domingo, 31 de julio de 2005
Reflexiones estúpidas de un admirador de senos
Por Alejandro Robles
El admirador contempla extasiado los hermosos senos desnudos de una actriz pornográfica, que a su vez, admira en el espejo. “Es falso -piensa el admirador- que los senos estén en el frente para amamantar, de ser así no serían tan voluptuosos y bellos, ni se mantendrían inflamados todo el tiempo. Estoy seguro de que Dios los puso en el frente para que pudiéramos tocarlos, mientras contemplamos además el rostro de la mujer que acariciamos. Los ha puesto en el frente, incluso, para que las propias mujeres, con solo bajar la mirada (o detenerse desnudas frente al espejo) puedan admirarlos también. Por eso los ha puesto en el frente, si no los habría puesto en la espalda, como las nalgas”.
El admirador contempla extasiado los hermosos senos desnudos de una actriz pornográfica, que a su vez, admira en el espejo. “Es falso -piensa el admirador- que los senos estén en el frente para amamantar, de ser así no serían tan voluptuosos y bellos, ni se mantendrían inflamados todo el tiempo. Estoy seguro de que Dios los puso en el frente para que pudiéramos tocarlos, mientras contemplamos además el rostro de la mujer que acariciamos. Los ha puesto en el frente, incluso, para que las propias mujeres, con solo bajar la mirada (o detenerse desnudas frente al espejo) puedan admirarlos también. Por eso los ha puesto en el frente, si no los habría puesto en la espalda, como las nalgas”.
viernes, 29 de julio de 2005
Corazón y muela
Por Alcides
“Estoy enamorado: écheme o dejémoslo como está. No paso más tiempo en el teléfono por respeto a su persona, pero me pide mucho. ¿Debo entrar en su molde sin que usted se haya preguntado por qué quiere que las cosas sean de determinada manera? Pues no. Lamento no poder complacerlo ni ser flexible. Al menos hoy, yo sé por qué hago lo que hago. Necesito escuchar a esa mujer, normalmente encuentro algo que decirle. Hablamos pocas veces al día, no más de diez minutos. Mi trabajo no suele afectarse, porque tengo la carreta delante de los bueyes y a Marte ahí mismo. Tampoco interrumpo la línea porque es doble, a veces triple, y suena un pitico cuando la gente llama. Soy loco -es decir: tal vez piensa eso- y sin embargo no soy una bestia. Pregúntese qué le fastidia en realidad. ¿Que me ve pasándola bien? También disfruto trabajar y luzco alegre. No importa qué métodos tenga que usar: procuro mantener una sonrisa en la cara. Creo que usted me entiende pero, como necesita hacer el papel de patrón, la coge con mis conversaciones. Es como si se congelara con esa emoción. ¿Verdad que me explico? Tratar de hacerme entender, semana tras semana, me roba energía que podría usar en dar más de mí, en llenarme de ideas y hacer que el dinero entre por tuberías a este lugar. Ni siquiera es capaz de disfrutar el afecto que le tengo, mi aura grande. Prefiere ser como piensa que es. En fin: me desinflé ya. Mi destino está ahora en sus manos (por seguro el destino de hoy) pero haga lo que tenga que hacer. De todos modos me siento como Superman. ¿No tiene algo que decir? Entonces deme el cheque.”
“Estoy enamorado: écheme o dejémoslo como está. No paso más tiempo en el teléfono por respeto a su persona, pero me pide mucho. ¿Debo entrar en su molde sin que usted se haya preguntado por qué quiere que las cosas sean de determinada manera? Pues no. Lamento no poder complacerlo ni ser flexible. Al menos hoy, yo sé por qué hago lo que hago. Necesito escuchar a esa mujer, normalmente encuentro algo que decirle. Hablamos pocas veces al día, no más de diez minutos. Mi trabajo no suele afectarse, porque tengo la carreta delante de los bueyes y a Marte ahí mismo. Tampoco interrumpo la línea porque es doble, a veces triple, y suena un pitico cuando la gente llama. Soy loco -es decir: tal vez piensa eso- y sin embargo no soy una bestia. Pregúntese qué le fastidia en realidad. ¿Que me ve pasándola bien? También disfruto trabajar y luzco alegre. No importa qué métodos tenga que usar: procuro mantener una sonrisa en la cara. Creo que usted me entiende pero, como necesita hacer el papel de patrón, la coge con mis conversaciones. Es como si se congelara con esa emoción. ¿Verdad que me explico? Tratar de hacerme entender, semana tras semana, me roba energía que podría usar en dar más de mí, en llenarme de ideas y hacer que el dinero entre por tuberías a este lugar. Ni siquiera es capaz de disfrutar el afecto que le tengo, mi aura grande. Prefiere ser como piensa que es. En fin: me desinflé ya. Mi destino está ahora en sus manos (por seguro el destino de hoy) pero haga lo que tenga que hacer. De todos modos me siento como Superman. ¿No tiene algo que decir? Entonces deme el cheque.”
jueves, 28 de julio de 2005
El túnel ininteligible
Por Rosie Inguanzo
El ex comisionado de la ciudad de Miami Arthur E. Teele Jr. , se voló los sesos en el vestíbulo del edificio del Miami Herald ayer, entre las 6:45 y las 7:15 de la noche. Cuatro días después de haber sido citado por 26 cargos de fraude y lavado de dinero.“Teele entró en el Herald con un traje oscuro, una camisa azul claro y una corbata roja.” La prensa lo persiguió y lo delató, dilatando el precipicio, propiciándole la caída. Recuerdo cuando le dijo al reportero del canal 4: “¿Por qué la prensa me odia tanto? El New Times saca esta semana un artículo donde lo hace trizas (Jim DeFede, cronista del Herald, fue despedido hoy por grabar una conversación con Teele). Un suicidio es perpetuar un homicidio. A un hombre desesperado le da lo mismo matar que matarse. Un suicida es siempre un homicida. Dicen que le tomó la mano al guardia de seguridad transmitiéndole un mensaje: “Dile a mi mujer que la quiero”.
El ex comisionado de la ciudad de Miami Arthur E. Teele Jr. , se voló los sesos en el vestíbulo del edificio del Miami Herald ayer, entre las 6:45 y las 7:15 de la noche. Cuatro días después de haber sido citado por 26 cargos de fraude y lavado de dinero.“Teele entró en el Herald con un traje oscuro, una camisa azul claro y una corbata roja.” La prensa lo persiguió y lo delató, dilatando el precipicio, propiciándole la caída. Recuerdo cuando le dijo al reportero del canal 4: “¿Por qué la prensa me odia tanto? El New Times saca esta semana un artículo donde lo hace trizas (Jim DeFede, cronista del Herald, fue despedido hoy por grabar una conversación con Teele). Un suicidio es perpetuar un homicidio. A un hombre desesperado le da lo mismo matar que matarse. Un suicida es siempre un homicida. Dicen que le tomó la mano al guardia de seguridad transmitiéndole un mensaje: “Dile a mi mujer que la quiero”.
Lisboa y el traidor
Por Amílcar Barca
¿Quién soy yo para que me perturbe verte? -- Pessoa
Como aquel apóstol, la negué tres veces. Un veinticinco de abril cuando los fusiles eran jarrones para el clavel. En octubre del ochenta y cinco, en un viaje en bicicleta por la Península. Y la pasada Navidad, que la sustituí por el bullicio del boulevard Saint Germain. En el estuario, el Tejo es una cama amplia que transita sin ruido antes de llegar al Atlántico. Tú, que eres la mismísima ciudad elevada --la observas desde el miradouro de Luzia con la mística que te ofrece el balcón hacia el río. La plata del atardecer, como la piel de sus peces, habla del imperio perdido en los muelles. La luz de las ocho enluta la piedra del castillo y... apaciguadas, sus colinas se mezclan con el ocre. En la Alfama, oculta bajo un fado, Fernanda cubre su cabeza con un pañuelo de flores. Sus vocales abiertas señalan en la melodía aquello que no posee; la ciudad nace y muere entre sus manos. En las tabernas, los azulejos mantienen todavía el querubín con sus nubes. Desciendo a la Baixa. En la Praça Rossio, los africanos intercambian relojes de oro y sueños. Cercado por un barrio donde la Ilustración reguló su geometría, subo por una calle hasta que Pessoa me acompaña sentado y en bronce en la terraza de un café. Con la música del portugués aún en el aire, escribo desde el Chiado: “Hay ciudades donde el estar / reclama una blusa junto al vino/ una baraja de encuentros en la acera / o la luz que quema la luciérnaga/ sobre los guijarros de un callejón.”. Al anochecer, en el restaurante Os Jeronimos, la escena del traidor se repite. Con elegancia y alevosía, en el tranvía que conduce al barrio das Prazeres, desapareció la billetera de mi pantalón. Alguien hurtó a Judas su bolsa en la última cena. Desconoce si el fantasma de Lisboa fue quien en venganza... y sin despedirse, obró sin avisar.
