lunes, 31 de enero de 2005

Miamifidelidad

Por Amílcar Barca

Fue en el ático del viejo Books and Books. Cerca de los no menos viejos libros de imágenes sobre Degás, La Habana Vieja, Tàpies, Baudrillard. Bajo la música del polvo y el grabado. Un viernes cualquiera de junio del siglo pasado... y vino a escucharme al grupo, con un Chardonnay en sus manos --y algo de agua en sus ojos-- un poema mío que empezaba así: "Dentro, en mis zapatos, / encontrarás siempre el camino / de donde provengo: el hierro que he pisado / el polvo de alfombra de los hoteles, / el olor a talco de ayer mismo, / mis dedos limpios que mañana / habrás de poseer cuando el sábado / se cierre entre nosotros a la medianoche..." Fue mi canto definitivo a la fidelidad. El imposible pacto nunca antes cumplido. Esta mujer desviste la ciudad para mí. Me muestra (entre dátiles y Merlot) el silencio de su mirada en South Pointe. Me obliga a sentarme y conversar en la única silla que se sostiene bajo el agua de una piscina en Miami Beach. Se entrega como una virgen entre las cortinas blancas del Delano. Me lleva degustar las croquetas de pollo del Versailles. A una cata privada en la bodeguita del Biltmore. A pasear en Coral Gables bajo la sombra que el ficus crea al mediodía... a Wolfie´s, a Penrod´s, a despedir al Eden´s Rock y los fantasmas del Rat Pack. Se desnuda en palabras una madrugada frente el puente de Brickell... observa el cambio de los azules al amanecer. Mira por último la ciudad ... y me despide como si fuera una más de sus calles.

13 comentarios:

  1. Brillante tu post, te felicito,
    Adalberto

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  2. wooo! Esto esta muy lindo. Pero senores cual es el lio con los anonimos. Porque todo el mundo en este blog esconde el pellejo??? El amor es lo mas lindo en cualquier lugar verdad? Isabelita

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  3. C U L T U R A (en El diario de las Americas)

    Cuentos desde Miami en España
    Por Armando Valdés Zamora

    Miami debe ser un lugar muy raro, puede que concluya el lector de la antología Cuentos desde Miami publicada por la editorial Poliedro de Barcelona, con prologo de Iván de la Nuez y selección y notas de Juan Abreu. Y se me ocurre que es precisamente la extrañeza el término que puede calificar a ese conjunto de textos de autores cubanos de alguna manera relacionados con la ciudad de Miami.
    Si la literatura cubana puede leerse a partir del deseo obsesivo de producir espacios; estos cuentos en su mayoría hacen del acto de escribir o del sujeto mismo esos lugares-otros que pueden llegar -y de hecho llegaron en muchos casos- a la autosupresión de ambos. Me adelanto a creer que este gesto -el más extraño, por auténtico, de todos- cifra el lugar de muchos de estos escritores en la historia literaria cubana.

    Varios signos ayudan a descifrar la mencionada extrañeza. El primero el de polarizar desde el título el lugar donde se escribe. El eclecticismo vamos a decir estilístico con que se representa dicho espacio, aun cuando la Generación Mariel sea la designada por la crítica como el modelo a seguir, el segundo. Un tercer signo pudiera ser esa irreverente relación con la ciudad en el intento por revindicar el derecho a escribirla a pesar de su indiferencia.

    En Un café exquisito de Esteban Luis Cárdenas se describe con extraordinaria sutileza la indiferencia de ciertas zonas de la vida cotidiana de la ciudad, así como la poca validez otorgada al testimonio de un escritor: el narrador nombrado también Esteban, intenta en vano ser el puente de salvación entre personas que se ejecutan en una casa y sus anfitriones que le preparan un exquisito café cubano.

    El minimalismo picaresco y a la vez preciosista de los cuentos de Leandro Eduardo Campa hacen de sus cuentos uno de los clásicos que deambulan largo tiempo en el limbo de nuestra indiferencia nacional, como fue el caso de Guillermo Rosales hasta las ediciones europeas de su Boarding Home. Rosales aparece aquí con dos historias dignas de su reciente reputación.

    Por su parte Juan Abreu, García Vega y Carlos Victoria hacen más aguda la hostilidad de la ciudad al implicarla en la dificultad de poder escribir en ella o de existir como escritores. El expresionismo de Abreu y la irónica habilidad con la que García Vega trasciende la banalidad de tratar de escribir para ganar un premio en España mientras se trabaja como empleado en un Publix, son dos ejemplos emblemáticos.

    Carlos Victoria en La estrella fugaz salda una deuda con su memoria afectiva: su amistad con Reinaldo Arenas y Guillermo Rosales. El Miami de Victoria es intencionalmente sórdido y nocturno. Sin embargo prefiero interpretar este cuento por la sensible impresión que deja su lectura; la de una poética revancha que prueba la posibilidad de hacer literatura en cualquier sitio, en este caso con la más calmada y tal vez también más sólida de las escrituras cubanas contemporáneas.

