Cuento... carne... de René

René Ariza

Mayra Marrero

Sospecho que Virgilio sospechosamente se asomaba al balcón y saludaba al sospechoso René con una sonrisa evidentemente sospechosa… René, ¡cómo te me pareces! - le decía entre dientes y con el dedo índice apuntaba hacia un punto del downtown miamense: Prometeo. El fuego inunda el recinto, se hace teatro en Miami (¡sospechoso!). En la taquilla leemos sold out; en la pared "no más de 49 personas"- declarado por los bomberos de la ciudad. Claro, era obvio que sospecharan que el fuego se intensificara cada minuto y ¿hacia dónde correrían? No sospechaban que la gente gustaba del calor, del sudor, de la risa, de la gozadera. En el escenario telas, tules, lentejuelas congas y cinturas que se meneaban con el vaivén de lo cubano. Un grupo de jóvenes actores apostaban por el absurdo con un texto sospechosamente bueno. El montaje simple y bien sincronizado de Larry Villanueva, va dejando ad libitum la creatividad de algunos pocos arriesgados, exaltando en cada ritmo- texto el contoneo de cabeza hombro cintura, ese ser de lo cubano, absurdo, jodedor, soñador e irreverente. Larry traduce a René en esta obra inspiradora que constituye un reto para seguir trabajando en la dirección de actores. Larry siempre acertado, esta vez muy sospechoso. Diego Romero, Mirla Pereira, Hannia Guillén, Cesar Palacios son actores que disfrutan y manejan el texto. Sus interpretaciones enriquecen el montaje; aún necesitan trabajar con los matices y las transiciones bruscas que impiden degustar y saborear el texto- sospecho que hay mucha tela por donde cortar y le toca al director empuñar la tijera.

Rosie Inguanzo como Pedro Ángel en "Los Bravos"

Mención aparte merece la actriz Rosie Inguanzo, quien ha dejado la rubia sensual y "fashionista" en su casa de la 37 Avenida e irrumpe en escena en un guapo y jodedor detective. La gestualidad in crescendo, la excelente caracterización de este gran hijo de p…, evidencia su madurez actoral y sacan la carcajada sin esfuerzo. René comiendo un trozo de carne de puerco, ríe, ríe, ríe, mientras Virgilio sonrisa a flor, sigue mirando de arriba-abajo, abajo-arriba….Y por fin, ¿el fuego qué? ¡Sospechosoooo!