¿Quién soy yo para que me perturbe verte? -- Pessoa
Como aquel apóstol, la negué tres veces. Un veinticinco de abril cuando los fusiles eran jarrones para el clavel. En octubre del ochenta y cinco, en un viaje en bicicleta por la Península. Y la pasada Navidad, que la sustituí por el bullicio del boulevard Saint Germain. En el estuario, el Tejo es una cama amplia que transita sin ruido antes de llegar al Atlántico. Tú, que eres la mismísima ciudad elevada --la observas desde el miradouro de Luzia con la mística que te ofrece el balcón hacia el río. La plata del atardecer, como la piel de sus peces, habla del imperio perdido en los muelles. La luz de las ocho enluta la piedra del castillo y... apaciguadas, sus colinas se mezclan con el ocre. En la Alfama, oculta bajo un fado, Fernanda cubre su cabeza con un pañuelo de flores. Sus vocales abiertas señalan en la melodía aquello que no posee; la ciudad nace y muere entre sus manos. En las tabernas, los azulejos mantienen todavía el querubín con sus nubes. Desciendo a la Baixa. En la Praça Rossio, los africanos intercambian relojes de oro y sueños. Cercado por un barrio donde la Ilustración reguló su geometría, subo por una calle hasta que Pessoa me acompaña sentado y en bronce en la terraza de un café. Con la música del portugués aún en el aire, escribo desde el Chiado: “Hay ciudades donde el estar / reclama una blusa junto al vino/ una baraja de encuentros en la acera / o la luz que quema la luciérnaga/ sobre los guijarros de un callejón.”. Al anochecer, en el restaurante Os Jeronimos, la escena del traidor se repite. Con elegancia y alevosía, en el tranvía que conduce al barrio das Prazeres, desapareció la billetera de mi pantalón. Alguien hurtó a Judas su bolsa en la última cena. Desconoce si el fantasma de Lisboa fue quien en venganza... y sin despedirse, obró sin avisar.
martes, 26 de julio de 2005
El gran ensartaje
Por Marcia Morgado (de "69: Memorias eróticas de una cubanoamericana")
No quiero darme el autobombo de descubridora. No quiero ser la Cristóbal Colón del culo. Aunque... ¿a dónde fue Colón a descubrir América sino al culo del mundo? En lugar de la colonización, propongo la culonización de los cubanos. Lo cierto es que no creo que esta propuesta se haya contemplado. No siquiera, que yo sepa, por los del Instituto de Estudiosos de la Cubanidad. Esos compatriotas son cubanólogos. ¿Cuba-ano-logos? Yo soy una simple culófila. Imagino un puente entre Cuba y cayo Hueso compuesto de una fila de cubanos conectados por el culo.
No quiero darme el autobombo de descubridora. No quiero ser la Cristóbal Colón del culo. Aunque... ¿a dónde fue Colón a descubrir América sino al culo del mundo? En lugar de la colonización, propongo la culonización de los cubanos. Lo cierto es que no creo que esta propuesta se haya contemplado. No siquiera, que yo sepa, por los del Instituto de Estudiosos de la Cubanidad. Esos compatriotas son cubanólogos. ¿Cuba-ano-logos? Yo soy una simple culófila. Imagino un puente entre Cuba y cayo Hueso compuesto de una fila de cubanos conectados por el culo.
lunes, 25 de julio de 2005
Deseo y peso tectónico
Por Alfredo Triff
¿Qué somos en el frío viento de la historia? Cambio, mutación, energía, materia en transformación. Un caudal de eventos astronómicos. Estrellas que nacen y se apagan, asteroides que chocan y desaparecen en el frío espacio cósmico dejando un halo de gas azul. Un planeta, una galaxia, un ser humano o cien millones de nosotros, ¿qué importa? Es duro concebir el fin, pero somos polvo. ¿Habrá una vida después de esta? No lo sé, pero --más que carne y hueso-- somos geología, materia, sedimento basáltico. Un peso tectónico colosal nos convierte en petróleo. Imaginen todas las memorias posibles y perdidas en el tiempo geológico del universo. La gente y las cosas desaparecen para volver de nuevo, dispersas, transformadas. ¿Para qué preocuparse? Es dramático, sí, pero bello también. Diáfano, incluso elegante. Estas líneas --y el que las concibe-- pasarán. En ello no hay nada inusitado. Ya lo dijeron los sabios taoístas: “de la nada puede surgir el todo.”
¿Qué somos en el frío viento de la historia? Cambio, mutación, energía, materia en transformación. Un caudal de eventos astronómicos. Estrellas que nacen y se apagan, asteroides que chocan y desaparecen en el frío espacio cósmico dejando un halo de gas azul. Un planeta, una galaxia, un ser humano o cien millones de nosotros, ¿qué importa? Es duro concebir el fin, pero somos polvo. ¿Habrá una vida después de esta? No lo sé, pero --más que carne y hueso-- somos geología, materia, sedimento basáltico. Un peso tectónico colosal nos convierte en petróleo. Imaginen todas las memorias posibles y perdidas en el tiempo geológico del universo. La gente y las cosas desaparecen para volver de nuevo, dispersas, transformadas. ¿Para qué preocuparse? Es dramático, sí, pero bello también. Diáfano, incluso elegante. Estas líneas --y el que las concibe-- pasarán. En ello no hay nada inusitado. Ya lo dijeron los sabios taoístas: “de la nada puede surgir el todo.”
domingo, 24 de julio de 2005
sábado, 23 de julio de 2005
La consulta
Por Zoila Clark
Quedé en la sala de espera mientras mi madre entraba en el consultorio médico. Una sala de espera solitaria y antiséptica; recordé el letrero en la puerta: “Dr. Bosch. Internal Medicine”. Me senté junto a una caja celeste que me llamó la atención. ¿Qué hacía una caja simple, de madera, como un adorno, sobre una mesa? Noté que tenía una puerta corrediza al frente y mirando que no había nadie a mi alrededor, la abrí despacio. Había agua. Algo se movía como un remolino dentro. La cerré pensando que eran peces que podían salir de su pecera. ¿Serían peces? Volví a abrirla y vi un pez que se sostenía aleteando fuera del agua, como una mariposita, completamente verde limón. Volví a cerrarla con cuidado para que no se saliese el pececito volador. Por fin comprendí porqué la pecera tenía una puerta. “¿Habrá más pececitos?” Volví a abrir la caja y vi una iguana muy grande que emergía del agua y llenaba casi toda la caja. Para mi asombro, ésta empezó a comerse a los pequeños pececitos. Me causó terror y traté de cerrar la caja inmediatamente; vi que dos pececitos yacían muertos al borde de la pecera y sus ojitos me miraban como pidiendo ayuda. “Si sale mi madre del consultorio, ella y Dr. Bosch me pueden culpar de haber matado a los pescecitos.” La iguana comenzó a salirse de la caja y al querer cerrar la puerta le corté parte de la cabeza y una pata. Entonces volví a abrir la puerta por no hacerle daño y la iguana se volvió a unificar. La empecé a empujar hacia adentro con las dos manos, no quise lastimarla, su textura era gelatinosa. Si el cuerpo se volvió a unir, esto no debe ser real, debo estar soñando. Pero cómo no va ser real, si este animal lo es. Lo estoy tocando. “¡Pandora, despierta! Ya casi es medio día,” me decía mi madre.
Quedé en la sala de espera mientras mi madre entraba en el consultorio médico. Una sala de espera solitaria y antiséptica; recordé el letrero en la puerta: “Dr. Bosch. Internal Medicine”. Me senté junto a una caja celeste que me llamó la atención. ¿Qué hacía una caja simple, de madera, como un adorno, sobre una mesa? Noté que tenía una puerta corrediza al frente y mirando que no había nadie a mi alrededor, la abrí despacio. Había agua. Algo se movía como un remolino dentro. La cerré pensando que eran peces que podían salir de su pecera. ¿Serían peces? Volví a abrirla y vi un pez que se sostenía aleteando fuera del agua, como una mariposita, completamente verde limón. Volví a cerrarla con cuidado para que no se saliese el pececito volador. Por fin comprendí porqué la pecera tenía una puerta. “¿Habrá más pececitos?” Volví a abrir la caja y vi una iguana muy grande que emergía del agua y llenaba casi toda la caja. Para mi asombro, ésta empezó a comerse a los pequeños pececitos. Me causó terror y traté de cerrar la caja inmediatamente; vi que dos pececitos yacían muertos al borde de la pecera y sus ojitos me miraban como pidiendo ayuda. “Si sale mi madre del consultorio, ella y Dr. Bosch me pueden culpar de haber matado a los pescecitos.” La iguana comenzó a salirse de la caja y al querer cerrar la puerta le corté parte de la cabeza y una pata. Entonces volví a abrir la puerta por no hacerle daño y la iguana se volvió a unificar. La empecé a empujar hacia adentro con las dos manos, no quise lastimarla, su textura era gelatinosa. Si el cuerpo se volvió a unir, esto no debe ser real, debo estar soñando. Pero cómo no va ser real, si este animal lo es. Lo estoy tocando. “¡Pandora, despierta! Ya casi es medio día,” me decía mi madre.