    Para José Abreu Felippe, Luis de la Paz, y en cierta medida también René Ariza y Rodolfo Martínez Sotomayor, el acto de escribir en su relación con la realidad ocupan el centro temático. Para este último, el espacio habanero insinúa más bien el comienzo de una poética. Ariza sorprende por su proximidad a las cosmologías del cubano Severo Sarduy y del francés Bataille.

    Abreu Felippe y De la Paz, con perfección clásica, se detienen en un tema común: la trascendencia. Felippe narra el final de un viejo escritor reconocido al fin en Cuba tras la caída del castrismo; De la Paz, el montaje de un simulacro de un amigo y un escritor para dar a conocer la obra de éste. En ambos se pasa por alto la relación con la ciudad, como si la creación y sus exterioridades señalaran un estadio más urgente para un escritor ya maduro.

    Armando de Armas, con dos cuentos sabiamente escogidos, prefiere la mirada del marginal para contar los espacios polares de la cubanidad: Cuba y Miami. En El regreso de Osvaldito el Loco un narrador insular cuenta el regreso como turista de un marielito a Cienfuegos; mientras que Frente al expressway, es el desfile de imágenes enumeradas por un security. Si algo identifica la escritura de Armas es la agudeza de un tono, el dominio de un ritmo conversacional y un exceso que explota inesperadas soluciones expresivas e identifica con voz propia su estilo.

    No es raro que en una antología se aprecien desequilibrios, en ésta la existencia de estos es casi un mérito. Me explico: lo que rige la selección no es un criterio temporal como el de generación, ni estilístico -llámese fantástico, realista u otro. Una curiosa paradoja subyace en la génesis de estas historias, repito; la mayoría de ellas no cree en un lugar alternativo, parecen más bien levitar sostenidas por una especie de diabólica fe en la obligación de ser escritas. Al negar una significación utópica al espacio de Miami, estos cuentos fundan un terreno virgen que desmiente los extremos binarios de un discurso nacional: el oficial de La Habana o el del exilio más ortodoxo.

    Algo de esta irreverencia quizás sea el paradigma a retener cuando se vuelve de los bullicios de la moda o de complicidades editoriales. En todo caso, léanse donde se lean, estos cuentos no pueden ser ignorados por ningún ordenador de la memoria literaria cubana.

    Armando Valdés Zamora, escritor cubano residente en Francia y presidente de la Asociación Cultural Cuadernos de Cuba.

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  4. Vaya... tremendo manifiesto encima de mi comentario... en respuesta a tu pregunta: a la gente le gusta estar anonimos porque uno siempre quiso tener otra identidad (como Superman)y tumiami te da esa oportunidad... lo que deben hacer es buscarse un buen alias. Un poco mas de imaginacion caballero.
    123... que paso

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  5. Critica literaria y de la buena en el blog...Gracias Armando, por toda esa info. Esa generacion y otras mas como las de El Puente, necesitan ser sacadas a la luz...
    IsaA

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  6. Su comparación entre la ciudad y una mujer es muy adecuada. Me pregunto si es un asunto de hombres el ver la ciudad en femenino, o es un asunto que va con cualquier género. ¿Habrá una ciudad masculina? Quizá es una especulación tonta, pero estoy de acuerdo con Isa A., el post y los comentarios de hoy tienen un ángulo esperanzador.
    Un ignorante de pacotilla

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  7. Si, lo entiendo, le apuesto a las mujeres, pero que hay de nosotros...? Dejen algo pa los hombres.
    El Buti

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  8. Miami me asfixia y esta defensa permanente de Miami me parece tan ridicula, que no me queda mas remedio de decirlo. No se si es mejor ignorar todo eso o decirlo aqui, pero creo que al menos alguien me oiga.
    Contracorriente y contrapartida

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  9. “Contracorriente y contrapartida”, esta bien que estés asfixiado y que lo expreses aquí. De eso se trata. Cuéntanos el porqué Miami te asfixia y cuál es motivo de tan grande desconsuelo. RI

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  10. Esos dos lo que son es un par de "boludos"
    Carlitos

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  11. Che, Carlitos...el Gardelaso! que haces aqui viejo? Pero vos sos loco, boludo? No ves que este sitio esta copado con Cubanos? Yo se que a vos te admiraban mucho en Cuba, viejo, pero eso fue antes que nos conocieran en grupo y en carne propia. Nos acusan de fanfarrones (miraaaa, tienen razon) y no nos pueden ver ni en pintura, Che viejo. Si acaso, las chicas, por lo del acento diferente, pero como son tan desarrolladas de trasero y las nuestras tan esbeltas, en realidad no me interesan. En un tiempo si, cuando pensaba como libertador (a la San Martin, vistes)
    Bueno Che, que te vaya bien, loco y quizas en otra oportunidad un matecito.

    Ernesto "Che" Guevara

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  12. HACEN FALTA UNO, DIEZ, CIEN, MIL IRAKS!!!
    CHE-MAJARAN (CON SOMBRERO TEJANO Y SANDALIAS AFGANAS)

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  13. caballero, siguen reencarnando los espiritus aqui... Ya he cogio miedo y to...

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