Por Amílcar Barca
Cántico: Nosotros … los que aquí estamos. Protegidos por la cultura de la calle, el ruido de las ideas, la noticia interior. Arropados por las notas de una ciudad y sus hijos. Bajo la sombra de la palma y el manglar, reteniendo lo que nos queda de febrero, sus hojas, el rumor obsceno del viento. Esperando y desesperando. Bohemios de pantalla e icono. Sucios de verdad. Irreverentes. Amamos la profecía de lo cotidiano en el artículo, lo mordaz, lo niño, lo elegante…lo común. Nosotros, pseudónimos de sobra célebres ante nuestro espejo de baño, compartimos el amor efímero en la respuesta, la loa, el insulto inteligente, la referencia política, la sexualidad oral --gracias Freud-- del adjetivo en el comentario, y el gusto por este pequeño pesebre. Los aquí presentes, puntuales a la cita del día-a-día, perseguimos la belleza de la provocación y luchamos para que este Miami no se nos muera con la pornografía de la desidia, ni en la oficialidad de sus sujetos públicos. Tercamente plurales, queremos llevar la dicha de Voltaire en los labios: “Detesto tus ideas, pero estoy dispuesto a morir por tu derecho a expresarlas”. ¡Ciudad...así despiertes este lunes!
lunes, 28 de febrero de 2005
domingo, 27 de febrero de 2005
Cine, máscara y atavismo
Por Rosie Inguanzo
Hoy es noche de Oscars. Noche de cine y glamour, noche de estrellas hollywoodences disputándose al dorado, masculino, musculoso y futurista esgrimista. Cuando vi a Hilary Swank en Million Dollar Baby, la relacioné enseguida con la estirpe de las Betty Davis, las Meryl Streep. Jamás vi a Swank detrás de la mujer empecinada en abrirse camino a puñetazos, en una huida voraz de una casa, una familia y un des-madre que pretendían aplastarla en una mediocre existencia. Su incisivo trabajo actoral recrea el empecinamiento de la luz por el intersticio…No es fácil esconderle al escrutinio del lente lo que somos (por elusivo que esto sea), para meticulosamente entregar a un otro: un personaje endógeno que nos alivie y nos redima. Ojalá que se vuelva a llevar el Oscar. Aunque he de confesar que no he visto a Annette Bening e intuyo que me va a eclipsar (he visto el movie track de Being Julia) con su actriz-diva desmaquillándose, triunfante y extenuada fiera, mientras un inmutable Jeremy Irons la humilla. Cate Blanchett también compite y tiene por condición esa rara luminosidad que emanan algunos seres… El actor es un ser inusual porque su arte se cimienta en el propio cuerpo, con sangre de su sangre, y no hay manera de evitar un desdoblamiento temporal, un convertirse en otro. Caprichoso exorcismo del yo: personaje-engendro, códice de las propias entrañas, hijo de la voluntad y el artificio. Su arte radica en las reacciones primordiales distribuidas en la máscara y el atavismo. Todavía hay quien dice que en Hollywood no se hacen buenas películas; aunque claro está, una sola película buena tira por el suelo su argumento. Pues allá van dos: Eternal Sunshine of the Spotless Mind y Sideways. Sacúdase el autoprejuicio y no pierda la fe en séptimo arte. Es noche de cine y tenemos por tradición reunirnos con unos amigos para ver los Oscars entre el vino y la exclamación.
Hoy es noche de Oscars. Noche de cine y glamour, noche de estrellas hollywoodences disputándose al dorado, masculino, musculoso y futurista esgrimista. Cuando vi a Hilary Swank en Million Dollar Baby, la relacioné enseguida con la estirpe de las Betty Davis, las Meryl Streep. Jamás vi a Swank detrás de la mujer empecinada en abrirse camino a puñetazos, en una huida voraz de una casa, una familia y un des-madre que pretendían aplastarla en una mediocre existencia. Su incisivo trabajo actoral recrea el empecinamiento de la luz por el intersticio…No es fácil esconderle al escrutinio del lente lo que somos (por elusivo que esto sea), para meticulosamente entregar a un otro: un personaje endógeno que nos alivie y nos redima. Ojalá que se vuelva a llevar el Oscar. Aunque he de confesar que no he visto a Annette Bening e intuyo que me va a eclipsar (he visto el movie track de Being Julia) con su actriz-diva desmaquillándose, triunfante y extenuada fiera, mientras un inmutable Jeremy Irons la humilla. Cate Blanchett también compite y tiene por condición esa rara luminosidad que emanan algunos seres… El actor es un ser inusual porque su arte se cimienta en el propio cuerpo, con sangre de su sangre, y no hay manera de evitar un desdoblamiento temporal, un convertirse en otro. Caprichoso exorcismo del yo: personaje-engendro, códice de las propias entrañas, hijo de la voluntad y el artificio. Su arte radica en las reacciones primordiales distribuidas en la máscara y el atavismo. Todavía hay quien dice que en Hollywood no se hacen buenas películas; aunque claro está, una sola película buena tira por el suelo su argumento. Pues allá van dos: Eternal Sunshine of the Spotless Mind y Sideways. Sacúdase el autoprejuicio y no pierda la fe en séptimo arte. Es noche de cine y tenemos por tradición reunirnos con unos amigos para ver los Oscars entre el vino y la exclamación.
sábado, 26 de febrero de 2005
Sábado: Último segundo
Por Alfredo Triff
Velocidad certera, presta, rauda. Velo, efugio, lienzo. Proyectil de trayectoria fija. Cabeza de plomo que rompe el aire senil del espacio. Va y hace surco que silba, cual sorda columna de aire contra las grietas de las rocas. Hay vida y sufrir de por medio, voluntad fracturada. Cosas inusitadas, portentosas. Qué capricho obliga a este hacer es una trama imposible. ¡Qué ardid! Trueno, silbido de bala que rompe y penetra en el mundo íntimo y secreto del pensamiento, que hace apenas un segundo fue su aliado. Se engañan víctima y victimario. Nada ha terminado. Ni siquiera el fin. El tiempo no importa para quien ya ha decidido. No hay testigos, ni prueba alguna, más allá del frío de la piel y el olor a pólvora. ¿Qué no somos aquí, ahora, que no fuimos después?
Velocidad certera, presta, rauda. Velo, efugio, lienzo. Proyectil de trayectoria fija. Cabeza de plomo que rompe el aire senil del espacio. Va y hace surco que silba, cual sorda columna de aire contra las grietas de las rocas. Hay vida y sufrir de por medio, voluntad fracturada. Cosas inusitadas, portentosas. Qué capricho obliga a este hacer es una trama imposible. ¡Qué ardid! Trueno, silbido de bala que rompe y penetra en el mundo íntimo y secreto del pensamiento, que hace apenas un segundo fue su aliado. Se engañan víctima y victimario. Nada ha terminado. Ni siquiera el fin. El tiempo no importa para quien ya ha decidido. No hay testigos, ni prueba alguna, más allá del frío de la piel y el olor a pólvora. ¿Qué no somos aquí, ahora, que no fuimos después?
viernes, 25 de febrero de 2005
Blogmento miamense
Por Adalberto Delgado
Reconozco la necesidad que tenemos de explicarlo todo o de hacer lucir nuestras mejores cualidades, sea como artistas, escritores o pensadores (o escribiendo notas para este blog). Hace días tuve la oportunidad de conocer a una persona completamente desconocida, pero (me atrevo a decir) un espíritu genuino. Le pregunte: ¿Cuál es tu mayor deseo? Me respondió: "Ninguno. La vida me ha enseñado a deshacerme de toda pretensión”. Su serenidad y humildad me sorprendieron. Vi en él al resto de la humanidad (la persona que me ocupa es un amante de lo básico y lo complejo en la vida misma). Ustedes se preguntarán, ¿Y qué tiene todo esto que ver con tumiamiblog? La única relación que le puedo encontrar es que este blog no sucedió en New York o en La Habana. No, se trata simple, estricta y llanamente de un momento exclusivamente miamense, nuestro.
Reconozco la necesidad que tenemos de explicarlo todo o de hacer lucir nuestras mejores cualidades, sea como artistas, escritores o pensadores (o escribiendo notas para este blog). Hace días tuve la oportunidad de conocer a una persona completamente desconocida, pero (me atrevo a decir) un espíritu genuino. Le pregunte: ¿Cuál es tu mayor deseo? Me respondió: "Ninguno. La vida me ha enseñado a deshacerme de toda pretensión”. Su serenidad y humildad me sorprendieron. Vi en él al resto de la humanidad (la persona que me ocupa es un amante de lo básico y lo complejo en la vida misma). Ustedes se preguntarán, ¿Y qué tiene todo esto que ver con tumiamiblog? La única relación que le puedo encontrar es que este blog no sucedió en New York o en La Habana. No, se trata simple, estricta y llanamente de un momento exclusivamente miamense, nuestro.
jueves, 24 de febrero de 2005
Mis Levi’s
Por Amílcar Barca
Nacieron con mi llegada aquí. Era un dos de Mayo de 1995 cuando el bullicio y el vaho de esta ciudad me reciben en un aeropuerto repleto de primavera y tráfico. Yo aún llevaba mi traje gris de Canalli y mi corbata de Hermés. Me vestí así para impresionar a las autoridades de inmigración y facilitarles, de este modo, su dicha con respecto a mi residencia. Pocas preguntas. Buena imagen. Yo era un “hombre de bien” –no lo duden que lo soy-- que tenía que abrirse camino como un tejano con sombrero de ala a lomos de un caballo rubio. ¡Ah! Me olvidé con un marlboro encendido mientras que, iniciando su cuenta atrás, el sunset me diera su bendición por haber pisado el paraíso. Pues bien, una semana más tarde mi suegra del momento me llevó a Sears y me obsequió con unos jeans Levi´s: ¡Bienvenido América! Ese oscuro objeto del deseo –gracias Buñuel--, me ha acompañado hasta hoy en la yerba de los parques y, sentado en la misma, he compartido algunas veces con el plenilunio, el olor exquisito de la otra hierba. He sentido el escozor horrible de la hormiga roja en mis muslos mientras me rascaba con obstinación con su algodón azul. Su etiqueta y sus bolsillos traseros han copado los stools en las noches sudorosas de Ocean Drive. En Tobacco Road me ha sido imposible competir en medio de cervezas y botines de cuero trabajado: los jeans bajo el efecto del Country & Blues son más jeans. Las cualidades son muchas: sus botones cobre, el bolsillo diminuto donde las quoras se mantienen más seguras, el permanente olor a cloro limpio después de lavarlos, sus discretos deshilachados con el tiempo o simplemente, el calor humano que transmite la tela cuando tu hija, sentada en las rodillas, te hace la observación de que hay que cambiarlos. ¡Pues no! En pocos meses, cuando acaben de preguntarme quién fue el tercer presidente, y cuál es la capital del país, con la mano derecha en mi pecho cantaré: Oh, say can you see by the dawn's early light... y agitaré mis roídos Levi´s –sin estar marchitados aún por la industria asiática-- en sustitución de la Star-Spangled Banner... (qué americano me he vuelto hoy que votamos la constitución europea).