Blogodroga
Por Rafael Fornes
Me inicié en el palomar de la Chuna, ante esa vista mágica de Miami, con amigos arrebatados. Amílcar me insistía en su consumo --no químicamente puro--: valía la pena probar y descargar de "urbanismo con relación al río de Miami". Luego, alguien de quien no sospechaba (por considerarle un tipo serio, “La Mano Poderosa”) me llamaba por teléfono insistiendo en que practicara la experiencia; amigo de mil batallas que me revelaba los misterios de la seudonomía e insistía en que probara. Mi tía Chuna: adicta... con momentos en que, entrando por la puerta de su casa (a las tantas de la madrugada) se sentaba a comentar, mientras Marirene y yo nos mirábamos atónitos... no entendíamos nada. Una noche en la Bodeguita salí coger aire fresco y se me acerco sigiloso un sacedorte, como esos Testigos de Jehová que te acosan en el downtown para darte "La Atalaya" y el "Despertad", pero este era rumbero. Me cautivó con sus historias de hippies sagüeseros, híbrido de rock y guaguancó. Miami, aldea de los Sixties, de los “pioneers,” de los pilgrims cubiches (echándose conciertos de Santana “en vivo” en compañía del ácido). Todos me cuqueaban, incluso Alcides. Me resistí... hasta un día en que caí en la adicción. Fue gradual, probaba un poquito... un día un chistesito simpático, otro, los comentarios que me dejaban pensado y reflexionando. Gente inteligente que dispara ideas, que polemiza. Amigos: Les recomiendo que prueben la blogodroga deliciosa y rejuvenecedora, espiritual y mística. Es barata y no es ilegal... pero les advierto, como toda sustancia mind-altering, debe consumirse con mesura, disciplina, y amor.
Me inicié en el palomar de la Chuna, ante esa vista mágica de Miami, con amigos arrebatados. Amílcar me insistía en su consumo --no químicamente puro--: valía la pena probar y descargar de "urbanismo con relación al río de Miami". Luego, alguien de quien no sospechaba (por considerarle un tipo serio, “La Mano Poderosa”) me llamaba por teléfono insistiendo en que practicara la experiencia; amigo de mil batallas que me revelaba los misterios de la seudonomía e insistía en que probara. Mi tía Chuna: adicta... con momentos en que, entrando por la puerta de su casa (a las tantas de la madrugada) se sentaba a comentar, mientras Marirene y yo nos mirábamos atónitos... no entendíamos nada. Una noche en la Bodeguita salí coger aire fresco y se me acerco sigiloso un sacedorte, como esos Testigos de Jehová que te acosan en el downtown para darte "La Atalaya" y el "Despertad", pero este era rumbero. Me cautivó con sus historias de hippies sagüeseros, híbrido de rock y guaguancó. Miami, aldea de los Sixties, de los “pioneers,” de los pilgrims cubiches (echándose conciertos de Santana “en vivo” en compañía del ácido). Todos me cuqueaban, incluso Alcides. Me resistí... hasta un día en que caí en la adicción. Fue gradual, probaba un poquito... un día un chistesito simpático, otro, los comentarios que me dejaban pensado y reflexionando. Gente inteligente que dispara ideas, que polemiza. Amigos: Les recomiendo que prueben la blogodroga deliciosa y rejuvenecedora, espiritual y mística. Es barata y no es ilegal... pero les advierto, como toda sustancia mind-altering, debe consumirse con mesura, disciplina, y amor.
Soy ateo
Por Ermigio Benveniste
El mundo gira con su imperfección ejemplar. Considera tu cuerpo. Si diseñaras la salida óptima para un feto, ¿lo harías por la ruta que atraviesa el estrecho linde de los huesos de la pelvis? Un parto es doloroso... y a veces, letal (con un niño cabezón por ejemplo). Un día fuimos cuadrúpedos, nuestros antepasados cargaban sus espinas dorsales paralelas al suelo. Con nuestra postura enhiesta, evolucionada, el cinto pélvico giró y se estrechó, haciendo más angosto lo que para otros mamíferos es fácil. Y Dios dijo: “concebirás con el dolor de tu vientre”. Eva, por supuesto, es responsable de ésta anomalía... las mujeres tendrían sus vaginas donde ahora está el ombligo. Es deplorable que en los hombres la próstata esté tan cerca del sistema urinario que cuando se dilata lo estrangula. Cuando los testículos descendieron, el caño que conduce el semen se dobló alrededor de la uretra (qué lleva la orina desde los riñones) ¿Resultado? Un arreglo ilógico, que no habría ocurrido con un diseñador competente. ¿Y qué decir de las junturas de la rodilla, o la salida invertida del nervio óptico --vía de la retina-- que produce una mancha ciega? Somos imperfectos... aparatos inadecuados. Y esas incongruencias de diseño patentizan lo caótico de la naturaleza. Por lo tanto, soy ateo.
El mundo gira con su imperfección ejemplar. Considera tu cuerpo. Si diseñaras la salida óptima para un feto, ¿lo harías por la ruta que atraviesa el estrecho linde de los huesos de la pelvis? Un parto es doloroso... y a veces, letal (con un niño cabezón por ejemplo). Un día fuimos cuadrúpedos, nuestros antepasados cargaban sus espinas dorsales paralelas al suelo. Con nuestra postura enhiesta, evolucionada, el cinto pélvico giró y se estrechó, haciendo más angosto lo que para otros mamíferos es fácil. Y Dios dijo: “concebirás con el dolor de tu vientre”. Eva, por supuesto, es responsable de ésta anomalía... las mujeres tendrían sus vaginas donde ahora está el ombligo. Es deplorable que en los hombres la próstata esté tan cerca del sistema urinario que cuando se dilata lo estrangula. Cuando los testículos descendieron, el caño que conduce el semen se dobló alrededor de la uretra (qué lleva la orina desde los riñones) ¿Resultado? Un arreglo ilógico, que no habría ocurrido con un diseñador competente. ¿Y qué decir de las junturas de la rodilla, o la salida invertida del nervio óptico --vía de la retina-- que produce una mancha ciega? Somos imperfectos... aparatos inadecuados. Y esas incongruencias de diseño patentizan lo caótico de la naturaleza. Por lo tanto, soy ateo.
Metafísica del Blog
Por Manuel Sosa
Es como si hubiesen horadado una abertura en ese muro, que ya nadie pensaba traspasar, y por ella arrojasen retazos y sobras de la cotidianeidad. Les han dejado proclamar sus ternezas, sus odios, sus efusiones. Lo que confinaban a una hoja secreta, que guardaban para sí mismos, lo muestran hoy al mundo, perdida la reticencia. Casi todos han gastado tiempo en relatar lo inevitable. Un nuevo género, es un nuevo signo que replantea la forma de comunicar. Quizá la palabra clave sea: acceso. Yo agregaría otra: alas. Para prescindir de un diario que nadie leería sin creerse invasor de otro halo. Para despreciar los mecanismos de sujeción, que son el atrevimiento, la anuencia, las mordazas descritas en pliegos. Libertad de confesarse sin pudor, flotando en un mundo que te aplasta en apariencias, pero que te agrega al mecanismo de la practicidad. El viajero inmóvil va dejando caer sus cartas por la abertura. Alguien le visita y le recuerda que ha aceptado estas nuevas reglas: le han desgarrado las vestiduras, pero debe mostrar su piel con regocijo. Es un viaje sin regreso. Una claraboya en la celda para distinguir el cielo y los rostros que pasan furtivos. Escudriñan el nuevo espacio, allí donde el protagonista se inicia en la torpe danza, hasta aprender los pasos y la consigna. Hablando siempre para sí y luego descubriendo un altavoz debajo del lecho. Le aconsejan no predicar y no aceptar prédicas a la vez. No quería más que un rincón donde relatar lo que le asustaba, lo que le invitaba a desandar del camino. Yo le he mirado desde la verja, le estudio y compruebo sus flaquezas, su vanidad. Le comparo con los propios guardianes, que han creído oír un ruido de cerrojos. Le diviso a pesar de la sombra que cubre su cuerpo aterido, y compadezco esa ilusoria anuencia de ilustrar al mundo cómo se reponen los espacios. Le miro siempre, aterrado, al comprobar que soy yo mismo.
