El huracán es (para Miami, Florida) el fenómeno natural más dramático. Y de ahí proseguiría su uso en el modo indicativo: nuestra “arma” Miamense de conjugación par excellence...
Háblese de política o pensamiento social o lo ético y ahí estamos los cubanos y latinoamericanos cuajados pesadamente en lo fáctico. Nos gusta la densidad de lo tácito. ¿El subjuntivo? Eso es de maricones: se te monta una incertidumbre; “lo que podría ser”, “lo que no fue, ni tiene por qué ser...” ¡Incluso lo irreal señores! Algo así como el mundo de la imaginación (el veneno de la política.) Nuestros pundits de la radio y la tele no entienden como puede ser que algo tan lejano de la fantasía como un ciclón no pueda describirse con “absoluta” certeza. Es bueno saber que una tormenta nos remita a lo falible. Que delicioso es oirles en la radio y la tele postrados ante la duda. Al menos por tres días, sus frases comienzan con un “débil” tono: “Existe la posibilidad de...”, “en caso de... podría ser que...”, “es probable, pero no seguro que...”, “se estima que...” Lo que nos ha traído “Frances” es un suave y sutil vaivén del lenguaje --absolutamente prohibido en nuestra politiquería varonil, vertical y 100% en el indicativo.
1 comentario:
Oye, felicidades, me cuadra el blog!! El post de hoy me hace recordar las ediciones "Huracan" de la Habana, por los anyos 60. Las leiamos avidamente mientras las paginas volaban del lomo, como asustadas ante la mirada desesperada del que necesita de las letras para vivir. (Ahi va otra conexion diferente entre lectura, palabras y viento.) Me explico? Si no, es que necesito un poco mas de viento. Y por aqui en Hialeah hay mas que lagunas mares. Que viva "Frances"!
El loco de Hialeah
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