Nacieron con mi llegada aquí. Era un dos de Mayo de 1995 cuando el bullicio y el vaho de esta ciudad me reciben en un aeropuerto repleto de primavera y tráfico. Yo aún llevaba mi traje gris de Canalli y mi corbata de Hermés. Me vestí así para impresionar a las autoridades de inmigración y facilitarles, de este modo, su dicha con respecto a mi residencia. Pocas preguntas. Buena imagen. Yo era un “hombre de bien” –no lo duden que lo soy-- que tenía que abrirse camino como un tejano con sombrero de ala a lomos de un caballo rubio. ¡Ah! Me olvidé con un marlboro encendido mientras que, iniciando su cuenta atrás, el sunset me diera su bendición por haber pisado el paraíso. Pues bien, una semana más tarde mi suegra del momento me llevó a Sears y me obsequió con unos jeans Levi´s: ¡Bienvenido América! Ese oscuro objeto del deseo –gracias Buñuel--, me ha acompañado hasta hoy en la yerba de los parques y, sentado en la misma, he compartido algunas veces con el plenilunio, el olor exquisito de la otra hierba. He sentido el escozor horrible de la hormiga roja en mis muslos mientras me rascaba con obstinación con su algodón azul. Su etiqueta y sus bolsillos traseros han copado los stools en las noches sudorosas de Ocean Drive. En Tobacco Road me ha sido imposible competir en medio de cervezas y botines de cuero trabajado: los jeans bajo el efecto del Country & Blues son más jeans. Las cualidades son muchas: sus botones cobre, el bolsillo diminuto donde las quoras se mantienen más seguras, el permanente olor a cloro limpio después de lavarlos, sus discretos deshilachados con el tiempo o simplemente, el calor humano que transmite la tela cuando tu hija, sentada en las rodillas, te hace la observación de que hay que cambiarlos. ¡Pues no! En pocos meses, cuando acaben de preguntarme quién fue el tercer presidente, y cuál es la capital del país, con la mano derecha en mi pecho cantaré: Oh, say can you see by the dawn's early light... y agitaré mis roídos Levi´s –sin estar marchitados aún por la industria asiática-- en sustitución de la Star-Spangled Banner... (qué americano me he vuelto hoy que votamos la constitución europea).
miércoles, 23 de febrero de 2005
La esperanza es una niña
Por Carmen Díaz
Tengo una niñita nueva en la casa. Nació hace apenas seis días y se parece al amor. Su abuela, una amiga común de muchos blogeros, vive en Tampa. Mañana se irán en caravana a la ciudad de tabaqueros y discursos martianos. La niña está sana. Sana como casi ninguno de nosotros. Y frágil, como muchos de nosotros. Sólo que su fragilidad se mide en hipos y pañales mojados y la nuestra en una total incapacidad para cambiar la historia. Para cambiar la guerra, los atentados suicidas, los secuestros, las Marías llenas de heroína, la trilogía sucia de mi islita: castropatriarevolución, los crímenes de odio, la xenofobia, la homofobia, el racismo y el hambre, hambre que aquí parece tan extraña cuando todo el mundo vive atento de una dieta. La niñita es tan feliz, tan rodeada de amor, tan con ese pan que ya sabemos bajo el brazo, que recuerda a la esperanza. Nazim Hikmet, un poeta turco, que ya nadie recuerda porque su ideología (probablemente gracias a Dios) se derrumbó con el muro de Berlín, escribió un día, “esperanza, esperanza, esperanza,… la esperanza es el hombre”. Y la niñita, una vez más, se parece a la esperanza. Llora con fuerza como gritándonos que no quiere un mundo sórdido, ni contaminado, ni con guerra, ni con armas de exterminio masivo, ni con dictadores vitalicios, ni con la envidia que también acaba con los humanos. Dan ganas de vivir sus manitas que se estrujan contra la cara diminuta, sus ojitos azulosos de recién nacido, sus ansias feroces por chupar, su medio sonreír cuando escucha cuartetos de Mozart. Ha nacido una niña nueva en Miami. Por eso mismo hay que creer en el amor… que todo lo puede. Y recuperar la esperanza.
Tengo una niñita nueva en la casa. Nació hace apenas seis días y se parece al amor. Su abuela, una amiga común de muchos blogeros, vive en Tampa. Mañana se irán en caravana a la ciudad de tabaqueros y discursos martianos. La niña está sana. Sana como casi ninguno de nosotros. Y frágil, como muchos de nosotros. Sólo que su fragilidad se mide en hipos y pañales mojados y la nuestra en una total incapacidad para cambiar la historia. Para cambiar la guerra, los atentados suicidas, los secuestros, las Marías llenas de heroína, la trilogía sucia de mi islita: castropatriarevolución, los crímenes de odio, la xenofobia, la homofobia, el racismo y el hambre, hambre que aquí parece tan extraña cuando todo el mundo vive atento de una dieta. La niñita es tan feliz, tan rodeada de amor, tan con ese pan que ya sabemos bajo el brazo, que recuerda a la esperanza. Nazim Hikmet, un poeta turco, que ya nadie recuerda porque su ideología (probablemente gracias a Dios) se derrumbó con el muro de Berlín, escribió un día, “esperanza, esperanza, esperanza,… la esperanza es el hombre”. Y la niñita, una vez más, se parece a la esperanza. Llora con fuerza como gritándonos que no quiere un mundo sórdido, ni contaminado, ni con guerra, ni con armas de exterminio masivo, ni con dictadores vitalicios, ni con la envidia que también acaba con los humanos. Dan ganas de vivir sus manitas que se estrujan contra la cara diminuta, sus ojitos azulosos de recién nacido, sus ansias feroces por chupar, su medio sonreír cuando escucha cuartetos de Mozart. Ha nacido una niña nueva en Miami. Por eso mismo hay que creer en el amor… que todo lo puede. Y recuperar la esperanza.
martes, 22 de febrero de 2005
Casquitos de guayaba para ti
Por Rosie Inguanzo
Cuentos fotogramas: El hermetismo suicida de aquella joven batida por la brisa de Guanabo y la desesperación quieta de la locura (garra que tan bien conoció Cabrera Infante), en “Abril es el mes más cruel”; la pareja de exhaustos amantes merendando en El Carmelo o en La Rampa (que no por casualidad está al lado del cine...), el batido de helado de chocolate, el club sándwich a medio comer sobre el mantel de hule... el toque de tambor donde se fragua el adiós, en “El gran Ebó”. Registro gráfico de un escritor que amó la noche, la ciudad y Un oficio del siglo XX, el cine. Cabrera se planteó sus libros como películas, lente verbal que trazara hechuras y ocultamientos. Me mortifica que muera Cabrera Infante y que no halla tenido la última palabra, el epitafio tras la muerte del tirano. Nada como su chispa verbal, la degustación de la palabra y su profanación, la sensual manipulación del significado. Cuentan que después de renunciar al cargo diplomático en Bruselas, contempló la posibilidad de establecerse en España, pero que desistió por una razón ineludible, poderosa: no podía soportar la tortura de ver Casablanca doblada por actores españoles. Bogart entre el humo y la bruma del bar “ –¡He tío, te voy a dar un tortazo!”, bastó para que el cinéfilo recogiera sus tarecos y se estableciera en Londres. Hace una semana un querido amigo, lente en mano, se fue a Londres para fotografiarlo. Miriam eludió la visita entre hospitales y una llovizna pertinaz. Mi amigo y su esposa colocaron frente a la puerta de la casa los casquitos de guayaba por encargo, como especie de tributo, y se fueron. ¿Hacia dónde mueren los poetas? ¿A qué fondo de imágenes se cae? ¿Cómo será la vista del amanecer sobre el trópico, desde la muerte?
Cuentos fotogramas: El hermetismo suicida de aquella joven batida por la brisa de Guanabo y la desesperación quieta de la locura (garra que tan bien conoció Cabrera Infante), en “Abril es el mes más cruel”; la pareja de exhaustos amantes merendando en El Carmelo o en La Rampa (que no por casualidad está al lado del cine...), el batido de helado de chocolate, el club sándwich a medio comer sobre el mantel de hule... el toque de tambor donde se fragua el adiós, en “El gran Ebó”. Registro gráfico de un escritor que amó la noche, la ciudad y Un oficio del siglo XX, el cine. Cabrera se planteó sus libros como películas, lente verbal que trazara hechuras y ocultamientos. Me mortifica que muera Cabrera Infante y que no halla tenido la última palabra, el epitafio tras la muerte del tirano. Nada como su chispa verbal, la degustación de la palabra y su profanación, la sensual manipulación del significado. Cuentan que después de renunciar al cargo diplomático en Bruselas, contempló la posibilidad de establecerse en España, pero que desistió por una razón ineludible, poderosa: no podía soportar la tortura de ver Casablanca doblada por actores españoles. Bogart entre el humo y la bruma del bar “ –¡He tío, te voy a dar un tortazo!”, bastó para que el cinéfilo recogiera sus tarecos y se estableciera en Londres. Hace una semana un querido amigo, lente en mano, se fue a Londres para fotografiarlo. Miriam eludió la visita entre hospitales y una llovizna pertinaz. Mi amigo y su esposa colocaron frente a la puerta de la casa los casquitos de guayaba por encargo, como especie de tributo, y se fueron. ¿Hacia dónde mueren los poetas? ¿A qué fondo de imágenes se cae? ¿Cómo será la vista del amanecer sobre el trópico, desde la muerte?
lunes, 21 de febrero de 2005
La izquierda, algunas mujeres y los americanos
Por Reinaldo Bragado
Los ideólogos de izquierda son como algunas mujeres, no soportan la belleza ajena. La novia de un amigo aseguraba que todas las mujeres tenían defectos. Desde bailarinas hasta gimnastas ninguna se salvaba. Pero un día la novia de mi amigo fue a verlo a su trabajo y coincidió con una modelo de las que constituyen una prueba fehaciente de la existencia de Dios y de su capacidad de crear obras perfectas. Mi amigo las presentó y, tras unas palabras de cortesía, la modelo se fue. Cuando estuvo solo con su novia, mi amigo le preguntó qué le parecía la modelo. La respuesta fue de antología: “¡qué mal aliento tiene!”Hace años leí Why People Believe Weird Things, de Michael Shermer, 1997. Algo me decía que en ese libro había argumentos para explicar la conducta de personas apegadas a ciertas ideologías. Lo busqué en mi biblioteca y volví a leerlo. El autor hace referencia a Jay Stuart Snelson, quien califica a la resistencia que hacen las personas a cambiar de ideas básicas de ideological immune system. De acuerdo a Snelson, mientras más conocimientos las personas hayan acumulado y mientras más bien fundadas estén sus teorías, más grande será la confianza en sus ideologías. Esto implica que las personas levantan muros de inmunidad contra las ideas que no corroboren las que ya tienen. Los historiadores de la ciencia, según Shermer, llaman a esto Planck problem (el problema de Planck), llamado así por el físico Max Planck quien dijo: “Es muy raro que una innovación científica importante se abra camino gradualmente convirtiendo y ganando a sus oponentes: raramente sucede que Saul se convierte en Paul. Lo que sucede es que sus oponentes gradualmente mueren y que las generaciones nuevas se familiarizan con la idea desde el comienzo”. Me parece que el párrafo de Planck es esclarecedor. En el caso que me ocupa, a los ojos de la izquierda, los americanos siempre tienen mal aliento.