Es como si hubiesen horadado una abertura en ese muro, que ya nadie pensaba traspasar, y por ella arrojasen retazos y sobras de la cotidianeidad. Les han dejado proclamar sus ternezas, sus odios, sus efusiones. Lo que confinaban a una hoja secreta, que guardaban para sí mismos, lo muestran hoy al mundo, perdida la reticencia. Casi todos han gastado tiempo en relatar lo inevitable. Un nuevo género, es un nuevo signo que replantea la forma de comunicar. Quizá la palabra clave sea: acceso. Yo agregaría otra: alas. Para prescindir de un diario que nadie leería sin creerse invasor de otro halo. Para despreciar los mecanismos de sujeción, que son el atrevimiento, la anuencia, las mordazas descritas en pliegos. Libertad de confesarse sin pudor, flotando en un mundo que te aplasta en apariencias, pero que te agrega al mecanismo de la practicidad. El viajero inmóvil va dejando caer sus cartas por la abertura. Alguien le visita y le recuerda que ha aceptado estas nuevas reglas: le han desgarrado las vestiduras, pero debe mostrar su piel con regocijo. Es un viaje sin regreso. Una claraboya en la celda para distinguir el cielo y los rostros que pasan furtivos. Escudriñan el nuevo espacio, allí donde el protagonista se inicia en la torpe danza, hasta aprender los pasos y la consigna. Hablando siempre para sí y luego descubriendo un altavoz debajo del lecho. Le aconsejan no predicar y no aceptar prédicas a la vez. No quería más que un rincón donde relatar lo que le asustaba, lo que le invitaba a desandar del camino. Yo le he mirado desde la verja, le estudio y compruebo sus flaquezas, su vanidad. Le comparo con los propios guardianes, que han creído oír un ruido de cerrojos. Le diviso a pesar de la sombra que cubre su cuerpo aterido, y compadezco esa ilusoria anuencia de ilustrar al mundo cómo se reponen los espacios. Le miro siempre, aterrado, al comprobar que soy yo mismo.
martes, 19 de julio de 2005
Si fuera tiña
Por Rosie Inguanzo
Ella me mira de soslayo, como si quisiera matarme... evita mirarme frontalmente. Más tarde, cuando hablamos, celebra mi vestido. Percibo un ligero temblor en su labio superior mientras, no obstante, reniega del color rosado. Está acorralada por su envidia y tiene el registro secreto de todos mis encantos. No se sabe bella... aturdida por la belleza ajena. Parece que ha tomado veneno; reconozco los síntomas. Envidia significa “en-video”, o sea, “verse en”. Sin la connotación negativa que en el uso popular le adjudica hostilidad. Los griegos reconocían en ella aspectos de la supervivencia, del prevalecimiento del más fuerte, de ahí que premiaran al más hábil o al más bello. Los juegos olímpicos que cada cuatro años rendían a Zeus, estimulaban el espíritu de competencia, la sana rivalidad. El atletismo era una especie de entrenamiento pacífico para la guerra. Lo cierto es que en la competencia está cifrado el instinto de preservación de la especie. ¿Entonces cómo se trasluce en envidia? El envidioso deja de competir sanamente. Asume una inferioridad e ineptitud; abriga una fascinación desmesurada convertida en arma letal. La envidia es admiración con hostilidad. El envidioso te admira en los detalles más nimios, te reconoce en tus más sutiles dones, quizás más que el que te ama. Si su mirada angular pudiera atravezarte. Para Unamuno la envidia es peor que el hambre porque es hambre espiritual, ilustra la miseria humana del que la padece. El Quijote nos dice que donde reina la envidia no puede vivir la virtud... no obstante la envidia es un sentimiento harto popular. Estamos divididos en dos bandos: el que la cultiva y el que la recibe. ¿Recuerdan lo que le pasó a la Bella Durmiente? Me río con Schopenhauer cuando nos dice que nadie es realmente digno de envidia --recordándonos la igualación que nos trae la muerte.
Ella me mira de soslayo, como si quisiera matarme... evita mirarme frontalmente. Más tarde, cuando hablamos, celebra mi vestido. Percibo un ligero temblor en su labio superior mientras, no obstante, reniega del color rosado. Está acorralada por su envidia y tiene el registro secreto de todos mis encantos. No se sabe bella... aturdida por la belleza ajena. Parece que ha tomado veneno; reconozco los síntomas. Envidia significa “en-video”, o sea, “verse en”. Sin la connotación negativa que en el uso popular le adjudica hostilidad. Los griegos reconocían en ella aspectos de la supervivencia, del prevalecimiento del más fuerte, de ahí que premiaran al más hábil o al más bello. Los juegos olímpicos que cada cuatro años rendían a Zeus, estimulaban el espíritu de competencia, la sana rivalidad. El atletismo era una especie de entrenamiento pacífico para la guerra. Lo cierto es que en la competencia está cifrado el instinto de preservación de la especie. ¿Entonces cómo se trasluce en envidia? El envidioso deja de competir sanamente. Asume una inferioridad e ineptitud; abriga una fascinación desmesurada convertida en arma letal. La envidia es admiración con hostilidad. El envidioso te admira en los detalles más nimios, te reconoce en tus más sutiles dones, quizás más que el que te ama. Si su mirada angular pudiera atravezarte. Para Unamuno la envidia es peor que el hambre porque es hambre espiritual, ilustra la miseria humana del que la padece. El Quijote nos dice que donde reina la envidia no puede vivir la virtud... no obstante la envidia es un sentimiento harto popular. Estamos divididos en dos bandos: el que la cultiva y el que la recibe. ¿Recuerdan lo que le pasó a la Bella Durmiente? Me río con Schopenhauer cuando nos dice que nadie es realmente digno de envidia --recordándonos la igualación que nos trae la muerte.
Espiritualidad en pelotas
Por Alfredo Triff
Otro lunes sobre Miami. Que tengas una lindo día. Esta noticia desde Inglaterra me lleva a pensar --más allá de lo inaudito-- en la metempsicosis del cuerpo desnudo... suelto, en su choque con la atmósfera, en su estado primigenio y básico. Andar desnudo, volver al paraíso terrenal de la psiquis, al centro individual. Ser cada uno Adán y Eva; inocentes y radiantes, natura. Sé que la mayoría considera el nudismo una práctica bizarra. ¿No podríamos acaso aprender de nuevo a mirar el cuerpo humano de manera diferente... a aceptarlo como tal sin que sólo medie el deseo? Es duro, y lo que digo parece ridículo. Pero hay que aprender a contemplar lo noble del cuerpo mismo, en su defecto y su belleza.
Otro lunes sobre Miami. Que tengas una lindo día. Esta noticia desde Inglaterra me lleva a pensar --más allá de lo inaudito-- en la metempsicosis del cuerpo desnudo... suelto, en su choque con la atmósfera, en su estado primigenio y básico. Andar desnudo, volver al paraíso terrenal de la psiquis, al centro individual. Ser cada uno Adán y Eva; inocentes y radiantes, natura. Sé que la mayoría considera el nudismo una práctica bizarra. ¿No podríamos acaso aprender de nuevo a mirar el cuerpo humano de manera diferente... a aceptarlo como tal sin que sólo medie el deseo? Es duro, y lo que digo parece ridículo. Pero hay que aprender a contemplar lo noble del cuerpo mismo, en su defecto y su belleza.
domingo, 17 de julio de 2005
Vanidad
Atiborrado de filosofía,
por culpa del afán que me devora,
yo, que ya me sabía
dos gramos del vivir, nada sé ahora.
De tanto preguntar
el camino a los sabios que pasaban,
me quedé sin llegar,
mientras tantos imbéciles llegaban...
--Giovanni Papini.
por culpa del afán que me devora,
yo, que ya me sabía
dos gramos del vivir, nada sé ahora.
De tanto preguntar
el camino a los sabios que pasaban,
me quedé sin llegar,
mientras tantos imbéciles llegaban...
