miércoles, 29 de marzo de 2006

Vía en rosa


Por René Rodríguez Soriano (publicado en Crónicas)

Esta mañana, en una calle de Miami alguien quebrantó el ritmo de las cosas. Nada que ver con la reapertura de la gruta de San Pedro, ni con la caída del precio del oro en la tarde londinense de este miércoles de abril. En la radio van del embarazo de la Spears, a los treinta puntos de Ginóbille (para asegurarle el título de la División a los Spurs), de Sumatra (en estampida por las violentas sacudidas del monte Talang), cruzan por las convulsas calles de Bagdad. Yo, mientras conduzco hacia el trabajo, pienso en las noticias de la tele que me llevan y me traen entre Condoleezza Rice y el obelisco de Axum. Miro al chico rudo (del Nissan 350Z gris metálico), que frena y se afeita. Se afeita y frena. La chica de la blusa fucsia ajusta el retrovisor de su Jetta azul celeste. Busca en el bolso, mira en cinco direcciones. Luce contrariada. Tira la mano hacia atrás… reluciente. En algún lugar del universo de su asiento trasero descansaba el remolón creyoncito. Ahora se lo embadurna en sus (hasta ahora) inexistentes labios. Al fin. La salva melodiosa, la voz pulida de Paquita (la del barrio) quien, entre estallido y estallido del tubo de escape de la recién pintada Astrovan del handyman de Aguascalientes, suelta flores y verdades contra las engañosas promesas de los hombres. Pienso que las sauditas tendrán que despintarse el velo que proscribe su sonrisa a plena luz del día. Voy del chillón encendido a los más delicados matices; de JC Penney a Cole Hann. De la placita al mall. El moreno del Mustang convertible con ribetes plata y oro, ajeno a mis preocupaciones, mira sin ver al pelirrojo del amarillo irresistible y aparatoso Hummer. Este se interpone entre nosotros y la asiática, quien finge que nos mira mientras frota las mil cien caritas de la piedra que se balancea en el poste del retrovisor de su coqueta Mini Mil clarito (con imperceptibles ralladuras en la puerta izquierda). Tan empeñado estoy en los consejos del experto astrólogo, que casi no advierto a una de a pie que cruza la avenida, me sonríe y me prende una rosa en el ojal.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Somebody needs a vacation

Anónimo dijo...

REne, esa es la historia de mi vida. Entre el sur y el nort con unangulo este. Hoy: 40 dolares en el tanque, y casi se lleno. Cuanto me durara? Para colmo, todo el mundo con las ventanas cerradas. Eramos laticas sobre ruedas. Preferiria los caballos o los carruajes del siglo XIX.
La Cafeina

Anónimo dijo...

Inkie, nos fuimos del aire, pero volvimos. We'll fix the problem shortly.

Alfredo Triff dijo...

You're the best of the best.

Anónimo dijo...

Cuando no esta, le echo de menos.
El Buti

Anónimo dijo...

Aw, SHIT!, I musta made a wrong turn.