Los ideólogos de izquierda son como algunas mujeres, no soportan la belleza ajena. La novia de un amigo aseguraba que todas las mujeres tenían defectos. Desde bailarinas hasta gimnastas ninguna se salvaba. Pero un día la novia de mi amigo fue a verlo a su trabajo y coincidió con una modelo de las que constituyen una prueba fehaciente de la existencia de Dios y de su capacidad de crear obras perfectas. Mi amigo las presentó y, tras unas palabras de cortesía, la modelo se fue. Cuando estuvo solo con su novia, mi amigo le preguntó qué le parecía la modelo. La respuesta fue de antología: “¡qué mal aliento tiene!”Hace años leí Why People Believe Weird Things, de Michael Shermer, 1997. Algo me decía que en ese libro había argumentos para explicar la conducta de personas apegadas a ciertas ideologías. Lo busqué en mi biblioteca y volví a leerlo. El autor hace referencia a Jay Stuart Snelson, quien califica a la resistencia que hacen las personas a cambiar de ideas básicas de ideological immune system. De acuerdo a Snelson, mientras más conocimientos las personas hayan acumulado y mientras más bien fundadas estén sus teorías, más grande será la confianza en sus ideologías. Esto implica que las personas levantan muros de inmunidad contra las ideas que no corroboren las que ya tienen. Los historiadores de la ciencia, según Shermer, llaman a esto Planck problem (el problema de Planck), llamado así por el físico Max Planck quien dijo: “Es muy raro que una innovación científica importante se abra camino gradualmente convirtiendo y ganando a sus oponentes: raramente sucede que Saul se convierte en Paul. Lo que sucede es que sus oponentes gradualmente mueren y que las generaciones nuevas se familiarizan con la idea desde el comienzo”. Me parece que el párrafo de Planck es esclarecedor. En el caso que me ocupa, a los ojos de la izquierda, los americanos siempre tienen mal aliento.
domingo, 20 de febrero de 2005
¿Puede haber pureza?
Por Alfredo Triff
¿Existe la pureza? Míralo en los ojos del niño o la sonrisa de esa joven. ¿No será que la deseamos tanto porque es tan elusiva? La “bendita ignorancia”, como la llama Gracián. Lo puro no tiene mancha. Parece un sueño. Ahí están las carnicerías de Auschwitz, Cambodia, Bosnia y Ruanda en nombre de la pureza. Será que no hay nada puro o impuro en sí mismo... “el sexo no es impuro, la coerción sí” --amonesta Simone Weill. ¿Será la pureza una forma de no poder ver el mal donde el mal no existe? (“Inventar el mal de la nada es diabólico”, indicaba Adrian Leverkuhn en Dr. Faustus.) Una paranoia moderna es ver el mal en todas partes. Quizá la bendición de la pureza es no poder ser pura. Cesare Pavese recuerda: “El amor que da es puro, el que toma es impuro”. No hablo de eros, sino de agape. En esa vena amar puramente es no poseer, sino admirar, deleitarse en lo que no se tiene. Dar sin recibir. Ahora veo que salté de la pureza al amor... y es que son afines. ¿Puede haber pureza en el egoísmo? Qué fuerte el ego... pero hasta amarse demasiado es nocivo. Eros se me asoma. Lucrecio mantiene que en ocasiones el sexo nos ofrece pureza pues nos libera de nosotros mismos (“la jaula del ego” de los moralistas alemanes.) ¿Y el deseo? Ahí... sigiloso, presto a arrebatarnos hasta la cima del éxtasis. “Lo perverso es sagrado” me susurra Baudelaire. ¿A quién creer? Somos cuerpos y mentes. Una combinación dinámica, trepidante. La pureza es un descanso, un albor estremecido que ampara al errabundo. El paraíso es puro, pero ignorante. Sólo pido esto a la fortuna: dame el dolor, la pasión, la duda y la suerte de poder refrenarlos.
¿Existe la pureza? Míralo en los ojos del niño o la sonrisa de esa joven. ¿No será que la deseamos tanto porque es tan elusiva? La “bendita ignorancia”, como la llama Gracián. Lo puro no tiene mancha. Parece un sueño. Ahí están las carnicerías de Auschwitz, Cambodia, Bosnia y Ruanda en nombre de la pureza. Será que no hay nada puro o impuro en sí mismo... “el sexo no es impuro, la coerción sí” --amonesta Simone Weill. ¿Será la pureza una forma de no poder ver el mal donde el mal no existe? (“Inventar el mal de la nada es diabólico”, indicaba Adrian Leverkuhn en Dr. Faustus.) Una paranoia moderna es ver el mal en todas partes. Quizá la bendición de la pureza es no poder ser pura. Cesare Pavese recuerda: “El amor que da es puro, el que toma es impuro”. No hablo de eros, sino de agape. En esa vena amar puramente es no poseer, sino admirar, deleitarse en lo que no se tiene. Dar sin recibir. Ahora veo que salté de la pureza al amor... y es que son afines. ¿Puede haber pureza en el egoísmo? Qué fuerte el ego... pero hasta amarse demasiado es nocivo. Eros se me asoma. Lucrecio mantiene que en ocasiones el sexo nos ofrece pureza pues nos libera de nosotros mismos (“la jaula del ego” de los moralistas alemanes.) ¿Y el deseo? Ahí... sigiloso, presto a arrebatarnos hasta la cima del éxtasis. “Lo perverso es sagrado” me susurra Baudelaire. ¿A quién creer? Somos cuerpos y mentes. Una combinación dinámica, trepidante. La pureza es un descanso, un albor estremecido que ampara al errabundo. El paraíso es puro, pero ignorante. Sólo pido esto a la fortuna: dame el dolor, la pasión, la duda y la suerte de poder refrenarlos.
sábado, 19 de febrero de 2005
Innovaciones formales en seis acápites
Por tumiamiblog
Buenos días de sábado, Miami. Ya pasamos de los 19,000 hits y estamos cambiando el “look”. 1- Eliminamos los "seudo" blogs que ni siquiera se mantienen al día (además los blogueros no los visitaban). 2- Subimos la sección de “otros blogs” para dar la oportunidad de “polinizar” información entre revistas virtuales, como cubista, de Néstor Díaz de Villegas. 3- Con el respeto de la lista larga de blogueros que nos acompañan desde septiembre del año pasado, volvemos a los “blogueros destacados”, es decir, esos que nos acompañan en las trincheras. Si se me olvida alguno díganlo. 4- Seguimos con nuestro destacado de la semana, en el que señalamos aspectos culturales que nos llegan y que tienen vigencia. Isa Alfonso recomendó hacer un survey para esa sección (no es mala idea). Me parece que el domingo podríamos –para los curiosos-- dedicarlo a fundamentar esa selección semanal. 5- En el de Qué piensas de tumiami ganan “es como la materva” y “eleva el pensamiento a las alturas”. Gracias. 6- A nuestros colaboradores: no nos olviden. A los blogueros, rieguen la bola. A los visitantes (que no son blogueros aún), no seas tan penoso/a; deja una nota. Iníciate.
Buenos días de sábado, Miami. Ya pasamos de los 19,000 hits y estamos cambiando el “look”. 1- Eliminamos los "seudo" blogs que ni siquiera se mantienen al día (además los blogueros no los visitaban). 2- Subimos la sección de “otros blogs” para dar la oportunidad de “polinizar” información entre revistas virtuales, como cubista, de Néstor Díaz de Villegas. 3- Con el respeto de la lista larga de blogueros que nos acompañan desde septiembre del año pasado, volvemos a los “blogueros destacados”, es decir, esos que nos acompañan en las trincheras. Si se me olvida alguno díganlo. 4- Seguimos con nuestro destacado de la semana, en el que señalamos aspectos culturales que nos llegan y que tienen vigencia. Isa Alfonso recomendó hacer un survey para esa sección (no es mala idea). Me parece que el domingo podríamos –para los curiosos-- dedicarlo a fundamentar esa selección semanal. 5- En el de Qué piensas de tumiami ganan “es como la materva” y “eleva el pensamiento a las alturas”. Gracias. 6- A nuestros colaboradores: no nos olviden. A los blogueros, rieguen la bola. A los visitantes (que no son blogueros aún), no seas tan penoso/a; deja una nota. Iníciate.
viernes, 18 de febrero de 2005
Aforismos miamenses
Por Ediciones Chencha
(Ediciones Chencha solicita la aportación de otros blogueros de tumiami para enriquecer el contenido de estos apotegmas)
1- Podrás cambiar de ciudad, pero no de pozo.
2- Para encontrarte en lo infinito has de diferenciar entre una croqueta de yuca del Versailles y una "imitación" de la sagüesera.
3- Para subir al cielo párate en el mismo centro del puente de Key Biscayne.
4- Un bote de 50 pies descansa sobre la tierra: la imagen del despelote. Los perseverantes choferes son aniquilados por una batahola de veleros, yates y ricos navíos que obstaculizan el tráfico de la ciudad. El Boat Show es como un cardumen de peces fuera del agua.
5- Cualquier camino te regresa a ...
6- Rumba miamera: Desbarajuste de caderas... sofoque del corazón. Co-ra-zón que sólo piensa en sabrosearse hasta caerse muerto.