--Giovanni Papini.
sábado, 16 de julio de 2005
Los huracanes del Caribe
Por René Rodríguez Soriano (publicado en Ababolia)
Premonitorio Borges, una vez más, se sale con la suya. Cada día, en los espejos, las figuras nos imitan menos. Mientras la naturaleza se derrama furiosa en agua y vientos por el Caribe, el mundo se desangra por los cuatro costados. ¿Quién nos protegerá de los que nos protegen? Subiendo y bajando de categoría, en una competencia desenfrenada, los huracanes y las tormentas tropicales se desplazan sobre la endeble anatomía de las islas y algunas poblaciones de las costas continentales. Soberbios, bravucones y enceguecidos, infantes, mercenarios e insensatos; se baten y se abaten sobre la piel del mundo, lacerándola donde más le duele. ¿Quién recogerá la primera piedra? ¿Quién, como pedrada ardiente, lanzará la primera palabra para detener este diálogo de sordos que nos aturde y aniquila aceleradamente cada día? Un bicho raro, emparentado con quiensabequé demonios roe y corroe el alma humana, deshojando sin piedad la rosa de los vientos. Una acerada piedrita hace diabluras en el zapato de la humanidad, no hay cántaros para contener más lágrimas. Más que el mal, el remedio ha resultado catastrófico. Huero deviene el axioma de que al mal hay que dar maldad. Hay quienes piensan que, mientras Dios bosteza, los ejércitos del mundo se aprovechan para derrocar el orbe. Los huracanes del Caribe siembran tanto pánico y tanta desolación como los ejércitos. ¿Razón de la sinrazón? Premonitorio Borges, una vez más, se sale con la suya. Cada día, en los espejos, las figuras nos imitan menos. Fuera de madre las fieras destrozan el azogue, la transparencia y la dignidad del mundo. El agua lava y limpia los humores, los olores y acrecienta los temores. El viento peina los cocotales, transporta los rumores del mar y del bosque, y resquebraja cuanta débil estructura encuentra a su paso. En cambio el hombre, aunque no haya sido el inventor del fuego y del terror, deriva en su más hábil manipulador.
Premonitorio Borges, una vez más, se sale con la suya. Cada día, en los espejos, las figuras nos imitan menos. Mientras la naturaleza se derrama furiosa en agua y vientos por el Caribe, el mundo se desangra por los cuatro costados. ¿Quién nos protegerá de los que nos protegen? Subiendo y bajando de categoría, en una competencia desenfrenada, los huracanes y las tormentas tropicales se desplazan sobre la endeble anatomía de las islas y algunas poblaciones de las costas continentales. Soberbios, bravucones y enceguecidos, infantes, mercenarios e insensatos; se baten y se abaten sobre la piel del mundo, lacerándola donde más le duele. ¿Quién recogerá la primera piedra? ¿Quién, como pedrada ardiente, lanzará la primera palabra para detener este diálogo de sordos que nos aturde y aniquila aceleradamente cada día? Un bicho raro, emparentado con quiensabequé demonios roe y corroe el alma humana, deshojando sin piedad la rosa de los vientos. Una acerada piedrita hace diabluras en el zapato de la humanidad, no hay cántaros para contener más lágrimas. Más que el mal, el remedio ha resultado catastrófico. Huero deviene el axioma de que al mal hay que dar maldad. Hay quienes piensan que, mientras Dios bosteza, los ejércitos del mundo se aprovechan para derrocar el orbe. Los huracanes del Caribe siembran tanto pánico y tanta desolación como los ejércitos. ¿Razón de la sinrazón? Premonitorio Borges, una vez más, se sale con la suya. Cada día, en los espejos, las figuras nos imitan menos. Fuera de madre las fieras destrozan el azogue, la transparencia y la dignidad del mundo. El agua lava y limpia los humores, los olores y acrecienta los temores. El viento peina los cocotales, transporta los rumores del mar y del bosque, y resquebraja cuanta débil estructura encuentra a su paso. En cambio el hombre, aunque no haya sido el inventor del fuego y del terror, deriva en su más hábil manipulador.
viernes, 15 de julio de 2005
Pudrición, terror y dogma
Por Alfredo Triff
Hola, Miami. Tres noticias: 1- Se desentierran datos e historias tristes de los niños Peter Pan. 2- A propos de Miami, lo del comisionado Teele le zumba. Un tipo en una posición política encumbrada cometiendo semejante estupidez... ¿ansia de poder? ¿Amor por el verde? 3- ¿Han seguido lo de Londres? El virus va por dentro. Merluza me preguntó si esta nueva forma de terrorismo puede prevenirse. La respuesta es que sí. El que estos terroristas fueran ciudadanos (nacidos en Inglaterra) parece indicar que estamos ante una nueva fase Al-Qaedista. El propio mundo árabe se hace eco de que hay que prestar más atención a las escuelas de fundamentalismo , desde Leeds hasta Arabia Saudita, pasando por Pakistán. El viejo Marx tenía razón, la religión es el...
Hola, Miami. Tres noticias: 1- Se desentierran datos e historias tristes de los niños Peter Pan. 2- A propos de Miami, lo del comisionado Teele le zumba. Un tipo en una posición política encumbrada cometiendo semejante estupidez... ¿ansia de poder? ¿Amor por el verde? 3- ¿Han seguido lo de Londres? El virus va por dentro. Merluza me preguntó si esta nueva forma de terrorismo puede prevenirse. La respuesta es que sí. El que estos terroristas fueran ciudadanos (nacidos en Inglaterra) parece indicar que estamos ante una nueva fase Al-Qaedista. El propio mundo árabe se hace eco de que hay que prestar más atención a las escuelas de fundamentalismo , desde Leeds hasta Arabia Saudita, pasando por Pakistán. El viejo Marx tenía razón, la religión es el...
jueves, 14 de julio de 2005
Losers & winners
Por Alcides
Era un sitio aburrido. Habían sacado la ley famosa y para fumar en un bar hubiéramos tenido que ir a New Jersey. Salíamos por turnos, por miedo a dejar la cerveza sin vigilancia. Cuando me tocó por primera vez casi me muero: el frío pasó a través de mí sin respetarme; tenía que halar mucho para sentir el Marlboro. Mi paisaje era un barrio desierto, pese a ser “céntrico” y figurar en los mapas que te venden. Calculé dónde podríamos fumar de lo otro, cuando saliéramos. En esos casos yo trato de tener un feelling del lugar, que la invitación venga del exterior y no encapricharme en un espacio porque luzca ok. No me llegaba nada, así que desistí. Fumaríamos al regresar al Bronx. Terminamos sin penas ni glorias en aquel bar. Apenas estuvimos afuera ella se antojó de que sacara el prajo y le dije que no, que debíamos esperar. Ni escuchó. Me agarró de la mano y me arrastró hacia la entrada de un edificio cuyas escaleras, en vez de subir, bajaban. No era un mal sitio, aunque sentía resistencia. Pasó una sola persona mientras fumábamos. No era americano. Nos sonrió con cierta complicidad, como si pensara: “Yo los comprendo, no los juzgo”. Terminamos rápido, con más alivio que nota. “¿Viste que no pasó nada?”, me dijo ella mientras caminábamos hacia el metro. “Qué bueno”, respondí. No habíamos adelantado dos cuadras cuando nos salieron al paso varios policías vestidos de civil, con la famosa placa (NYPD) colgando de los abrigos. Nos arrinconaron. “Where is the weed?”, gritó el que parecía puertorriqueño. Le di el paquete de Marlboro y traté de convencerlo de que mi novia no tenía nada que ver, que la dejaran ir. “Nuestro jefe la vio fumar también” (de este modo supimos quién era el tipo con cara de cumpleaños). Sólo cargaba dos tabacos pero fue suficiente para conocer al juez –24 horas más tarde: es muy solicitado. Pienso que de verdad todo se puso feo desde que vieron nuestras licencias. Los Yankees habían perdido contra los Marlins el día anterior.
Era un sitio aburrido. Habían sacado la ley famosa y para fumar en un bar hubiéramos tenido que ir a New Jersey. Salíamos por turnos, por miedo a dejar la cerveza sin vigilancia. Cuando me tocó por primera vez casi me muero: el frío pasó a través de mí sin respetarme; tenía que halar mucho para sentir el Marlboro. Mi paisaje era un barrio desierto, pese a ser “céntrico” y figurar en los mapas que te venden. Calculé dónde podríamos fumar de lo otro, cuando saliéramos. En esos casos yo trato de tener un feelling del lugar, que la invitación venga del exterior y no encapricharme en un espacio porque luzca ok. No me llegaba nada, así que desistí. Fumaríamos al regresar al Bronx. Terminamos sin penas ni glorias en aquel bar. Apenas estuvimos afuera ella se antojó de que sacara el prajo y le dije que no, que debíamos esperar. Ni escuchó. Me agarró de la mano y me arrastró hacia la entrada de un edificio cuyas escaleras, en vez de subir, bajaban. No era un mal sitio, aunque sentía resistencia. Pasó una sola persona mientras fumábamos. No era americano. Nos sonrió con cierta complicidad, como si pensara: “Yo los comprendo, no los juzgo”. Terminamos rápido, con más alivio que nota. “¿Viste que no pasó nada?”, me dijo ella mientras caminábamos hacia el metro. “Qué bueno”, respondí. No habíamos adelantado dos cuadras cuando nos salieron al paso varios policías vestidos de civil, con la famosa placa (NYPD) colgando de los abrigos. Nos arrinconaron. “Where is the weed?”, gritó el que parecía puertorriqueño. Le di el paquete de Marlboro y traté de convencerlo de que mi novia no tenía nada que ver, que la dejaran ir. “Nuestro jefe la vio fumar también” (de este modo supimos quién era el tipo con cara de cumpleaños). Sólo cargaba dos tabacos pero fue suficiente para conocer al juez –24 horas más tarde: es muy solicitado. Pienso que de verdad todo se puso feo desde que vieron nuestras licencias. Los Yankees habían perdido contra los Marlins el día anterior.
