Como refutar ciertos disparates

Por Alfredo Triff

Buenos días. Lo que a continuación cito del cineasta Oliver Stone no es algo que se discuta o polemize. Y es lamentablemente que ocurra con muchos que, de buena fe, estiman que es recomendable discutirlo todo, no importa qué o quién lo diga:

"Las manifestaciones en las calles en favor de Fidel Castro no son falsas, y si lo fueran, deberían darles el premio Oscar por actuación a esas personas, pues yo he visto sus caras de felicidad cuando se acercan al dirigente".

No, hay ciertas cosas que simplemente se dejan al sistema simpático y la patafísica. Es decir, se lee el párrafo y luego de tres cuatro segundos de estupor, se procede a estallar con una risa incontenible. Y la naturaleza de la risa y su timbre y perfecta cascada entre ja-y-ja es tal que los átomos de idiotez, dogma y adoración mística-ardiente de Stone son inmediatamente disipados. No dije extinguidos, pues siempre habrá un cernícalo tarúpido por ahí, agazapado, o simplemente caminando --como un zombie entre la gente-- en busca de otros ídolos mortales con quienes fabricar historias desquiciadas.