(Ediciones Chencha solicita la aportación de otros blogueros de tumiami para enriquecer el contenido de estos apotegmas)
1- Podrás cambiar de ciudad, pero no de pozo.
2- Para encontrarte en lo infinito has de diferenciar entre una croqueta de yuca del Versailles y una "imitación" de la sagüesera.
3- Para subir al cielo párate en el mismo centro del puente de Key Biscayne.
4- Un bote de 50 pies descansa sobre la tierra: la imagen del despelote. Los perseverantes choferes son aniquilados por una batahola de veleros, yates y ricos navíos que obstaculizan el tráfico de la ciudad. El Boat Show es como un cardumen de peces fuera del agua.
5- Cualquier camino te regresa a ...
6- Rumba miamera: Desbarajuste de caderas... sofoque del corazón. Co-ra-zón que sólo piensa en sabrosearse hasta caerse muerto.
jueves, 17 de febrero de 2005
Relieve jurásico
Por Alfredo Triff
La mente alza el vuelo. Las cosas tienen un sigilo, como cuando se mira cara a cara lo otro. Mirada próxima y convulsa desde la goma de mi auto, de donde un relieve jurásico me observa con escueta frialdad. Verde artero que se aventura en la tierra de los gatos. Vigilancia extremante, de ojo a ojo. Imagino que por primera vez en mucho tiempo, alguien no disimula. ¿Qué somos? Acechamos absortos, con el universo a las espaldas. Él y yo. Luego, el nervio del análisis pausa, aunque no lo parezca. Sus ojos juegan con el latido del verbo, como quien coteje el hueco del chance. Un viso de antipatía me llega desde lo inevitable de su especie. De repente, un felino se interpone entre los dos... sigilosamente. No el reptil, que figura tan cerca del zarpazo. Pero nadie podrá verlo, pues nunca se mata lo inerte. El gato se aproxima y casi lo toca con su aliento. Gato receloso, mesurado, sagaz. Cada segundo es una eternidad, y todo se funde en el pulso de la nada. La presa se petrifica en sí misma, se convierte en caucho negro. Y admiro su estoicismo frente a la faz hambrienta de la muerte. Su ojo basáltico nada siente, nada mira. Hasta su miedo se ha muerto. Y el felino le pasa de lado y roza con su dermis peluda esas escamas remotas y callosas. Nada se inmuta, excepto ese ojo oblicuo que lo sigue, en sístole, hasta la misma esquina de su cuenca. Ojo a ojo dentro del saurio universo. Las cosas tienen ese sentido refractario... y en su perspectiva entran a galope: a las doce del día de un cielo sin nubes y un sol que raja las piedras.
La mente alza el vuelo. Las cosas tienen un sigilo, como cuando se mira cara a cara lo otro. Mirada próxima y convulsa desde la goma de mi auto, de donde un relieve jurásico me observa con escueta frialdad. Verde artero que se aventura en la tierra de los gatos. Vigilancia extremante, de ojo a ojo. Imagino que por primera vez en mucho tiempo, alguien no disimula. ¿Qué somos? Acechamos absortos, con el universo a las espaldas. Él y yo. Luego, el nervio del análisis pausa, aunque no lo parezca. Sus ojos juegan con el latido del verbo, como quien coteje el hueco del chance. Un viso de antipatía me llega desde lo inevitable de su especie. De repente, un felino se interpone entre los dos... sigilosamente. No el reptil, que figura tan cerca del zarpazo. Pero nadie podrá verlo, pues nunca se mata lo inerte. El gato se aproxima y casi lo toca con su aliento. Gato receloso, mesurado, sagaz. Cada segundo es una eternidad, y todo se funde en el pulso de la nada. La presa se petrifica en sí misma, se convierte en caucho negro. Y admiro su estoicismo frente a la faz hambrienta de la muerte. Su ojo basáltico nada siente, nada mira. Hasta su miedo se ha muerto. Y el felino le pasa de lado y roza con su dermis peluda esas escamas remotas y callosas. Nada se inmuta, excepto ese ojo oblicuo que lo sigue, en sístole, hasta la misma esquina de su cuenca. Ojo a ojo dentro del saurio universo. Las cosas tienen ese sentido refractario... y en su perspectiva entran a galope: a las doce del día de un cielo sin nubes y un sol que raja las piedras.
miércoles, 16 de febrero de 2005
Catarro y trucutú
Por Rosie Inguanzo
Época de catarros. De flu, de resfríos, de virus. Mala noche, tos pertinaz y subrepticia. Inexplicables estornudos: caja pectoral supeditada a estruendosas sacudidas. Vienen monstruos de visita y uno tose que tose, escupe que escupe. Si me tapo me ahogo y si no me tapo me da más tos. Dolor de garganta, de pecho, de articulaciones, de estómago... Dolor de alma. Nariz tupida, congestionados airways, nariz exageradamente agrandada. Enfrento la visión negroide en el espejito del baño: efecto Breathe Right Nasal Strips. Ojeras purpúreas y fantasmales, pelos parados, ojos rojos de lagartijo atropellado. Que no me vea mi consorte asexuada y disfrazada de vagabunda haciendo pipi. Estudio las grotescas secreciones para seguirle los pasos a la infección y omito los detalles. Jarabes a granel: verde fluorescente con sabor a rayo encendio, rojo codeínico, anaranjado malaza. Cocimientos de tomillo con una hojita de laurel, de jengibre con manzanilla, toneladas de limón y miel. Nada será tan efectivo como un buen palo en la cabeza otorgado por la maternal Hattie McDaniel (Gone with the wind). Miami es sudoroso desperdicio de extenuadas fiebres que apunto en mi entropía. Catarro y trucutú. Saco un librito y leo: “Exprima usted entre el pulgar y el índice un pequeño limón verde/ traído de la Martinica. / Tome el zumo de una piña cultivada en Barbados por brujos mexicanos. / Tome dos o tres gotas de elixir de maracuyá, y media botella de un ron fabricado en Guyana... / Luego procure que la mezcla sea removida / por un sirviente negro con ojos de color violeta. / Sólo entonces añadirá, discretamente, dos gotas del licor seminal de un adolescente, / y otras dos de leche de cabra de Surinam.” Hurgo en la cura incorpórea de Gastón Baquero y sus Poemas invisibles.
Época de catarros. De flu, de resfríos, de virus. Mala noche, tos pertinaz y subrepticia. Inexplicables estornudos: caja pectoral supeditada a estruendosas sacudidas. Vienen monstruos de visita y uno tose que tose, escupe que escupe. Si me tapo me ahogo y si no me tapo me da más tos. Dolor de garganta, de pecho, de articulaciones, de estómago... Dolor de alma. Nariz tupida, congestionados airways, nariz exageradamente agrandada. Enfrento la visión negroide en el espejito del baño: efecto Breathe Right Nasal Strips. Ojeras purpúreas y fantasmales, pelos parados, ojos rojos de lagartijo atropellado. Que no me vea mi consorte asexuada y disfrazada de vagabunda haciendo pipi. Estudio las grotescas secreciones para seguirle los pasos a la infección y omito los detalles. Jarabes a granel: verde fluorescente con sabor a rayo encendio, rojo codeínico, anaranjado malaza. Cocimientos de tomillo con una hojita de laurel, de jengibre con manzanilla, toneladas de limón y miel. Nada será tan efectivo como un buen palo en la cabeza otorgado por la maternal Hattie McDaniel (Gone with the wind). Miami es sudoroso desperdicio de extenuadas fiebres que apunto en mi entropía. Catarro y trucutú. Saco un librito y leo: “Exprima usted entre el pulgar y el índice un pequeño limón verde/ traído de la Martinica. / Tome el zumo de una piña cultivada en Barbados por brujos mexicanos. / Tome dos o tres gotas de elixir de maracuyá, y media botella de un ron fabricado en Guyana... / Luego procure que la mezcla sea removida / por un sirviente negro con ojos de color violeta. / Sólo entonces añadirá, discretamente, dos gotas del licor seminal de un adolescente, / y otras dos de leche de cabra de Surinam.” Hurgo en la cura incorpórea de Gastón Baquero y sus Poemas invisibles.
martes, 15 de febrero de 2005
Impresiones desde Mérida
Por Marcia Morgado
Lento discurre el tiempo. El carbón encendido juguetea con una cascada hecha de remanentes de la construcción: frugalidad. Humo perfumado de bosques y tradición. Afuera se escucha una infantil corneta: ¡el panadero! Pan fresco, tortillas de maíz y harina para acompañar las delicias caseras: paté criollo, crema de ají picante, chicharrones, fajitas, frijoles refritos. Preludio a una tarde dominical entre amigos. Esa única e incomparable familia compuesta de momentos compartidos, de alegrías y tristezas, de sueños hechos realidad. Red de apoyo incondicional. Como los grandes amores. Que de eso se trata la amistad. A la mañana siguiente desayunamos papaya, níspero y mamey, panecillos recién horneados, mermeladas caseras –exquisita la de tomate con naranja– y café con leche. Armonía. La vida es generosa, me digo, sentada bajo la sombra de la típica palapa en el hogareño patio de Casa Ana (www.casaana.com), Bed & Breaskfast hecho de ilusión y tesón por dos cubanas quienes después de vivir largos años en Miami optaron por ubicarse en la capital yucateca. La casa vibra con calor criollo. Andando un puñado de cuadras se llega al dinámico zócalo de la Ciudad Blanca, lleno de música y alegría. En sus alrededores viven algunas amigas, y la promesa de las que llegarán. Haciendo de esa ciudad conectada a Cuba desde antaño un sitio idóneo donde refugiarse, donde arrebujarse en la seguridad de lo familiar. Otros como Saúl llevan años. El propietario de Casa San Juan (www.casasanjuan.com), Bed & Breakfast con un acogedor patio interior donde proliferan las heliconias y los jengibres, es un cubano que después de recorrer medio mundo se instaló Mérida. Donde el ritmo invita a relajarse, a tomar la vida sosegadamente, a saludar a los vecinos y dar largas caminatas perfumadas de jazmín, galán de noche o las fragantes mariposas. Un lugar donde es posible hacer de la madurez un canto a la vida. Donde amar y ser. Donde vivir en "presente", ése al que se refería Octavio Paz; su imagen engalana una moneda de 20 pesos. El presente es lo único que tenemos. El mío aquí, arropada bajo la palapa de la amistad. Del amor. De la vida misma en su enriquecedor transcurrir.