De visita en La Pequeña Habana
Por el fantasma de Freud
Mientras que a Liván le amarga lo incierto de su futuro en Miami (con su identidad “depresiva”), Yanuar --algo anímico y antigregario en su actuación-- es el típico narcisista. Franki se arrebata irreflexivamente: padece de dislexia. Ronal exhibe síntomas de ansiedad. Colija acaso mi lector el valor empírico de los protocolos sicológicos de esta época: Ya era tiempo de establecer una diagnosis que sopesara nuestro comportamiento allende a lo ordinario y mundano. ¿Hoy? Ser neurótico es estrambótico, claro, pero ¿no se sostiene la condición humana de ese germen disímil e inaudito? Admito que si alguien es tímido, o emocionalmente aprehensivo, puede que requiera una brigada de traumatólogos. Ahhhh, nuestra psiquis contemporánea... blanda, omisa y globular en la placidez (más allá del desafuero y la angustia)... lo que otrora los locos llamaban “desafío.”
Mientras que a Liván le amarga lo incierto de su futuro en Miami (con su identidad “depresiva”), Yanuar --algo anímico y antigregario en su actuación-- es el típico narcisista. Franki se arrebata irreflexivamente: padece de dislexia. Ronal exhibe síntomas de ansiedad. Colija acaso mi lector el valor empírico de los protocolos sicológicos de esta época: Ya era tiempo de establecer una diagnosis que sopesara nuestro comportamiento allende a lo ordinario y mundano. ¿Hoy? Ser neurótico es estrambótico, claro, pero ¿no se sostiene la condición humana de ese germen disímil e inaudito? Admito que si alguien es tímido, o emocionalmente aprehensivo, puede que requiera una brigada de traumatólogos. Ahhhh, nuestra psiquis contemporánea... blanda, omisa y globular en la placidez (más allá del desafuero y la angustia)... lo que otrora los locos llamaban “desafío.”
Gorda o no, ama tu cuerpo
Por Ermigio Benveniste
En el último ensayo clínico-aleatorio de la Universidad de Miami se comparan dos grupos de gordos/gordas (de 30 a 45 años de edad) que hacen dietas full time. Por seis meses, la mitad de esos gordos participó en una dieta tradicional que incluía socorro mutuo, mentor nutricionista y control de peso. A la otra mitad se le instruyó seguir sus propensiones y estilos de vida habituales (con un grupo que les ayudara a desarrollar una imagen más de acuerdo a sus fisonomías). Resultado: el grupo que estaba en dieta había perdido peso inicialmente, para recobrarlo después de dos años. Los que no hicieron nada mantuvieron un peso estable. Los dietéticos terminaron con más colesterol --y un poco más de presión arterial. ¿La lección? Las dietas “fuertes” fracasan a largo plazo. La moraleja es que si no hay calidad de vida la salud no camina. Eso sin hablar el efecto sicológico de volver a inflarse después de dos años de lucha. La mejor “dieta” es amar tu cuerpo. Fija un límite, no te pases. Come de todo (con medida), cocina tu comida(con los mejores ingredientes), haz ejercicios y camina, mantén tu vida ocupada en actividades constructivas. Mantén a los enemigos a distancia y busca la paz.
En el último ensayo clínico-aleatorio de la Universidad de Miami se comparan dos grupos de gordos/gordas (de 30 a 45 años de edad) que hacen dietas full time. Por seis meses, la mitad de esos gordos participó en una dieta tradicional que incluía socorro mutuo, mentor nutricionista y control de peso. A la otra mitad se le instruyó seguir sus propensiones y estilos de vida habituales (con un grupo que les ayudara a desarrollar una imagen más de acuerdo a sus fisonomías). Resultado: el grupo que estaba en dieta había perdido peso inicialmente, para recobrarlo después de dos años. Los que no hicieron nada mantuvieron un peso estable. Los dietéticos terminaron con más colesterol --y un poco más de presión arterial. ¿La lección? Las dietas “fuertes” fracasan a largo plazo. La moraleja es que si no hay calidad de vida la salud no camina. Eso sin hablar el efecto sicológico de volver a inflarse después de dos años de lucha. La mejor “dieta” es amar tu cuerpo. Fija un límite, no te pases. Come de todo (con medida), cocina tu comida(con los mejores ingredientes), haz ejercicios y camina, mantén tu vida ocupada en actividades constructivas. Mantén a los enemigos a distancia y busca la paz.
lunes, 11 de julio de 2005
Contraseña: amor eterno
Por Amílcar Barca
El miedo era un gesto amanerado siempre frente a un espejo sin respuesta. ¿Soy normal? Dios no respondía nunca. Se escondían en el cuarto como estudiantes ante un examen final…sus padres lo ignoraban. Una palabra mágica con su signo de interrogación, password seguro frente al origen: “¿Entiendes?”. Se conocieron en la fiesta universitaria. Antes tuvieron que encajar los “qués” del que no era como ellos, del que se extrañaba frente a esta pregunta. Las vacaciones siempre en Carnaval. En lechos separados, se presentaban en los hoteles como hermanos. Dormían. Hablaban entre cosquillas y lo ambiguo. En una playa recoleta… el sol recibía la mañana en la piel de sus silencios; los lugareños los amedrentaban con gritos y piedras. Eran perseguidos por la ordenanza de Vagos y Maleantes de la justicia española; desde el púlpito de la Iglesia…en domingo, amonestados por la palabra del ministro. Ayer este país de fiesta, toros y pandereta, atrasado y gris hasta la muerte de Franco, aprobó la legalidad de las uniones homosexuales. Es la cuarta nación en el planeta en reconocer los derechos de Joan y Pep y de tantos otros -u otras- que creen que el beso entre labios iguales, la unión de senos con senos, o el simple calor de un abrazo entre sábanas lavadas por turnos, requiere el mismo trato que el que reciben las personas heterosexuales. Ayer, el color del arco iris poblaba balcones y torsos de hombres y mujeres que aman. Pep, con su tos romántica y persistente, murió el mismo mes que la centuria lo hacía. En unas vacaciones, precisamente con el mismo sol del Carnaval que abre en febrero, le oí decir a Joan : “Un día portarem el mateix anell que porta l´Amílcar y la Teresa” (Un día llevaremos el mismo anillo que llevan Amílcar y Teresa). En la demostración del dos de julio Joan lo mostraba en su anular con un sujeto elíptico a su lado. Él y la sombra de su amado formaban un nuevo y perfecto matrimonio entre miles de manifestantes que, llorando de júbilo y rabia, celebraban la igualdad civil frente a su condición sexual.
El miedo era un gesto amanerado siempre frente a un espejo sin respuesta. ¿Soy normal? Dios no respondía nunca. Se escondían en el cuarto como estudiantes ante un examen final…sus padres lo ignoraban. Una palabra mágica con su signo de interrogación, password seguro frente al origen: “¿Entiendes?”. Se conocieron en la fiesta universitaria. Antes tuvieron que encajar los “qués” del que no era como ellos, del que se extrañaba frente a esta pregunta. Las vacaciones siempre en Carnaval. En lechos separados, se presentaban en los hoteles como hermanos. Dormían. Hablaban entre cosquillas y lo ambiguo. En una playa recoleta… el sol recibía la mañana en la piel de sus silencios; los lugareños los amedrentaban con gritos y piedras. Eran perseguidos por la ordenanza de Vagos y Maleantes de la justicia española; desde el púlpito de la Iglesia…en domingo, amonestados por la palabra del ministro. Ayer este país de fiesta, toros y pandereta, atrasado y gris hasta la muerte de Franco, aprobó la legalidad de las uniones homosexuales. Es la cuarta nación en el planeta en reconocer los derechos de Joan y Pep y de tantos otros -u otras- que creen que el beso entre labios iguales, la unión de senos con senos, o el simple calor de un abrazo entre sábanas lavadas por turnos, requiere el mismo trato que el que reciben las personas heterosexuales. Ayer, el color del arco iris poblaba balcones y torsos de hombres y mujeres que aman. Pep, con su tos romántica y persistente, murió el mismo mes que la centuria lo hacía. En unas vacaciones, precisamente con el mismo sol del Carnaval que abre en febrero, le oí decir a Joan : “Un día portarem el mateix anell que porta l´Amílcar y la Teresa” (Un día llevaremos el mismo anillo que llevan Amílcar y Teresa). En la demostración del dos de julio Joan lo mostraba en su anular con un sujeto elíptico a su lado. Él y la sombra de su amado formaban un nuevo y perfecto matrimonio entre miles de manifestantes que, llorando de júbilo y rabia, celebraban la igualdad civil frente a su condición sexual.
