El hombre de la voz de oro

Por Alfredo Triff

Nos visitan más bloggeros con interesantes sugerencias y candentes comentarios. Gracias. Pronto nos mudamos de dirección con un mejor host/server y opciones. Estamos –como se dice—afilando los cuchillos. Cambiando de onda un poco fuera de la aburrida pero necesaria política. Acabo de leer que Gloria Vanderbilt –la octogenaria ricachona y ex del director ruso Stokowski-- cuenta en su biografía un corto romance con Frank Sinatra, mi dandi y cantante favorito del siglo XX. Apunta entre otras cosas que Sinatra siempre tenía en la mano un vaso con Jack Daniel’s. Y da la casualidad que ayer vi The Man With the Golden Arm (en español, “El hombre del brazo de oro”). Que película.... Otto Preminger debutando un realismo brutalmente humano. En la película vemos a Frankie pateando la tecata... (esa escena tantas veces malamente copiada). No fue fácil para el viejo Preminger ir contra la corriente macahrtista de los 50. Preminger, el austriaco creador de la escena tenebrosa, cuando la voz queda muda y a la humanidad no le queda otro remedio que confrontar sus enigmas en silencio. ¿Qué decir de esa música de jazz-band frenética y citadina de Elmer Berstein? Alucinante con sonido del platillo –interpretado por Shelley Mane—que te brinda la irrebatible pesadilla de furor y locura de la tecata en esos ojos grandes y azules de Frankie? La comparo con The Sweet Smell of Sucess --con el buenísimo quinteto de Chico Hamilton. ¿Recuerdan a Tony Curtis en el pérfido papel de Falco y al desalmado témpano de hielo de J.J. interpretado por Burt Lancaster? El vértigo de la ciudad en la noche y minutos después el vacío de un oscuro callejón sin salida que se traga tu vida... Sinatra, de otra época, dandi caminante de ojos azules con sombrero bajo y cigarro en mano, cual solitario vagabundo en busca de un amor ...