Lento discurre el tiempo. El carbón encendido juguetea con una cascada hecha de remanentes de la construcción: frugalidad. Humo perfumado de bosques y tradición. Afuera se escucha una infantil corneta: ¡el panadero! Pan fresco, tortillas de maíz y harina para acompañar las delicias caseras: paté criollo, crema de ají picante, chicharrones, fajitas, frijoles refritos. Preludio a una tarde dominical entre amigos. Esa única e incomparable familia compuesta de momentos compartidos, de alegrías y tristezas, de sueños hechos realidad. Red de apoyo incondicional. Como los grandes amores. Que de eso se trata la amistad. A la mañana siguiente desayunamos papaya, níspero y mamey, panecillos recién horneados, mermeladas caseras –exquisita la de tomate con naranja– y café con leche. Armonía. La vida es generosa, me digo, sentada bajo la sombra de la típica palapa en el hogareño patio de Casa Ana (www.casaana.com), Bed & Breaskfast hecho de ilusión y tesón por dos cubanas quienes después de vivir largos años en Miami optaron por ubicarse en la capital yucateca. La casa vibra con calor criollo. Andando un puñado de cuadras se llega al dinámico zócalo de la Ciudad Blanca, lleno de música y alegría. En sus alrededores viven algunas amigas, y la promesa de las que llegarán. Haciendo de esa ciudad conectada a Cuba desde antaño un sitio idóneo donde refugiarse, donde arrebujarse en la seguridad de lo familiar. Otros como Saúl llevan años. El propietario de Casa San Juan (www.casasanjuan.com), Bed & Breakfast con un acogedor patio interior donde proliferan las heliconias y los jengibres, es un cubano que después de recorrer medio mundo se instaló Mérida. Donde el ritmo invita a relajarse, a tomar la vida sosegadamente, a saludar a los vecinos y dar largas caminatas perfumadas de jazmín, galán de noche o las fragantes mariposas. Un lugar donde es posible hacer de la madurez un canto a la vida. Donde amar y ser. Donde vivir en "presente", ése al que se refería Octavio Paz; su imagen engalana una moneda de 20 pesos. El presente es lo único que tenemos. El mío aquí, arropada bajo la palapa de la amistad. Del amor. De la vida misma en su enriquecedor transcurrir.
lunes, 14 de febrero de 2005
Menuda excepción
Ella llegó a su clase de filosofía sin saber lo que tomaría curso. Desde entonces fuimos para algún otro lugar y para algún otro. Un pacto cifrado se iba conformando en la mirada. El experimento de saber que no sabíamos. Él quedó atónito y ella circunspecta. Soy la misma muchacha... pero ahora te entrego la vida junto al café de la mañana. Y es que el cielo del amor no está previsto ni por Dios porque lo lían diosecitos solemnes y antojadizos. Por ti me muestro múltiple, articulo la diferencia y la contradicción, cazo coincidencias.
Sobre el amor
Por Amílcar Barca
Celebrar la vida es un derecho propio del ser humano. Lo hacemos, por ejemplo, cuando el día y el mes del año en curso coinciden con el día y el mes de nuestro año cero. Al soplar las velas, una memoria rápida nos devuelve aquellos acontecimientos por los cuales vale la pena hacer la cama cada día aunque, en algún momento, aparezca alguna que otra amargura en el pastel. Pero ¿qué pasa cuándo el amor, o la razón para seguir viviendo, se trunca porque un carcinoma nos pudre por dentro? ¿Qué sucede si la memoria cotidiana no nos permite acercar la cuchara de la sopa a la boca? o, simplemente, ¿qué hacer si, después de una lucha a muerte por una meta determinada, una enfermedad incurable y dolorosa cercena nuestras expectativas y nos deja sin la mínima y necesaria calidad de vida? En el Lincoln Theater están exhibiendo dos films sobre estas cuestiones donde el amor y la muerte están presentes --sin el epíteto “sutil”, como a veces ocurre sino de una manera abierta: One Million Dollar Baby y The Sea Inside. El tema que hoy me ocupa no es la calidad formal que nos confiere estas películas -incuestionable por cierto- sino cómo la misma se acopla para mostrar el derecho a una muerte digna de los protagonistas, es decir, como el derecho libre y consensuado llamado eutanasia se equilibra en sus decisiones. Si algún día, el susodicho que escribe, se viera incapacitado para elaborar un artículo o le faltaran los sentidos básicos para apreciar la piel de una mujer, la textura de un naranja, el olor del jazmín o las melodías de Mahler, les pediría que en nombre de la amistad, me ayudaran a despedir este microcosmo donde habitamos. En un día tan señalado como hoy les deseo que el amor a una vida digna les acompañe para siempre con sus seres queridos: Happy Valentine´s.
Celebrar la vida es un derecho propio del ser humano. Lo hacemos, por ejemplo, cuando el día y el mes del año en curso coinciden con el día y el mes de nuestro año cero. Al soplar las velas, una memoria rápida nos devuelve aquellos acontecimientos por los cuales vale la pena hacer la cama cada día aunque, en algún momento, aparezca alguna que otra amargura en el pastel. Pero ¿qué pasa cuándo el amor, o la razón para seguir viviendo, se trunca porque un carcinoma nos pudre por dentro? ¿Qué sucede si la memoria cotidiana no nos permite acercar la cuchara de la sopa a la boca? o, simplemente, ¿qué hacer si, después de una lucha a muerte por una meta determinada, una enfermedad incurable y dolorosa cercena nuestras expectativas y nos deja sin la mínima y necesaria calidad de vida? En el Lincoln Theater están exhibiendo dos films sobre estas cuestiones donde el amor y la muerte están presentes --sin el epíteto “sutil”, como a veces ocurre sino de una manera abierta: One Million Dollar Baby y The Sea Inside. El tema que hoy me ocupa no es la calidad formal que nos confiere estas películas -incuestionable por cierto- sino cómo la misma se acopla para mostrar el derecho a una muerte digna de los protagonistas, es decir, como el derecho libre y consensuado llamado eutanasia se equilibra en sus decisiones. Si algún día, el susodicho que escribe, se viera incapacitado para elaborar un artículo o le faltaran los sentidos básicos para apreciar la piel de una mujer, la textura de un naranja, el olor del jazmín o las melodías de Mahler, les pediría que en nombre de la amistad, me ayudaran a despedir este microcosmo donde habitamos. En un día tan señalado como hoy les deseo que el amor a una vida digna les acompañe para siempre con sus seres queridos: Happy Valentine´s.
domingo, 13 de febrero de 2005
Pondera las cosas pequeñas
Por tumiamiblog
Chuan-Tzu dijo: El relámpago no es una lámpara en tu mano, es más bien un destello que ilumina tu camino. Es bello. Haz visto el camino, sabes que está ahí. "No entiendo maestro" --indicó el discípulo. Chuan-Tzu entonces le dijo: Una vez, dos hombres se perdieron en el bosque en una noche muy oscura. Uno de ellos era un filósofo, el otro era místico. De repente, estalló una tormenta; las nubes se abrieron y dejaron salir magnos relámpagos. El filósofo miró al cielo, el místico mantuvo la vista en el camino. El filósofo exclamó: “¿Qué está pasando?” y perdió su rumbo. El relámpago le dijo: “Estás perdido en un bosque más denso que el de tu historia. Mantén tu vista en el sendero. Si me miras a mí, perderás tu oportunidad. Nunca me repito. Recuerda, es raro cuando la eternidad penetra en el tiempo. Pondera las cosas pequeñas. Y si les aportas la cualidad de un amor intenso y apasionado, se harán luminosas."
Chuan-Tzu dijo: El relámpago no es una lámpara en tu mano, es más bien un destello que ilumina tu camino. Es bello. Haz visto el camino, sabes que está ahí. "No entiendo maestro" --indicó el discípulo. Chuan-Tzu entonces le dijo: Una vez, dos hombres se perdieron en el bosque en una noche muy oscura. Uno de ellos era un filósofo, el otro era místico. De repente, estalló una tormenta; las nubes se abrieron y dejaron salir magnos relámpagos. El filósofo miró al cielo, el místico mantuvo la vista en el camino. El filósofo exclamó: “¿Qué está pasando?” y perdió su rumbo. El relámpago le dijo: “Estás perdido en un bosque más denso que el de tu historia. Mantén tu vista en el sendero. Si me miras a mí, perderás tu oportunidad. Nunca me repito. Recuerda, es raro cuando la eternidad penetra en el tiempo. Pondera las cosas pequeñas. Y si les aportas la cualidad de un amor intenso y apasionado, se harán luminosas."
sábado, 12 de febrero de 2005
Miami, el vino y la Batalla de Argel
Por Isa Alfonso
Seguro hace frío y no lo siento. Seguro la noche llega con sus 50 grados, y sin embargo estoy aquí, bajo la luna de Miami, espantando vientos amenazadores. Cierto que me he tomado media botella de Merlot, español, cosecha del 2003. ¿Quién lanza la primera piedra? Aquí, en la ciudad fusiforme he descubierto las gamas, los colores, las propiedades tranquilizadoras, los amainamientos del vino. Estoy bajo la luna de Miami y de veras no la siento. Ya lo sé “Sin piedad”, es un tema algo manido, pero no escribo para complacer a ciertas élites. Lo hago buscando una respuesta, una complicidad tranquilizadora en lo inefable. Escribo buscando un saberme-no-estar-sola (a pesar de la cursilería de los días que se avienen, San Valentín, Cupido, corazoncitos de fresa derritiéndose en los Wallgreens). Y me pregunto entonces si este estar aquí no es sino el epítome de lo que siento ahora: desamparo. Si este-estar-aquí no es lo que sintió Alí Le Pointe, minutos antes de su muerte, en la película de Gillo Pontecorvo. Si éste vivir como en el aire y desencajada, no se resume en esta noche en que es invierno y me niego a aceptarlo. Me pregunto si este “Miami-cáscara-de-naranja” (como anoche, por email, me comentó Edmundo Desnoes, le describía Lezama esta ciudad) no es sino un ocultar el invierno, lunas, vacíos. Si este Miami no es acaso hacernos de una coraza inescrutable que nos oculte de todos los vientos que (contra toda evidencia) nos instigan. Si este-Miami no es más que otro ensueño de Ennio Morriconne, y esa música indescriptible de The Battle of Algiers. Me pregunto si estar aquí no es endurecer aún más el sentimiento, reconquistarme, creerme ese papel, el que menos me asienta, pero que de golpe, por una gracia inexplicable, me fue dado. Si este-Miami es en fin, el sobrevivir de todas las memorias, del subdesarrollo, del ancla que no ancla.