Mantra
“Que el significado de estas palabras me haga feliz, que me den paz, que me den libertad, que mis amigos tengan felicidad, que mis amigos tengan paz, que mis amigos se sientan libres, que mis enemigos tengan paz, que mi paz los acompañe, que todo lo que me rodea sea feliz, que todo lo que me rodee esté en paz, que todo lo que me rodea sea libre”.--Boddidharma
sábado, 9 de julio de 2005
Cultura y barbarie
“No hay cultura donde no hay principios de legalidad civil a que apelar... no hay cultura donde no hay acatamiento de ciertas últimas posiciones intelectuales a que referirse en la disputa... no hay cultura cuando no preside a las relaciones económicas un régimen de tráfico bajo el cual ampararse. No hay cultura donde las polémicas estéticas no reconocen la necesidad de justificar la obra de arte... cuando no hay eso, hay en el sentido más estricto de la palabra, barbarie.” -- José Ortega y Gasset en La Rebelión de las masas.
7 puntos
Por Rafael Fornés
1- Como arquitecto, creo que aún soy joven. Con 90 en las costillas, Frank Lloyd Wright andaba encaramado por el Guggenheim; Louis Kahn empezó a construir a los sesenta (con tres mujeres a la vez). En el futuro, regresaré a mi país e instalaré un atelier de arquitectura. Mientras tanto, me dedico hace diez años (en la Universidad de Miami) con el programa Havana Studies, a documentar e investigar el caribe y sus conexiones. 2- ¿No es un proyecto –de cierto modo-- una obra? La extensa documentación de monumentos antiguos con dibujos detallados... tipologías y geometrías. ¿No son obras de arte los tratados de Vitruvius, Palladio, Alberti, Scamozzi, Vignola, o los grabados de Piranesi o Ledoux? 3- “La ignorancia es un pecado”, diría el Padre Luigi. 4- Como dicen algunos, la cannabis sativa es una planta sagrada y divina, que puede revelar los secretos del arte. 5- Lo femenino también se expresa a través del arte... los monjes Zen practican el tiro con arco y el esgrima con la espada y también se dedican a la caligrafía, la jardinería, el arreglo floral, y te preparan un té delicioso. Podemos tener plumas pero no volamos... Y ¿sabías? A las chicas les encantan... 6- Hermano catalán: mi familia es india de Sancti Spiritus. Fornés –en tu lengua-- se refiere al gremio de horneros y panaderos. Los maestros catalanes fueron responsables de la construcción de la Habana republicana. El Art Nouveau, Deco --y el llamado eclecticismo-- le deben mucho. 7- En cuanto a la urbanística de la vista al mar de downtown Miami: Lo que pido es sencillamente NO HACER NADA, dejar las cosas como están, al natural (feng shui o wu wei: not doing anyhthing). Ya tenemos suficiente con los monstruos condominiales y antiurbanos de Biscayne Boulevard. (Y no se pierdan mañana sábado esta actividad en el Miami-Dade College, sobre el posible planeamiento de Miami para el siglo XXI.
1- Como arquitecto, creo que aún soy joven. Con 90 en las costillas, Frank Lloyd Wright andaba encaramado por el Guggenheim; Louis Kahn empezó a construir a los sesenta (con tres mujeres a la vez). En el futuro, regresaré a mi país e instalaré un atelier de arquitectura. Mientras tanto, me dedico hace diez años (en la Universidad de Miami) con el programa Havana Studies, a documentar e investigar el caribe y sus conexiones. 2- ¿No es un proyecto –de cierto modo-- una obra? La extensa documentación de monumentos antiguos con dibujos detallados... tipologías y geometrías. ¿No son obras de arte los tratados de Vitruvius, Palladio, Alberti, Scamozzi, Vignola, o los grabados de Piranesi o Ledoux? 3- “La ignorancia es un pecado”, diría el Padre Luigi. 4- Como dicen algunos, la cannabis sativa es una planta sagrada y divina, que puede revelar los secretos del arte. 5- Lo femenino también se expresa a través del arte... los monjes Zen practican el tiro con arco y el esgrima con la espada y también se dedican a la caligrafía, la jardinería, el arreglo floral, y te preparan un té delicioso. Podemos tener plumas pero no volamos... Y ¿sabías? A las chicas les encantan... 6- Hermano catalán: mi familia es india de Sancti Spiritus. Fornés –en tu lengua-- se refiere al gremio de horneros y panaderos. Los maestros catalanes fueron responsables de la construcción de la Habana republicana. El Art Nouveau, Deco --y el llamado eclecticismo-- le deben mucho. 7- En cuanto a la urbanística de la vista al mar de downtown Miami: Lo que pido es sencillamente NO HACER NADA, dejar las cosas como están, al natural (feng shui o wu wei: not doing anyhthing). Ya tenemos suficiente con los monstruos condominiales y antiurbanos de Biscayne Boulevard. (Y no se pierdan mañana sábado esta actividad en el Miami-Dade College, sobre el posible planeamiento de Miami para el siglo XXI.
Un árbol que cortado retoña
Por Alfredo Triff
¿Me transmites? Tengo tu antídoto: Riqueza, suerte, sexo. Pásalo al próximo en la lista. No temas... no soy un virus. Sólo deseo tu atención, el esmero de tu pupila que enfoca el trofeo, el color, la superficie. Quiero persuadirte... relájate. Inhala profundo. Dame alas y mándame a otro lugar. Juega conmigo, con tu miedo a la desventaja. ¿Virus de la conciencia? Acaso es correo, comisión que se dilata; pólvora invisible, aroma ideológica. Ayúdame, discúrreme. No importa si soy espuria, inútil, nimia o tóxica. Casi me tocas. Tu cogitación pulsa. ¿Te provoco? He ahí el enigma.
___________________________________________________________________
La mano negra del terrorismo islámico llega al subway de Londres. 33 muertos, cientos de heridos... ¡Se repite Madrid! La guerra mundial Alqaedista fanática, pía e idólatra de la muerte. ¿Misericordia fundamentalista? ¡Solavaya!
¿Me transmites? Tengo tu antídoto: Riqueza, suerte, sexo. Pásalo al próximo en la lista. No temas... no soy un virus. Sólo deseo tu atención, el esmero de tu pupila que enfoca el trofeo, el color, la superficie. Quiero persuadirte... relájate. Inhala profundo. Dame alas y mándame a otro lugar. Juega conmigo, con tu miedo a la desventaja. ¿Virus de la conciencia? Acaso es correo, comisión que se dilata; pólvora invisible, aroma ideológica. Ayúdame, discúrreme. No importa si soy espuria, inútil, nimia o tóxica. Casi me tocas. Tu cogitación pulsa. ¿Te provoco? He ahí el enigma.
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Miércoles que parece martes
Por tumiamiblog
Uno, dos, tres, probando... otro día en Miami donde estamos todos bajo la misma sombrilla de cielo en 3-D y a todo color. ¿Por qué esta metrópoli y no otra? A veces estamos donde no queremos, pero morar en un terreno es capital. ¿Cómo te lleva la vida? Deja algún testimonio de cómo te va en nuestra ciudad... o mejor dicho, en qué sentido Miami le da color a tu existencia. Exprésate y buena suerte.
Uno, dos, tres, probando... otro día en Miami donde estamos todos bajo la misma sombrilla de cielo en 3-D y a todo color. ¿Por qué esta metrópoli y no otra? A veces estamos donde no queremos, pero morar en un terreno es capital. ¿Cómo te lleva la vida? Deja algún testimonio de cómo te va en nuestra ciudad... o mejor dicho, en qué sentido Miami le da color a tu existencia. Exprésate y buena suerte.
martes, 5 de julio de 2005
Una vez dentro
Por Alcides
Caía el cubierto desde la altura, por el cielo infinito, arriba de una muela. Cuando los pájaros realmente se van (ocurre a menudo), se agarran de esta línea, se convierten en luz de plata, no sé por qué. (...) Dedico esta lluvia a las ex-federadas, ex-jefas de bloque; también la dedico a Pete Rose, en su martirio. Contigo di mil vueltas, contigo busqué la dirección. Soy el fantasma de un solo ojo. Evo Morales. Soy la amenaza. Nuestra iglesia, nuestro vaso, nuestro desaire físico, nuestro elemento. Dedico esta muerte a las ex-cavadoras: muerte por agua. (...) Ella leía las Advertencias del Cirujano General. Su piel era suave. Sobre su cara jugaban la sombra y la luz. Tendidos en la hierba, con ese calor, hablábamos de morir. Pero era estilo, era la sangre que se contiene. Ella observaba o leía, me regalaba Uno (estable), abandonaba el Jardín de Nuestro Señor. (...) Un mantenido, un príncipe, una lista de agradecimientos. Sobrevive hasta julio, siendo albacea de tu legado, y llega a una playa desconocida. Un buscador, una imaginación. Y regala los cocos, la existencia, y recoge al Elefante de Asia. (...) Arregla el daño visible de un Buick. Si fuese esclavo del mundo, en este sueño lo sabría la gente del mundo. Tiene reparación, metido en un Buick: se hace un lugar entre los planetas (...) Una vez dentro, el mate domina la situación. Al corazón le dice: “Estoy caliente”. Valor en la hora fula, una vez dentro, anima el Centro de Decisiones. Si pasa el tren o me señala un pájaro azul, cagándome, al corazón le digo: “Estoy caliente”.
