domingo, 19 de noviembre de 2006

¿Amor o temor?


Después de la escenificación moral del sacrificio, Dios está satisfecho. Es como si Dios le dijera a Abrahán: “Puedo ver que comprendes en qué consiste la obligación suprema, esa de responder con completo raciocinio a un reclamo irrazonable; que has actuado debidamente, y que estabas listo a efectuarlo en ese instante (para Dios es crucial el último instante después del cual no hay posibilidad de retorno, es como si Abrahán ya hubiese matado a Isaac. El instante es fundamental). Es como si ya lo hubieses hecho. Por lo tanto, encarnas la responsabilidad absoluta: Por mí (¿temor a mí?), has tenido el coraje de comportante como un criminal delante de todo el mundo.” Abrahán es simultáneamente el más moral e inmoral, el más responsable y el más irresponsable de los hombres, absolutamente irresponsable porque es absolutamente responsable, absolutamente irresponsable -en lo moral- porque responde absolutamente a una obligación absoluta, desinteresadamente, sin esperanza de recompensa, sin saber por qué, y a la vez, manteniéndolo en secreto, respondiendo sólo a Dios.”—Jacques Derrida, La dádiva de la muerte.

1 comentario:

A.B dijo...

Temor del asesino e impiedad sádica del Dios. A veces pienso que soy ateo por pasajes como éste. El análisis de Derrida es excelente.

Amílcar