danza es el germen de la subversión (en Cecilia Valdés, la zarzuela de Gonzalo Roig, los enamorados se encuentran en un baile). Nuestro poeta matancero Plácido lo sabe, cuando apunta de primera mano: “Hállela en el baile/La noche de Pascua/Púsose encendida/Descorrió su manta”. La música proporciona la mezcla que se revierte en puro sabor. Primero el ritmo que es lo más puro, pero también el mayor peligro. El ritmo de la rumba nos lleva de lo afro-disíaco, al rapto total . Felipe Lopez de Briñas lo admite: “Los aires rompen el cielo/De la nocturna charanga/¡Oh! ¿Qué impresión es ésta?/¿Qué plácida embriaguez?/Es la cubana danza."
Muy bueno, con la foto de la charanga y todo. Me gusta, lon que seria bueno poner la musica de esa antigua charanga, para oir la musica tipo jazz cubano de los años 20's.
ResponderEliminarTTT
Bueno, estas son las cosas que hay que sentarse a disfrutar un domingo
ResponderEliminarSe llevan la música y la pintura...y también la literatura. Tú lo confirmas, Alfredo, en esta primera parte de la fonopintoresca incursión. Recuerdo que en 1992 ó 1993, atendí en el Bellas Artes de La Habana a una filóloga puertorriqueña nombrada Agnes (no me viene a la mente ahora el apellido) que estaba haciendo un interesante trabajo sobre el vínculo de literatura y pintura cubanas del siglo XIX. Formaba parte de un ciclo de conferencias sobre el Caribe que impartiría en universidades norteamericanas. Al final tuvo que extenderse a la música. Por cierto, nos fuimos a almorzar un día a la Bodeguita del Medio y entre los manjares que ordenó había un suculento ajiaco que acompaño con aporreado de tasajo. Al final del plato, mientras saboreaba el café, comentó: ¡Cómo había tablao, mayohuacán y bongó en esos platos! Y, desde ese momento, agregó la cultura culinaria a su investigación.
ResponderEliminarTRIFF, quiene son los musicos de la foto? woooo!, casi todos son negros o mulatos....de AFRICA nos viene muchas muchas muchas cosas buenas....piensa boniatillo mintras come su boniato....tambien es africano?
ResponderEliminarMayohuacán: Instrumento utilizado por los nativos de la isla antes de la llegada de Colón. Formaba parte del instrumental para crear música en sus areítos o fiestas. Se trata de un tambor de madera (xilofónico), elaborado a partir de un tronco de árbol, que era ahuecado y se percutía con dos maderos en formad e baqueta. No poseía cuero ni otro tipo de material, llevaba unas ranuras en sus costados, para generar sonoridad. Era ejecutado por los sacerdotes indocubanos, llamados "behiques". Se colocaba contra el suelo y se escuchaba a cierta distancia. En ocasiones se tocaba más de uno y podían ser de distintos tamaños. El cronista Fernández de Oviedo hizo un dibujo de este tipo de tambor, que ha llegado hasta nosotros
ResponderEliminarHASTA EL TANGO FUE HECHO EN LA HABANA!!!!
ResponderEliminarEl apocrifo
HELP.....Cual es ese instrumento que parece una corneton jorobado con una boquilla que esta en el medio de al foto?
ResponderEliminarAnonimo, es una tuba "tenor", tambien conocido como bombardino.
ResponderEliminarLos bombazos que tira el instrumentico caraj!
ResponderEliminar"Triffi" (casi suena como Paganini),
ResponderEliminarTodavio estoy impresionado con los cueros de la otra noche en el MAC, ño que talento, TAAA!
La Mano Poderosa