Caía el cubierto desde la altura, por el cielo infinito, arriba de una muela. Cuando los pájaros realmente se van (ocurre a menudo), se agarran de esta línea, se convierten en luz de plata, no sé por qué. (...) Dedico esta lluvia a las ex-federadas, ex-jefas de bloque; también la dedico a Pete Rose, en su martirio. Contigo di mil vueltas, contigo busqué la dirección. Soy el fantasma de un solo ojo. Evo Morales. Soy la amenaza. Nuestra iglesia, nuestro vaso, nuestro desaire físico, nuestro elemento. Dedico esta muerte a las ex-cavadoras: muerte por agua. (...) Ella leía las Advertencias del Cirujano General. Su piel era suave. Sobre su cara jugaban la sombra y la luz. Tendidos en la hierba, con ese calor, hablábamos de morir. Pero era estilo, era la sangre que se contiene. Ella observaba o leía, me regalaba Uno (estable), abandonaba el Jardín de Nuestro Señor. (...) Un mantenido, un príncipe, una lista de agradecimientos. Sobrevive hasta julio, siendo albacea de tu legado, y llega a una playa desconocida. Un buscador, una imaginación. Y regala los cocos, la existencia, y recoge al Elefante de Asia. (...) Arregla el daño visible de un Buick. Si fuese esclavo del mundo, en este sueño lo sabría la gente del mundo. Tiene reparación, metido en un Buick: se hace un lugar entre los planetas (...) Una vez dentro, el mate domina la situación. Al corazón le dice: “Estoy caliente”. Valor en la hora fula, una vez dentro, anima el Centro de Decisiones. Si pasa el tren o me señala un pájaro azul, cagándome, al corazón le digo: “Estoy caliente”.
lunes, 4 de julio de 2005
Cubanos des-madrados
Por Rosie Inguanzo
Todo exiliado sufre de (multiplicada) orfandad, expulsado de una sociedad donde no halla expresión, de la "madre", del terruño. En el exilio toma conciencia de sí, se enfrenta a su radical soledad. De acuerdo al estudio freudiano sobre el mito de Narciso, los huérfanos de madre tienden a ser narcisistas. Esto explica de alguna manera los rasgos púberes, la arrogancia y el ego del cubano exiliado. El cubano pervive des-padrado de sus próceres y des-madrado por naturaleza. El exilio viene a ser una repetición del primigenio destierro del útero materno. En la isla máter, sentado en la orilla, el cubano se contempla en las aguas y cuando se lanza al mar, a veces las aguas lo devoran. Las ínfulas del cubano, entidad híbrida... sujeto limbal, engendro mestizo, bastardo que reclama ser alguien. Discurso diferente al suyo propio no lo ha podido penetrar jamás. Excesivamente egocéntrico, excesivamente adolescente, el cubano busca --cual Adán-- el regreso al paraíso, la recuperación del vergel perdido. Nótese que hablo de los cubanos. La mujer no es cubana. Las mujeres no entran en el paradigma del PUBER AETEMUS (mentalidad inmadura) porque la mujer es pasiva, el objeto estable del universo, la mujer nunca es un fin en sí misma... sólo cría, alimenta y sana.
Todo exiliado sufre de (multiplicada) orfandad, expulsado de una sociedad donde no halla expresión, de la "madre", del terruño. En el exilio toma conciencia de sí, se enfrenta a su radical soledad. De acuerdo al estudio freudiano sobre el mito de Narciso, los huérfanos de madre tienden a ser narcisistas. Esto explica de alguna manera los rasgos púberes, la arrogancia y el ego del cubano exiliado. El cubano pervive des-padrado de sus próceres y des-madrado por naturaleza. El exilio viene a ser una repetición del primigenio destierro del útero materno. En la isla máter, sentado en la orilla, el cubano se contempla en las aguas y cuando se lanza al mar, a veces las aguas lo devoran. Las ínfulas del cubano, entidad híbrida... sujeto limbal, engendro mestizo, bastardo que reclama ser alguien. Discurso diferente al suyo propio no lo ha podido penetrar jamás. Excesivamente egocéntrico, excesivamente adolescente, el cubano busca --cual Adán-- el regreso al paraíso, la recuperación del vergel perdido. Nótese que hablo de los cubanos. La mujer no es cubana. Las mujeres no entran en el paradigma del PUBER AETEMUS (mentalidad inmadura) porque la mujer es pasiva, el objeto estable del universo, la mujer nunca es un fin en sí misma... sólo cría, alimenta y sana.
domingo, 3 de julio de 2005
sábado, 2 de julio de 2005
Reinterpretación del Miami Art Museum
Por Rafael Fornés
Mi estudio (freehand) está basado en una réplica del Miami-Dade County Courthouse (1926-28) en estilo Neoclásico por los arquitectos A. Ten Eyck Brown & August Geiger. Mi sketch de la torre insiste en la posibilidad –inexplorada-- de acrecentar el museo en altura. La nueva torre se conectaría con puentes a la red de transporte público Metrorail y Metromover; las columnas del primero se coronarían con capiteles toscanos de terra-cotta.
Mi estudio (freehand) está basado en una réplica del Miami-Dade County Courthouse (1926-28) en estilo Neoclásico por los arquitectos A. Ten Eyck Brown & August Geiger. Mi sketch de la torre insiste en la posibilidad –inexplorada-- de acrecentar el museo en altura. La nueva torre se conectaría con puentes a la red de transporte público Metrorail y Metromover; las columnas del primero se coronarían con capiteles toscanos de terra-cotta.
viernes, 1 de julio de 2005
Viernes de aperturas
Por tumiamiblog
Viernes, abre un nuevo mes y sigue lloviendo. Esta noche están las muestras en Coral Gables: Virginia Miller, en 169 Madeira Avenue, presenta “Latin American Invitational”. Vale la pena por los maestros mexicanos como Siqueiros, Gerzso, Tamayo y Rivera (también hay obras de los cubanos Arturo Rodríguez y Fabelo). Visita “What’s New”, en la Diana Lowenstein Fine Arts (3080 SW 38 Court). La colectiva tiene –entre otros-- a Carlos Betancourt, la valenciana Vicenta Casañ y Wendy Wischer. En Domingo Padrón Gallery de la 1518 Ponce de Leon, una muestra titulada “Barquito de papel, mi amigo fiel”, alude al caso ya comentado en este blog. Vale la pena llegarse y ver qué pasa. Luego, si tienes hambre, date un salto a la pizzería Archie’s de la 166 de Giralda. Te pides un carpaccio de salmón con una Peroni. O prueba la pizza Tricolore, con arúgula, tomate fresco, ricota, prosciutto... todo coronado con virutas de parmigiano reggiano, Mmmmm.
Viernes, abre un nuevo mes y sigue lloviendo. Esta noche están las muestras en Coral Gables: Virginia Miller, en 169 Madeira Avenue, presenta “Latin American Invitational”. Vale la pena por los maestros mexicanos como Siqueiros, Gerzso, Tamayo y Rivera (también hay obras de los cubanos Arturo Rodríguez y Fabelo). Visita “What’s New”, en la Diana Lowenstein Fine Arts (3080 SW 38 Court). La colectiva tiene –entre otros-- a Carlos Betancourt, la valenciana Vicenta Casañ y Wendy Wischer. En Domingo Padrón Gallery de la 1518 Ponce de Leon, una muestra titulada “Barquito de papel, mi amigo fiel”, alude al caso ya comentado en este blog. Vale la pena llegarse y ver qué pasa. Luego, si tienes hambre, date un salto a la pizzería Archie’s de la 166 de Giralda. Te pides un carpaccio de salmón con una Peroni. O prueba la pizza Tricolore, con arúgula, tomate fresco, ricota, prosciutto... todo coronado con virutas de parmigiano reggiano, Mmmmm.