Seguro hace frío y no lo siento. Seguro la noche llega con sus 50 grados, y sin embargo estoy aquí, bajo la luna de Miami, espantando vientos amenazadores. Cierto que me he tomado media botella de Merlot, español, cosecha del 2003. ¿Quién lanza la primera piedra? Aquí, en la ciudad fusiforme he descubierto las gamas, los colores, las propiedades tranquilizadoras, los amainamientos del vino. Estoy bajo la luna de Miami y de veras no la siento. Ya lo sé “Sin piedad”, es un tema algo manido, pero no escribo para complacer a ciertas élites. Lo hago buscando una respuesta, una complicidad tranquilizadora en lo inefable. Escribo buscando un saberme-no-estar-sola (a pesar de la cursilería de los días que se avienen, San Valentín, Cupido, corazoncitos de fresa derritiéndose en los Wallgreens). Y me pregunto entonces si este estar aquí no es sino el epítome de lo que siento ahora: desamparo. Si este-estar-aquí no es lo que sintió Alí Le Pointe, minutos antes de su muerte, en la película de Gillo Pontecorvo. Si éste vivir como en el aire y desencajada, no se resume en esta noche en que es invierno y me niego a aceptarlo. Me pregunto si este “Miami-cáscara-de-naranja” (como anoche, por email, me comentó Edmundo Desnoes, le describía Lezama esta ciudad) no es sino un ocultar el invierno, lunas, vacíos. Si este Miami no es acaso hacernos de una coraza inescrutable que nos oculte de todos los vientos que (contra toda evidencia) nos instigan. Si este-Miami no es más que otro ensueño de Ennio Morriconne, y esa música indescriptible de The Battle of Algiers. Me pregunto si estar aquí no es endurecer aún más el sentimiento, reconquistarme, creerme ese papel, el que menos me asienta, pero que de golpe, por una gracia inexplicable, me fue dado. Si este-Miami es en fin, el sobrevivir de todas las memorias, del subdesarrollo, del ancla que no ancla.
viernes, 11 de febrero de 2005
Elogio a la duda
Por Alfredo Triff
Nuestra era necesita creyentes. El capitalismo se basa en esa premisa: inversión, compra, intercambio, tráfico. Las cosas cambian de mano porque la gente se tiene confianza. Si no aceptas y tragas no estás en el juego. “Cree en ti”, “oye... te estoy diciendo la verdad”, “¿qué pasa, no me crees?” “Hombre de poca fe”... “lo que eres un incrédulo”. Amante, amigos, compañera, hijos, la TV, la prensa, tu jefe, todos necesitan de tus pías neuronas. ¿Y qué sucede? Llenura mental... plétora frágil, breve, felicidad nimia. Poco a poco el ruidillo de la preocupación, el escozor de creerte sabiendo demasiado. Y comienzas a titubear y frunces el ceño como un niño temeroso. No, no sabes. Te pintaste un cuadro hermoso de formas seductoras y colores fingidos, con situaciones procesadas y escenarios hipotéticos en la espuma del vacío. Te embarcaron. Abre los ojos: Es hora de que dudes.
Nuestra era necesita creyentes. El capitalismo se basa en esa premisa: inversión, compra, intercambio, tráfico. Las cosas cambian de mano porque la gente se tiene confianza. Si no aceptas y tragas no estás en el juego. “Cree en ti”, “oye... te estoy diciendo la verdad”, “¿qué pasa, no me crees?” “Hombre de poca fe”... “lo que eres un incrédulo”. Amante, amigos, compañera, hijos, la TV, la prensa, tu jefe, todos necesitan de tus pías neuronas. ¿Y qué sucede? Llenura mental... plétora frágil, breve, felicidad nimia. Poco a poco el ruidillo de la preocupación, el escozor de creerte sabiendo demasiado. Y comienzas a titubear y frunces el ceño como un niño temeroso. No, no sabes. Te pintaste un cuadro hermoso de formas seductoras y colores fingidos, con situaciones procesadas y escenarios hipotéticos en la espuma del vacío. Te embarcaron. Abre los ojos: Es hora de que dudes.
jueves, 10 de febrero de 2005
Miami no duerme
Por Roberto Poveda
Miami no duerme, sigue despierta y sueña de madrugada. Ya son mas de las doce, y al echar un vistazo por la ventana veo a un negrón de seis pies (se parece al Ambia) corriendo detrás de una mujer gritando. Suena la sirena y el Overtown ya está en llamas. Más allá los libaneses ven la vida pasar detrás del mostrador de una tienda de víveres que queda en la segunda avenida del Northeast. Por otro lado mi amigo Padrón escribe en un diario citadino acerca de la falta de dinero en el College para graduar más enfermeros; los mismos que hacen falta para atender los heridos en las broncas de Overtown. Mientras tanto, Miami vive veinticuatro horas continuas de infartos, delitos y expressways. A la salida de la US1 un carro le pasa por encima a dos Afro-americanos escapados de un hogar provisional. La corte de justicia vibra cada día en su acometida legal contra los ciudadanos, y por otro lado, la corte de leguleyos se afila los dientes diariamente mientras el bolsillo les babea. Enciendo la televisión y una gritería seguida de insultos y risa fácil se desparrama como lava. Hay sitios donde la ley no existe, como hay sitios en la vida en los que tu tranquilidad puede ser adulterada por la verborrea de una peruana rubia. Y si no es ella, lo será por el carnaval de cubanísimos que se muestra diariamente por el 41, el 23 y apunta los numeritos que a lo mejor te sacas la lotto. Lo otro, es que ya el downtown no estará solo, ahora vendrá el Mid-and-Uppertown, la familia seguirá creciendo --aunque el rate de divorcio esté en el ochenta por ciento. Mientras aumenta, la ciudad desaloja a los no tienen nada. ¿Y Camillus? Así todo, la gente se atreve a lo que sea por estar aquí y atraviesan las fronteras de la tierra, las fronteras del agua, incluso las fronteras del aire, solo por estar aquí. Donde quiera que estén, su ánimo se alienta con sólo ver una postal del patito prieto cogiendo sol en La Florida. La gente sueña con un sol paradisíaco, y con las playas de arena fina. Sueñan con Pilar o con Alberto el militar (que no esta en la procesión porque cayó en Irak). La gente sueña y se desvela. La gente de tanto soñar, quizás perpetúa la pesadilla.
Miami no duerme, sigue despierta y sueña de madrugada. Ya son mas de las doce, y al echar un vistazo por la ventana veo a un negrón de seis pies (se parece al Ambia) corriendo detrás de una mujer gritando. Suena la sirena y el Overtown ya está en llamas. Más allá los libaneses ven la vida pasar detrás del mostrador de una tienda de víveres que queda en la segunda avenida del Northeast. Por otro lado mi amigo Padrón escribe en un diario citadino acerca de la falta de dinero en el College para graduar más enfermeros; los mismos que hacen falta para atender los heridos en las broncas de Overtown. Mientras tanto, Miami vive veinticuatro horas continuas de infartos, delitos y expressways. A la salida de la US1 un carro le pasa por encima a dos Afro-americanos escapados de un hogar provisional. La corte de justicia vibra cada día en su acometida legal contra los ciudadanos, y por otro lado, la corte de leguleyos se afila los dientes diariamente mientras el bolsillo les babea. Enciendo la televisión y una gritería seguida de insultos y risa fácil se desparrama como lava. Hay sitios donde la ley no existe, como hay sitios en la vida en los que tu tranquilidad puede ser adulterada por la verborrea de una peruana rubia. Y si no es ella, lo será por el carnaval de cubanísimos que se muestra diariamente por el 41, el 23 y apunta los numeritos que a lo mejor te sacas la lotto. Lo otro, es que ya el downtown no estará solo, ahora vendrá el Mid-and-Uppertown, la familia seguirá creciendo --aunque el rate de divorcio esté en el ochenta por ciento. Mientras aumenta, la ciudad desaloja a los no tienen nada. ¿Y Camillus? Así todo, la gente se atreve a lo que sea por estar aquí y atraviesan las fronteras de la tierra, las fronteras del agua, incluso las fronteras del aire, solo por estar aquí. Donde quiera que estén, su ánimo se alienta con sólo ver una postal del patito prieto cogiendo sol en La Florida. La gente sueña con un sol paradisíaco, y con las playas de arena fina. Sueñan con Pilar o con Alberto el militar (que no esta en la procesión porque cayó en Irak). La gente sueña y se desvela. La gente de tanto soñar, quizás perpetúa la pesadilla.
miércoles, 9 de febrero de 2005
Miami: Progresión poliédrica de una idea
Yovani Bauta
Miami no es una ciudad concéntrica con una población de identidad única; tampoco es un caserío con unos pocos habitantes. No es americana, ni cubana, mucho menos latinoamericana (recordar Ciudad Méjico y Buenos Aires). Mai-ami es un imaginario que todos pintamos a nuestro gusto y a veces a disgusto. Es como una especie de poliedro transparente que habitamos como si fuera un plano firme. Vivimos en puntos equidistantes unos de los otros, sin encontrarnos, sin enterarnos de la existencia del grupo ajeno. Desde cada puesto miramos a través de las murallas transparentes de los diferentes ghettos, apenas aceptando la intolerancia, la “otredad”. Parafraseando a la periodista Celeste Frazer-Delgado, diríamos que donde se toca Bachata no van los salseros. Y es cierto que estas comunidades que conviven en el poliédrico imaginario no interconectan, no se mezclan. La sentencia, “a la fiesta de los caramelos no pueden ir los bombones” del refranero popular, suele ser la divisa del modus vivendis miamero. Si consiguiéramos levitar y hurgar en los rincones de la capital del sol comprobaríamos cómo aquellos “americanos”, que se marcharon cuando llegó la invasión sureña, están aun cerca, como rodeando el fenómeno citadino. Es decir, Miami es un informe geométrico, imaginario, cosmopolita hábitat sitiado por sus perplejos nativos.
