Por Marcia Morgado
Los que asistimos al concierto del entrañable y súper talentoso pianista Bebo Valdés y Diego "el Cigala", cantaor flamenco influido por el filin, encontramos un oasis en medio del vendaval consumerista-emocional desatado por la temporada de huracanes. La insistencia por parte de estos fenómenos climatológicos en visitar los mismos destinos turísticos está causando grandes perdidas: en particular a las ya asediadas poblaciones de islas caribeñas. Nunca mejor bautizado un huracán que con el nombre que históricamente asociamos al tirano ruso que zapateó la población sin misericordia --tal como la temporada de huracanes está haciendo con el Caribe y el sur de los Estados Unidos. Ah, pero no es sino de este lado del Estrecho de la Florida que prensa y mercado se funden en esperpéntico maridaje para sitiarnos con incesantes “reportajes”: familias cargando baterías y planchas de plywood desde Home Depot o algún supermercado saqueado de leche Parmalat, productos enlatados y cualquier tipo de galletas. De ahí que por estos tiempos en Publix comprar NO es un placer.
--Oye, se agotó el agua con el nombre ese raro que a ti te gusta...
--No hay Zephyrhills, qué voy a hacer? Yo NO voy a tomar agua destilada que sabe a rayo, ni te lo pienses.
--¿Bueno y qué tu quieres que yo haga?
--Allá tú, resuelve, Chicho porque nosotros vinimos de España para acá porque tú tenías que estar con tu familia...
--Y...?
--Y resulta que entre las broncas con ellos y los puñeteros huracanes, yo estoy a dieta de zanax, librax y cuanto "ax" encuentro en el gabinete del baño...
--Ah, ahora resulta que yo soy responsable de tu adicción a los tranquilizantes.
--En parte, mi cielo, en parte tú eres responsable y en parte son ellos: tu familia, los huracanes y la campañitas que arma la prensa. Estoy al borde de un ataque de nervios. Y NO voy a tomar agua con sabor a tela hervida, no, no y no...
Así las cosas por los pasillos de cualquier supermercado. Lo peor de nuestra condición aflora. Un caballero aferrado a varios "4 x 4" para “proteger la vida de mis hijos” o una dama lanzando improperios entretanto "cañonea" una de esas aterradoras camionetas tan favorecidas por las madres modernas en un estrecho estacionamiento. Todos inevitablemente con un "móvil" en la mano o hablándole a un cordón que les cuelga de un dispositivo insertado en el oído.
Entretanto en el Jackie Gleason se creó una burbuja rítmica. Agradezco la visión de Fernando Trueba y Nat Chediak que concibieron El arte del sabor, Bebo y Cigala y Beautiful Music donde el octogenario intérprete se luce desplazándose por el teclado con elegancia y destreza. Bebo hizo despliegue de una ternura insospechada al dirigirse al público tratando de identificar entre el atiborrado teatro a viejos amigos. Fue un momento entrañable. Poco después, chispeante llegó Cigala con su voz cuajada de sensual angustia. Y por las dos horas siguientes los músicos nos embrujaron en su magia, transportándonos al mundo encantado donde impera la armonía. Lejos de huracanes, medios noticiosos y supermercados. El milagro del arte rescatándonos del mundanal guirigay.
También afloran insospechadas emociones, precariedad, juntera de familias... Una vecina, desde siempre indiferente e ensimismada, ahora se acerca con la excusa del mal tiempo, y terminamos fumando y compartiendo una copa. Confidencias y cercanías que no hubieran tenido lugar sin el susodicho huracán, sin la amenaza inminente: jolgorio, excitación y miedo. Bueno, leer a Marcia Morgado, naturalmente, es como comerse un postre de esos que venden en las plazas de Cuidad México: el dulcesito con lo agrio del tamarindo, lo picantico y lo fuerte, recholata y sensibilidad. ¡Que rico! Rosie Inguanzo
ResponderEliminarParece que los ciclones vienen también con iones para ciertos mutantes. Eso me encanta. Y disfruto con tumiamiblog, puedo asegurarlo.
ResponderEliminarBienvenidas estas ventoleras que contrarrestran la indefensión masiva. Qué de toneladas de la desinformación excesiva en la TV y los diarios, caramba.
Gracias, Marcia, enhorabuena.
bueno chicos, naturalmente, he querido decir "...y ensimismada..." ri
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