Miami no es una ciudad concéntrica con una población de identidad única; tampoco es un caserío con unos pocos habitantes. No es americana, ni cubana, mucho menos latinoamericana (recordar Ciudad Méjico y Buenos Aires). Mai-ami es un imaginario que todos pintamos a nuestro gusto y a veces a disgusto. Es como una especie de poliedro transparente que habitamos como si fuera un plano firme. Vivimos en puntos equidistantes unos de los otros, sin encontrarnos, sin enterarnos de la existencia del grupo ajeno. Desde cada puesto miramos a través de las murallas transparentes de los diferentes ghettos, apenas aceptando la intolerancia, la “otredad”. Parafraseando a la periodista Celeste Frazer-Delgado, diríamos que donde se toca Bachata no van los salseros. Y es cierto que estas comunidades que conviven en el poliédrico imaginario no interconectan, no se mezclan. La sentencia, “a la fiesta de los caramelos no pueden ir los bombones” del refranero popular, suele ser la divisa del modus vivendis miamero. Si consiguiéramos levitar y hurgar en los rincones de la capital del sol comprobaríamos cómo aquellos “americanos”, que se marcharon cuando llegó la invasión sureña, están aun cerca, como rodeando el fenómeno citadino. Es decir, Miami es un informe geométrico, imaginario, cosmopolita hábitat sitiado por sus perplejos nativos.
martes, 8 de febrero de 2005
Bloguero, deja un comentario
Por Alfredo Triff
Buenos días. Siguen llegando amigos nuevos que se enteran que existimos en este rincón virtual de Miami. Sé que muchos blogueros disfrutan leernos en la mañana, pero por favor, dejen un parrafito como prueba. Nos ayuda mucho. Cada comentario es la semilla de otra visita. No hay blog sin blogueros ni blog sin comentarios. Es posible que volvamos con la categoría “bloguero destacado de la semana” –esta vez basado en la cantidad de comentarios. A continuación este parte de prensa: “Está previsto que ambos líderes confirmen lo que tanto funcionarios palestinos como israelíes han venido sugiriendo en los últimos días: una declaración mutua de alto el fuego, o al menos una tregua, que se espera allane el camino para la eventual reanudación de las negociaciones de paz”. Mis mayores deseos por la paz en el medio oriente.
Buenos días. Siguen llegando amigos nuevos que se enteran que existimos en este rincón virtual de Miami. Sé que muchos blogueros disfrutan leernos en la mañana, pero por favor, dejen un parrafito como prueba. Nos ayuda mucho. Cada comentario es la semilla de otra visita. No hay blog sin blogueros ni blog sin comentarios. Es posible que volvamos con la categoría “bloguero destacado de la semana” –esta vez basado en la cantidad de comentarios. A continuación este parte de prensa: “Está previsto que ambos líderes confirmen lo que tanto funcionarios palestinos como israelíes han venido sugiriendo en los últimos días: una declaración mutua de alto el fuego, o al menos una tregua, que se espera allane el camino para la eventual reanudación de las negociaciones de paz”. Mis mayores deseos por la paz en el medio oriente.
lunes, 7 de febrero de 2005
South Pointe
Por Amílcar Barca
Cuando el invierno acorta su luz, esta ciudad muere hermosamente en la tarde. La gente empieza a despedir el sol alrededor las seis y el paseo se puebla de miradas hacia el oeste. Fisher Island es una isla triste: no hay nadie en sus balcones. Al otro lado del espejo, estamos nosotros, los ciudadanos de a pie, los que contemplamos el último trasatlántico del día y a los pelícanos. Le hablamos al mar sentados en las rocas, y a la espuma la dejamos morir en la ensenada. Una familia celebra lo sencillo del estar-aquí con una barbacoa encendida y una radio a media voz. Dos vagabundos se abrazan a sus ropas. Con las manos hacia atrás, un rabino ultima su paseo y alguien a solas, apresuradamente, se dispone a vengar la pérdida de su autoestima con una foto y la ciudad al fondo. Empiezan lo primeros destellos del neón en el downtown, en Smith and Wollensky el maïtre descorcha un Veuve-Clicqot; lo sirve en silencio a dos comensales que fuman impasibles y sin hablar. Una bicicleta que cruza... un settier descansa en la hierba ... dos porteños intercambian su bombilla, y el mate y el lunfardo, se impregnan en el aire como lo hace la sal a mi rostro. La noche ha entrado con su luz de vidrio y fría. La ciudad se ha abierto. Nuestro pequeño malecón descansa.
Cuando el invierno acorta su luz, esta ciudad muere hermosamente en la tarde. La gente empieza a despedir el sol alrededor las seis y el paseo se puebla de miradas hacia el oeste. Fisher Island es una isla triste: no hay nadie en sus balcones. Al otro lado del espejo, estamos nosotros, los ciudadanos de a pie, los que contemplamos el último trasatlántico del día y a los pelícanos. Le hablamos al mar sentados en las rocas, y a la espuma la dejamos morir en la ensenada. Una familia celebra lo sencillo del estar-aquí con una barbacoa encendida y una radio a media voz. Dos vagabundos se abrazan a sus ropas. Con las manos hacia atrás, un rabino ultima su paseo y alguien a solas, apresuradamente, se dispone a vengar la pérdida de su autoestima con una foto y la ciudad al fondo. Empiezan lo primeros destellos del neón en el downtown, en Smith and Wollensky el maïtre descorcha un Veuve-Clicqot; lo sirve en silencio a dos comensales que fuman impasibles y sin hablar. Una bicicleta que cruza... un settier descansa en la hierba ... dos porteños intercambian su bombilla, y el mate y el lunfardo, se impregnan en el aire como lo hace la sal a mi rostro. La noche ha entrado con su luz de vidrio y fría. La ciudad se ha abierto. Nuestro pequeño malecón descansa.
domingo, 6 de febrero de 2005
Objeción dominical para eruditos
Por Alfredo Triff
Un domingo --se rumora-- Sócrates dijo: "Sólo sé que no sé nada". ¿Sólo sé? ¿Qué es lo que sé, una sola cosa? Calícles, ese joven discípulo rebelde lo interpretó como “sé bastante” y especuló que el viejo era un engreído. Gorgias asumió que el feo narizón era un ignorante por decir “sólo sé que no sé”, y lo dejó para siempre. Platón asumió otra cosa: "el viejo al menos admite que sabe algo". Pero la famosa sentencia abrió otra pregunta que reanudó el debate, pasando por el cenáculo epicúreo hasta la escuela de Zenón. Su respuesta, hoy, prosigue en el más recóndito misterio: ¿Es no saber nada ‘saber’, o es ‘saber’ no saber nada? Lo primero elogia a la ignorancia; lo segundo al nihilismo.
Un domingo --se rumora-- Sócrates dijo: "Sólo sé que no sé nada". ¿Sólo sé? ¿Qué es lo que sé, una sola cosa? Calícles, ese joven discípulo rebelde lo interpretó como “sé bastante” y especuló que el viejo era un engreído. Gorgias asumió que el feo narizón era un ignorante por decir “sólo sé que no sé”, y lo dejó para siempre. Platón asumió otra cosa: "el viejo al menos admite que sabe algo". Pero la famosa sentencia abrió otra pregunta que reanudó el debate, pasando por el cenáculo epicúreo hasta la escuela de Zenón. Su respuesta, hoy, prosigue en el más recóndito misterio: ¿Es no saber nada ‘saber’, o es ‘saber’ no saber nada? Lo primero elogia a la ignorancia; lo segundo al nihilismo.
sábado, 5 de febrero de 2005
Lectura sintética para un nuevo siglo
Por Alfredo Triff
¿Leer? No es fácil. Una pena, porque la mayor parte de la humanidad fue siempre analfabeta. Cosa de pocos... y eso que se esperaba que leer revolucionara nuestras costumbres. 500 años después de Guttenberg y la lectura va desapareciendo, arruinada por la seducción de la imagen. ¿Existe una solución posible para que el libro, como tal, no se evapore? Creo que sí. 1- Si tiene que leerse un libro de más 100 páginas hágase por selección de capítulos. ¿Quién es capaz --en el siglo XXI-- de empujarse “La Guerra y la Paz” de Tolstoi (con más de 500 páginas)? Un equipo de redacción dedicado al negocio de la lectura sintética reducirá su volumen a no más de tres secciones: principio, medio y final. 2- Libro sinopsis, para evitarle al lector el oneroso trabajo de leer --de más. Entiendo la protesta de los lectores jóvenes de hoy: leer páginas llenas de grafías sin fotos, ilustraciones o dibujitos es demoledor, luego aconsejo... 3- el libro-comics donde, por ejemplo, una novela de Carlos Fuentes como Terra Nostra es llevada a la viñeta (no sin antes ser reducida debidamente para el alcance medio). 4- El ya existente libro casette, (donde en lugar de leerse, el texto se oye, representado, incluso con la voz del autor). Pero si se trata de esencia de tramas, para ese que desea poder comentar el libro con alguien para pretender que lo leyó, mis favoritos serían 5- El abreviado condensado y el fluido. El primero resume toda la trama autorial en dos párrafos. El segundo en cinco.
¿Leer? No es fácil. Una pena, porque la mayor parte de la humanidad fue siempre analfabeta. Cosa de pocos... y eso que se esperaba que leer revolucionara nuestras costumbres. 500 años después de Guttenberg y la lectura va desapareciendo, arruinada por la seducción de la imagen. ¿Existe una solución posible para que el libro, como tal, no se evapore? Creo que sí. 1- Si tiene que leerse un libro de más 100 páginas hágase por selección de capítulos. ¿Quién es capaz --en el siglo XXI-- de empujarse “La Guerra y la Paz” de Tolstoi (con más de 500 páginas)? Un equipo de redacción dedicado al negocio de la lectura sintética reducirá su volumen a no más de tres secciones: principio, medio y final. 2- Libro sinopsis, para evitarle al lector el oneroso trabajo de leer --de más. Entiendo la protesta de los lectores jóvenes de hoy: leer páginas llenas de grafías sin fotos, ilustraciones o dibujitos es demoledor, luego aconsejo... 3- el libro-comics donde, por ejemplo, una novela de Carlos Fuentes como Terra Nostra es llevada a la viñeta (no sin antes ser reducida debidamente para el alcance medio). 4- El ya existente libro casette, (donde en lugar de leerse, el texto se oye, representado, incluso con la voz del autor). Pero si se trata de esencia de tramas, para ese que desea poder comentar el libro con alguien para pretender que lo leyó, mis favoritos serían 5- El abreviado condensado y el fluido. El primero resume toda la trama autorial en dos párrafos. El segundo en cinco.
viernes, 4 de febrero de 2005
Viernes de disparo
Por tumiamiblog
Buenos días, Miami. ¿Qué te aqueja? Has estado preocupada, alicaída, gris… es la pollution, el ruido constante nortesuresteoeste, los carros que se te interponen en el highway, la espera interminable del rush hour o esa gritería de los muchachos, de los vecinos. Tu marido o tu mujer te tiene abandonada/o; encima, te subieron el seguro de la casa o del carro. Te ha tocado una suegra inicua. Es la vida... o peor, la rutina de la vida lo que jode. Hasta el blog se lo siente. Pues dale: descarga, protesta, grita, enumera problemas y vejaciones o simplemente pon tu grano de arena. Ten presente que en este rinconcito te queremos: eres de los nuestros. Esta es la zona blogofranca con el calor de la blogoamistad. Tienes la palabra... y es sagrada.
Buenos días, Miami. ¿Qué te aqueja? Has estado preocupada, alicaída, gris… es la pollution, el ruido constante nortesuresteoeste, los carros que se te interponen en el highway, la espera interminable del rush hour o esa gritería de los muchachos, de los vecinos. Tu marido o tu mujer te tiene abandonada/o; encima, te subieron el seguro de la casa o del carro. Te ha tocado una suegra inicua. Es la vida... o peor, la rutina de la vida lo que jode. Hasta el blog se lo siente. Pues dale: descarga, protesta, grita, enumera problemas y vejaciones o simplemente pon tu grano de arena. Ten presente que en este rinconcito te queremos: eres de los nuestros. Esta es la zona blogofranca con el calor de la blogoamistad. Tienes la palabra... y es sagrada.
jueves, 3 de febrero de 2005
¿Y el Español qué?
Por Rosie Inguanzo
El bilingüismo en Miami es visto como algo positivo. La geografía y demografía de Miami estimulan el turismo hispano-parlante. Agréguensele la variada gama de negocios latinoamericanos con sede aquí y los eventos culturales que toman lugar, estimulando el orgullo étnico y el sostenimiento de la cultura. ¡Este es el pueblo de los festivales! El sabor cunde: las más recientes expresiones y variantes del español que se habla en Cuba, Argentina, Venezuela etc., y la injerencia del inglés como idioma dominante nos enriquece con nuevos vocablos. Indiscutible. Con todo, Miami favorece el sostenimiento del español. En Miami se puede trabajar, estudiar y participar de la vida social con sólo el conocimiento del español, aunque eso represente una desventaja económica. Paralelo es el proceso transculturatorio: retenaice, requetequiut, pagar la renta, friquear, samplear, crachear en "la computadora se cracheó", “Tengo que ver cómo llenar la aplicación”, jaratak, pai de manzana, magasin, o lobi “vestíbulo”... Los diminutivos son un banquete: partaincito, esmolcito, frizadita, paricito, vacuneadita. Aclaremos de una buena vez: "envuelto" del inglés involved, no es lo mismo que “comprometido”, ni choqueado por “escandalizado”. ¡Ay Caribe hispánico en concurrencia de voces! El code switching es un fenómeno. Se oye: “Tengo un headache tan fuerte que salgo pa' fuera to cooloff un poquito”, “Ropa super cool”, “Él es tan nice”, “Me gusta pink”, “El red está más nice que'l grinsito”, “Está bien quiuti" o “Dame un sip... anda”, son tan comunes como el café con leche. Este relajito se acondiciona para hacer amigos, para excluir, para insertar humor en la charla, para enfatizar u ordenar, como gesto de fraternidad o para establecer lazos y complicidad. Aferrarse al español es sinónimo de identidad y reafirmación étnica; la preservación del español miamense puede ser comprendida como la defensa del sentir y el ser propio de culturas trasplantadas.
El bilingüismo en Miami es visto como algo positivo. La geografía y demografía de Miami estimulan el turismo hispano-parlante. Agréguensele la variada gama de negocios latinoamericanos con sede aquí y los eventos culturales que toman lugar, estimulando el orgullo étnico y el sostenimiento de la cultura. ¡Este es el pueblo de los festivales! El sabor cunde: las más recientes expresiones y variantes del español que se habla en Cuba, Argentina, Venezuela etc., y la injerencia del inglés como idioma dominante nos enriquece con nuevos vocablos. Indiscutible. Con todo, Miami favorece el sostenimiento del español. En Miami se puede trabajar, estudiar y participar de la vida social con sólo el conocimiento del español, aunque eso represente una desventaja económica. Paralelo es el proceso transculturatorio: retenaice, requetequiut, pagar la renta, friquear, samplear, crachear en "la computadora se cracheó", “Tengo que ver cómo llenar la aplicación”, jaratak, pai de manzana, magasin, o lobi “vestíbulo”... Los diminutivos son un banquete: partaincito, esmolcito, frizadita, paricito, vacuneadita. Aclaremos de una buena vez: "envuelto" del inglés involved, no es lo mismo que “comprometido”, ni choqueado por “escandalizado”. ¡Ay Caribe hispánico en concurrencia de voces! El code switching es un fenómeno. Se oye: “Tengo un headache tan fuerte que salgo pa' fuera to cooloff un poquito”, “Ropa super cool”, “Él es tan nice”, “Me gusta pink”, “El red está más nice que'l grinsito”, “Está bien quiuti" o “Dame un sip... anda”, son tan comunes como el café con leche. Este relajito se acondiciona para hacer amigos, para excluir, para insertar humor en la charla, para enfatizar u ordenar, como gesto de fraternidad o para establecer lazos y complicidad. Aferrarse al español es sinónimo de identidad y reafirmación étnica; la preservación del español miamense puede ser comprendida como la defensa del sentir y el ser propio de culturas trasplantadas.
miércoles, 2 de febrero de 2005
Carpe Diem
Por Alfredo Triff
¿Es la belleza fundamental? Lo cierto es que el homo sapiens siempre va en busca de ella. La hipótesis es que la beldad funcionó como estándar evolutivo de la especie. “Ligarse” una buena monapiteca cabezona con buenos ojos debe haber sido un botín genético en la edad de piedra, bien ¿y ahora? “El 'ser' es más que el cuerpo que lo hospeda”, dice Sartre. Pero esa “hechura física” cuenta mucho en nuestra categorización: sexo, género, raza y edad son índices objetivos cardinales en nuestras relaciones personales. Vivimos entre cuerpos protobiónicos con tetonas silicónicas, epidermis inyectada con sebo animal, tabiques recompuestos, dentición porcelánica y pelo sintético. Qué ironía... la belleza física es espuria porque no implica ni define nada interior. Un tipo puede tener un tremendo embute six pack con pectorales y brazos hercúleos y ser un tarúpido. Una niña puede parar el tráfico (con su juego de caderas en caja-de-bola) jamones de ave corredora y ser una pedante. Añádase que lo físico no es permanente. Y los que le apuestan el todo por el todo persiguen el artificio todo el tiempo –cual infante nefando detrás del biberón—para a la postre quedarse sin nada. Si aún tienes tiempo, busca adentro.
¿Es la belleza fundamental? Lo cierto es que el homo sapiens siempre va en busca de ella. La hipótesis es que la beldad funcionó como estándar evolutivo de la especie. “Ligarse” una buena monapiteca cabezona con buenos ojos debe haber sido un botín genético en la edad de piedra, bien ¿y ahora? “El 'ser' es más que el cuerpo que lo hospeda”, dice Sartre. Pero esa “hechura física” cuenta mucho en nuestra categorización: sexo, género, raza y edad son índices objetivos cardinales en nuestras relaciones personales. Vivimos entre cuerpos protobiónicos con tetonas silicónicas, epidermis inyectada con sebo animal, tabiques recompuestos, dentición porcelánica y pelo sintético. Qué ironía... la belleza física es espuria porque no implica ni define nada interior. Un tipo puede tener un tremendo embute six pack con pectorales y brazos hercúleos y ser un tarúpido. Una niña puede parar el tráfico (con su juego de caderas en caja-de-bola) jamones de ave corredora y ser una pedante. Añádase que lo físico no es permanente. Y los que le apuestan el todo por el todo persiguen el artificio todo el tiempo –cual infante nefando detrás del biberón—para a la postre quedarse sin nada. Si aún tienes tiempo, busca adentro.
martes, 1 de febrero de 2005
Confabulación paranoica en nueve puntos
Por Adalberto Delgado
Todo este asunto de Irak me huele a confabulación del Departamento de Estado para desenfocar la atención de la gente del juicio de Michael Jackson... fíjense como el asunto ha sido cruentamente elaborado por la Gestapo de este país. Todo comienza con 1- la acusación de la superestrella del Thriller muy cerca al envió de tropas a Irak, 2- Diseminación de partes de prensa directamente desde el "parque de diversiones" de Miguelito (con los fans durmiendo en el cesped). 3- La gente se preocupa cada vez mas por el envió de tropas. 4- Miguelito se prepara para el juicio y hace acto de presencia haciendo señal de victoria con la mano (con los fans durmiendo en el parqueo del tribunal). 5- Seguimos enviando tropas... 6- Siguen consejos de guerra, nuevos y mejores armamentos (después de las protestas de los cadetes). 7- Ahora el hermano de Miguelito se hace cargo de la casa-paraíso del señorito. 8- Se inventan las elecciones en Irak, se matan a unos cuantos Iraquíes (obligándolos a devenir en bombas suicidas). 9- Los abogados de Miguelito escogen el jurado. Moraleja: mejor tener una guerra fuera del país que una rebelión de Afro-Americanos a nivel nacional. ¿Será mi paranoia? Esto me recuerda el cuento de Vargas (no digo Vargas-LLosa, sino Vargas, el de la chaqueta corta con su cosa larga. Nos siguen engañando y lo seguimos creyendo. ¿Qué opinan ustedes?
Todo este asunto de Irak me huele a confabulación del Departamento de Estado para desenfocar la atención de la gente del juicio de Michael Jackson... fíjense como el asunto ha sido cruentamente elaborado por la Gestapo de este país. Todo comienza con 1- la acusación de la superestrella del Thriller muy cerca al envió de tropas a Irak, 2- Diseminación de partes de prensa directamente desde el "parque de diversiones" de Miguelito (con los fans durmiendo en el cesped). 3- La gente se preocupa cada vez mas por el envió de tropas. 4- Miguelito se prepara para el juicio y hace acto de presencia haciendo señal de victoria con la mano (con los fans durmiendo en el parqueo del tribunal). 5- Seguimos enviando tropas... 6- Siguen consejos de guerra, nuevos y mejores armamentos (después de las protestas de los cadetes). 7- Ahora el hermano de Miguelito se hace cargo de la casa-paraíso del señorito. 8- Se inventan las elecciones en Irak, se matan a unos cuantos Iraquíes (obligándolos a devenir en bombas suicidas). 9- Los abogados de Miguelito escogen el jurado. Moraleja: mejor tener una guerra fuera del país que una rebelión de Afro-Americanos a nivel nacional. ¿Será mi paranoia? Esto me recuerda el cuento de Vargas (no digo Vargas-LLosa, sino Vargas, el de la chaqueta corta con su cosa larga. Nos siguen engañando y lo seguimos creyendo. ¿Qué opinan ustedes?